pamplona - La última década, un tiempo de declive y de recuperación, de revolución tecnológica y crisis política, ha acelerado, parece que de manera definitiva, la concentración de capital e inversiones en los grandes núcleos urbanos. Una dinámica que ya siente Navarra, donde la Comarca de Pamplona crece a mayor velocidad que el resto, pero que, sobre todo, pinta un futuro lleno de interrogantes: Madrid acapara un volumen creciente de inversiones y empleo que se deja sentir incluso en territorios relativamente alejados y prósperos como la Comunidad Foral.

Durante los últimos diez años (2009-2018), 10.632 personas han dejado Navarra para irse a vivir a la comunidad madrileña, ya un Distrito Federal en toda regla consolidado además como una de las grandes ciudades europeas tras Londres, París y Berlín. La cifra, analizada de forma aislada, quizá no diga mucho, sobre todo si se tiene en cuenta que unas 8.600 personas realizaron el camino inverso. Es decir, dejaron Madrid para venir a vivir a Navarra. Lo verdaderamente significativo es la tendencia. Durante las dos décadas anteriores, el número de movimientos apenas rondaban los 300 al año (1988-1998) o los 700 en los primeros años del siglo XXI. Las cifras son ahora muy superiores: el año pasado, 1.145 personas dejaron Navarra para ir a vivir a Madrid y 910 llegaron a la Comunidad Foral.

Navarra, por supuesto, no es la única comunidad que ya siente esta capacidad de absorción de Madrid. El fenómeno es mucho más intenso en Castilla, pero se percibe en Zaragoza, Bizkaia, Asturias, Sevilla e incluso Valencia. La conclusión es clara. La movilidad de las personas no ha dejado de incrementarse a lo largo de las tres últimas décadas, especialmente desde finales de los años 90 del pasado siglo. Pero en los últimos años las líneas que dibujan los flujos de población entre Navarra y Madrid, que discurrían en paralelo, se han desacoplado. Mientras que el flujo de personas rumbo a la capital no deja de crecer, el que lo hace en sentido contrario se estanca, aunque con las variaciones estadísticas lógicas. En los últimos cinco años, la brecha en una y otra dirección ya es clara: 1075 personas frente a 804.

La explicación está en el desarrollo del sector servicios. Y el tren Alvia que traquetea penosamente entre Pamplona y Grisén (Zaragoza) y que vuela desde allí hasta Madrid funciona como una radiografía precisa del fenómeno. Lo explica Humberto Bustince, experto en inteligencia artificial y ciencia de la computación, que forma todos los años en la UPNA a decenas de jóvenes en matemáticas, estadística e informática. "Me los suelo encontrar en el tren, trabajan en empresas como BBVA", explicaba en una jornada reciente en Pamplona, en la que se lamentaba de la fuga de talento formado en Navarra.

Bustince cita al banco de raíces y sede social vasca, pero cuya sede central madrileña se ha convertido en una microciudad con cerca de 7.000 trabajadores, cuyo perfil poco tiene que ver con ya el de un gestor comercial. De hecho, el sector bancario se desprende de manera periódica de trabajadores de más de 50 años, a los que considera ya poco útiles y digitalizables. Y los va sustituyendo por trabajadores mucho más jóvenes y no necesariamente baratos, explican desde CCOO. "Buscan a personas muy cualificadas en matemáticas, informáticas e ingenierías", precisa el sindicato, quien señala que, además de BBVA, han sido Santander y Bankia, aunque esta última a menor escala, las más activas en la contratación. En total, dos tercios de los nuevos trabajadores que se incorpora a la banca tienen como destino los servicios centrales. El resto, a una red comercial cada vez más mermada.

Lo mismo puede decirse del Santander o de buena parte de las grandes empresas de Ibex, Google, Facebook o Amazon, por supuesto con sede en la capital. Su mera presencia supone un imán para otras compañías, que desean un contacto cercano con los gigantes corporativos y con el poder político, y ha contribuido de manera decisiva a que la comunidad madrileña genere desde 2013 empleo a mayor velocidad que la media. Según la Seguridad Social, casi uno de cada cuatro empleos creados en España en el último año se ubicaron en Madrid, que representa solo el 17% del total de los cotizantes.

En el caso de Navarra, los empresarios reconocen su preocupación por las dificultades con las que se encuentran para atraer y retener a trabajadores altamente cualificados. Hace algo más de un año, Findus justificaba el traslado de su sede principal a Madrid precisamente por este motivo y el último en advertirlo, hace solo unos días fue Esteban Morrás, fundador de Das Nano, una de las empresas punteras en tecnología. "Las empresas están muy alarmadas", dijo, por una fuga que no tiene como destino solo Madrid, sino otras grandes ciudades europeas.

Sin servicios de alto valor

Ricos, pero menos. La gran carencia de la economía navarra tiene nombre. Faltan empresas de servicios de alto valor añadido, tal y como muestran el Instituto Nacional de Estadística y Nastat. en la Comunidad Foral apenas 3.573 personas trabajaban en estas actividades en el año 2017, frente a las casi 226.000 de Madrid y las cerca de 30.000 de la Comunidad Autónoma Vasca, la única que, a duras penas, resiste el ritmo de la capital en algunos indicadores. En una economía con un peso creciente de los servicios de alto valor, algunos datos parecen indicar que Navarra está acusando su carencia. Si la Comunidad Foral era un 27% más rica que la media española a comienzos de siglo en términos de renta per cápita hoy lo es apenas un 22%. Y ya no es la segunda, sino la tercera comunidad. - D.N.

58%

de los que se van tienen título universitario

Un documento de Miguel González-Leonardo, Antonio López-Gay y Joaquín Recaño, del Centre d'Estudis Demogràfics y Departamento de Geografía, Universitat Autònoma de Barcelona, ponía cifras el pasado verano al fenómeno de la despoblación de un número creciente de regiones. Y, en su estudio, apuntaban un dato llamativo: el 58% de los jóvenes que se marcha de Navarra tiene título universitario, de tal manera que la Comunidad Foral, que cuenta con facultades de prestigio,¡ y buenas empresas, parece estar exportando un talento que necesitaría para desarrollar tejido económico propio.

85%

de la inversión extranjera, en Madrid

El año 2018 batió todos los registros en este sentido. Madrid concentró más de 40.000 millones de inversión extranjera directa, casi el 85% del total cuando el peso en el PIB de esta comunidad ronda el 20%.

114,6

inversión en navarra

Por su elevado componente industrial -más del 31% de su valor añadido procede de este sector- Navarra recibe un volumen de inversión extranjera tradicionalmente alto: casi 115 millones hasta septiembre.