- Apenas superado el shock, el comité de Trenasa (CAF) anunció ayer la convocatoria de una huelga indefinida que tiene un único objetivo: evitar el cierre de la fábrica de Castejón, que da empleo a unos 110 trabajadores. El paro tendría efecto casi inmediato y comenzaría este mismo viernes.

Comisiones Obreras, sindicato mayoritario en la planta, criticaba ayer con dureza el anuncio de la empresa, que firmó además un ERTE en junio que apenas tres meses más tarde anuncia el fin de una actividad que comenzó en 2007 y que no ha estado exenta de dificultades durante todo esto tiempo. "Es que no tiene sentido -explicaba ayer Josema Romeo, responsable de la Federación de Industria de CCOO en Navarra-, no entendemos que se regule a la plantilla antes de verano y que ahora se cierre". De hecho, la empresa ha hecho fijo a algún trabajador en los últimos días, mientras otros tenían programados diferentes viajes laborales.

Además, el sindicato remarcó que Sodena, la sociedad pública del Gobierno de Navarra, "aportó seis millones de euros de dinero público y por eso, entre otras cosas, es inaceptable la intención de la dirección de cerrar la planta, en un momento además en el que los pedidos y los beneficios van en aumento". Trenasa forma parte de CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles), que tiene su sede en Beasain, que cotiza en Bolsa y que, en el primer semestre de este año facturó 1.117 millones de euros, un 12% menos que el año anterior, lo que le ha generado unas pérdidas de unos 35 millones de euros, según la información presentada hace unas semanas.

Para CCOO, "sin retorno social el dinero público que invierten las instituciones públicas navarra no tiene sentido". Por eso, ha pedido al Gobierno foral "una acción urgente y comprometida con el mantenimiento del empleo, en una zona especialmente castigada por el paro".

Además, el sindicato ha alertado de que "la deslocalización de la producción de autobuses está detrás de este tipo de decisiones, deslocalización que también se hace a costa de los seis millones de euros que el año pasado Sodena invirtió en el grupo".

"Siempre que hay algún elemento negativo, quien paga las consecuencias es Trenasa", criticó CCOO, que ha pedido al Gobierno foral "una presión mayor hacia la dirección de la multinacional CAF, ya que es posible aplicar en la planta navarra medidas de flexibilidad como se ha hecho en Bergara". En opinión de la Federación de Industria de CCOO, "estamos ante una cultura empresarial que trata de exprimir al máximo a la gente trabajadora sin otro objetivo que aumentar sus beneficios, ya que la pandemia no ha afectado a esta planta ni al grupo ya que no se han perdido pedidos, al contrario, el grupo está pendiente de la adjudicación de algunos muy importantes".

Por su parte, el sindicato ELA, sin representación en el comité de empresa (siete delegados de CCOO y dos de USO), aseguraba ayer que "la decisión de la compañía CAF de cerrar Trenasa obedece a una deslocalización de manual puesto que parte de la producción de CAF se está llevando a Polonia". "En ese sentido cabe denunciar que CAF nunca ha dotado a la planta de Castejón de estabilidad y siempre la ha utilizado para aplicar recortes de plantilla y de condiciones laborales en cuanto disminuía la carga de trabajo en la multinacional".

Asimismo, ELA quiere denunciar las subvenciones millonarias que ha recibido esta multinacional durante los últimos años. Ante esta situación, el sindicato considera imprescindible la aprobación de una ley para evitar deslocalizaciones de empresas beneficiadas por ayudas públicas. "El reciente cierre de Gamesa Aoiz o el anuncio de CAF pone en evidencia la falta de escrúpulos de estas multinacionales", explicó el sindicato.

En caso de que se materializase el cierre de Trenasa más de 100 trabajadores y trabajadoras de la Ribera perderían su puesto de trabajo. "La Ribera -advertía ELA- es una de las zonas más castigadas por el desempleo en Navarra, con mayor precariedad y con un problema cada vez más evidente de deslocalización. El modelo industrial ligado al sector agropecuario y conservero no garantiza, en la mayoría de los casos, condiciones dignas. La aplicación de convenios estatales conllevan salarios bajos, jornadas interminables y abusos laborables. Lamentablemente, ahora mismo esa es la única apuesta que hace el Gobierno de Navarra para la Ribera".