La gestión apresurada del estallido de la epidemia dejó unos cuantos cabos sueltos en las oficinas de empleo, desbordadas ante la avalancha de peticiones. Algunos permanecieron semanas sin atar, como los retrasos en el cobro de la prestación que entre abril y mayo afectaron a miles de personas en Navarra. Otros, con un menor impacto cuantitativo, seguían sin solucionarse casi nueve meses después de que se presentasen los primeros Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

Era el caso de los trabajadores temporales que fueron contratados a partir del primer estado de alarma, que tenían derecho a una prestación convencional de desempleo y que se vieron afectados por un ERTE que tenía como causa el covid y a quienes los servicios públicos de empleo (SEPE) venían denegando de forma sistemática el cobro de una prestación que en muchos casos suponía su único ingreso.

"Hoy mismo nos han comunicado que el SEPE va a pagar de oficio a estas personas", explica Alfredo Sanz, secretario de Acción Sindical de Comisiones Obreras en Navarra, quien consideraba muy importante la decisión y recordaba que los trabajadores afectados no van a tener que hacer nada.

"Es el SEPE quien pagará de oficio, del mismo modo que son las empresas las encargadas de solicitar el abono cuando se abre el ERTE", añade. Comisiones Obreras no dispone de un cálculo del número de personas afectadas en Navarra por este cambio de criterio. "Puede haber algunos en hostelería", dice Sanz, quien recordaba que su sindicato llevaba semanas presionando en Madrid para solventar el problema.

El origen del problema se remonta a marzo, cuando se publicó el primer Real Decreto de estado de alarma y la primera regulación sobre los ERTE de fuerza mayor que tenían como motivación el coronavirus. Esta regulación reconocía el derecho a cobrar prestación a quienes tuvieran un contrato en aquel momento, pero con el paso de las semanas y el regreso paulatino a la actividad, algunas firmas comenzaron a contratar de nuevo. Lo hicieron en muchos casos con trabajadores temporales y algunos de ellos, con los rebrotes o con un descenso en los pedidos en su compañía, se vieron posteriormente abocados a un nuevo ERTE que tenía como motivo el covid.

"El error en la redacción inicial se fue arrastrando y el SEPE entendió que, si se aplicaba la norma de forma literal, estas personas no tenían derecho a la prestación, aunque el espírtu de la negociación fuese otro", explicaba ayer Sanz, quien celebra la decisión del SEPE ante el estado de "indefensión" en el que habían quedado muchos trabajadores.