El 31 de enero, en el mismo despacho de la primera planta de la sede de la CEN en que se celebra la entrevista, Juan Miguel Sucunza dio el sí definitivo a José Antonio Sarria para ser la voz de los empresarios navarros. Nadie imaginaba lo que estaba a punto de llegar. “De haberlo sabido habría tomado la misma decisión, en mi vida profesional siempre me he enfrentado a problemas”, explica.

Poco después de ser elegido, cuando apenas salíamos del confinamiento, advertía de la necesidad de salvar a las empresas. ¿Cómo definiría la situación actual del tejido productivo navarro?

-Vivimos una situación asimétrica, tanto por territorios como por sectores. En Navarra estamos mejor que la media, notablemente mejor por nuestra fuerza industrial y por la fantástica planta de VW. Respecto a los sectores hay menos asimetría, hostelería comercio y turismo están muchísimo más dañados que otros y son los que más nos preocupan.

¿Le parece suficiente el apoyo del Gobierno de Navarra a estos sectores, especialmente a la hostelería, el más castigado?

-Hay varias cuestiones. Más allá de los 20 millones -nosotros peleamos para que la cantidad fuera la más elevada posible- lo que de verdad querían los hosteleros es abrir. Al Gobierno le preguntamos si tenemos claro dónde se producen los contagios, porque en las estadísticas vemos que en la hostelería apenas son el 2% o el 3%. Esa reflexión quizá no se hace con la suficiente profundidad. Yo sé que en España, como sucede en Alemania, no nos gusta que nos hagan trazabilidad, pero en otros sitios, como en Corea, se ha hecho, por lo que la información sobre contagios es mucho más amplia. ¿Ese 2-3% de contagios. Es suficiente como para tomar medidas tan duras y profundas? Pues creo que no.

No parece haber una solución fácil. El cierre en Navarra ha funcionado, Madrid la mantuvo abierta y pareció aguantar, aunque ahora vuelve a estar mal...

-Es muy complicado, sí. Yo creo que habría que dar mas libertad siempre que los datos no empeoren, pero siendo extremadamente duros con quien no cumple o con el botellón. Si no, pagan justos por pecadores. Pero tampoco esto es fácil. ¿Cuanta policía tenemos para controlar?

¿Hasta cuándo hay que mantener los ERTE?

Como mínimo hasta después del verano; soy partidario de que estén a disposición de todos los sectores, pero desde luego el turismo y los hoteles lo van a necesitar. Ahí hay una industria de primer nivel que puede caer en manos de fondos buitre y no sería bueno. Es mejor apoyarla, porque se recuperará, sin duda.

La hostelería afronta además la supresión del sistema de módulos, considerado como un nicho de economía sumergida...

-Sin entrar en la conveniencia o no de los módulos, aunque yo prefiero hablar de estimación objetiva, creo que no es el momento. Debería haber un periodo de transición de dos años.

En las haciendas de la Comunidad Autónoma Vasca este sistema se eliminó hace tiempo...

-En las haciendas vascas está eliminado, pero en el resto de España sigue en casi todos los sitios. Y habría que calcular el mayor ingreso respecto al coste que supone el control.

Otro de los sectores golpeados es el comercio. ¿Qué opinión le merece el crecimiento del comercio electrónico con gigantes como Amazon?

-Hay muchas palabras que usamos mucho. Una es transformar. Amazon, como otras plataformas, existe y el confinamiento le ha hecho crecer. Pero el comercio electrónico va a seguir y no podemos ir contracorriente. Los más pequeños tienen que transformarse y buscar su hueco.

¿Pero ve justo el marco fiscal en el que trabaja Amazon?

-No conozco las cuentas de Amazon, que vende mucho pero tampoco gana tanto.

Bueno, su dueño es uno de los hombres más ricos del mundo...

-Sí, pero por lo que vale en Bolsa. Yo prefiero tener el dinero en el bolsillo, no en acciones. En cualquier caso, Amazon debe pagar donde genera los beneficios. Ahora, si un estado o una comunidad o la propia Unión Europea establece regulaciones que permite a alguien pagar en un sitio diferente el problema es de los marcos fiscales de los que disponemos, no de las empresas.

¿Cómo valora los Presupuestos del Gobierno de Navarra?

-Son optimistas en los ingresos y que deberían haber sido más austeros en los gastos, porque los ingresos no se van a cumplir. Propusimos que se monitoricen de forma transparente una vez al mes, para poder responder a una caída en los ingresos... A la epidemia se le responde con deuda pero no hay que incrementar gasto corriente a cargo de la deuda. Ahí hay que ser austero.

¿Comparte la opinión de quienes dicen que desde el sector público se está protegiendo aún más a los ya protegidos, como los trabajadores del sector público o los pensionistas?

-Yo creo que en momentos de dificultad hay que proteger a quien más sufre. La hostelería, el comercio, el turismo, ocio nocturno... El país necesita que la máquina dé vueltas. Si no, vamos a tener un problema. Lo peor no ha llegado porque cuando empezaron los problemas las cajas de la gente, de las empresas, estaban más llenas. Hay que guardar dinero para salvar empresas viables que van a entrar en problemas.

¿Qué le parece la propuesta para reducir la jornada laboral a cuatro días?

-Una quimera, una ocurrencia. Nosotros no tenemos superada la asignatura de la competitividad. Cuando tengamos la de Francia y Alemania, hablamos.

¿Hay que volver a subir el SMI?

-Me parece que no toca. Es un poco menos quimera que lo anterior, pero no es el momento. No podemos deteriorar la competitividad de las empresas. Yo es que creo que ahora mismo tocan pocas cosas y toca centrarse en lo que toca.

Eso mismo ha comentado en otras entrevistas respecto a la fiscalidad, uno de los asuntos más polémicos. ¿Hace Madrid dumping fiscal?

-No sé qué es dumping fiscal. A Madrid van muchas empresas y muchas personas y pagan menos que en el resto de España. Y aquí es donde más pagamos.

¿Pero pagan más las empresas o pagan más los directivos?

-Hay un problema de empresas y un problema de directivos. A mí me gustaría que Navarra tuviese un cuaderno de venta lo más atractivo posible. Antes Sodena se dedicaba a eso, no digo que ahora no lo haga, pero antes era una de las cuestiones principales. Creo que ese cuaderno de venta no puede mostrar ahora la fiscalidad como uno de nuestros puntos fuertes. Y en Madrid lo es. Aquí viene un directivo y paga el 52% mientras que en Madrid abona el 43% Y si estás aquí traer un directivo bueno de Madrid o del extranjero es complicado.

¿Es necesario un fondo de arraigo empresarial?

-Tiene que haber un filtro riguroso para gestionar esa deuda que se va a generar. Lo veo complicado. Y desde luego yo prefiero hacerlo con dinero de Madrid, con dinero de un fondo americano o de Europa. La cuestión clave es monitorizar. Y seguir paso a paso lo que sucede. Por eso nosotros hemos pasado una propuesta para gestionar empresas en crisis, a eso le llamábamos el hospital de empresas, coloquialmente, para que las empresas que sean viables vayan por un lado y las que no, por otro.

¿Está Navarra en buena posición para captar fondos europeos?

-Tanto en Reactivar Navarra como en Next Generation hay que aterrizar. Hay que poner números. Soy ingeniero, si no los veo no sé ver la realidad. Sé que es difícil, pero hay que tomar decisiones y hay que apostar. A Pedro Sánchez ya le dije, invertir en Navarra es rentable, porque la gestión económica la vamos a hacer correctamente. Todo el mundo está con hidrógeno, con baterías, con rehabilitación, pero Ebro Food Valley, por ejemplo va de otra cosa y ahí Navarra es muy fuerte. Quizá solo Murcia está como nosotros. Ahí tenemos que ganar sí o sí.

¿Tiene Navarra proyectos que encajen?

-Los que tenemos en CEN creemos que sí. El reparto por Comunidades no lo conocemos desgraciadamente, pero si somos el 1,6% del PIB malo sería que no consigamos más. En los fondos europeos, el 40% tiene que ser de pymes, Así, en los proyectos navarros hay que meter pymes navarras y en proyectos no navarros queremos que haya pymes navarras. Me gustaría, eso sí, que la mayor parte de los de 70.000 millones lleguen a empresas que generen empleo a largo plazo y paguen impuestos.

¿Es el momento de pensar a largo plazo?

-Entiendo que hay necesidades a corto plazo, con una tasa de paro mayor que hace un año. Pero hay que trabajar con la vista en el largo plazo.

Los nacidos entre 1985 y 1995 afrontan su segunda crisis económica consecutiva en algunos casos sin haberse consolidado. Y hay estudios que apuntan que ganan mucho menos que la generación anterior a su edad. ¿Le preocupa?

-Tambien es bueno para su background... pero, sí, me preocupa, quizá lo tienen más difícil que la anterior. Para mí es clave la educación. Cómo formamos a los profesores para que luego formen a los alumnos y que este avance tecnológico y nuevo paradigma sea bien gestionado por los jóvenes. Porque vemos que la edad media sube y necesitamos jóvenes competitivos.

Hay profesores universitarios que alertan de una fuga de talento desde Navarra...

-Es una pena formar en Navarra a jóvenes y que luego se vayan. De mis hijos, por ejemplo, ninguno trabaja aquí. Les preparamos muy bien, pero hay que darles un ecosistema de empresas donde se puedan emplear.

¿Qué busca del nuevo consejo asesor de la CEN?

-Que me critiquen y que me ayuden. Yo he estado en diferentes empresas, pero necesitaba gente que tuviese una visión no tan del día a día. Y ahí cabe por ejemplo Alejandro Legarda, que no es navarro, pero tiene esa visión. Y por todo ello le he dado un poco más de relevancia el comité asesor, que ya existía, pero lo cambié.

A alguno ha sorprendido que incluyera a Enrique Goñi, el último director de Caja Navarra...

-Enrique Goñi estaba en el consejo asesor y yo le dije que continuase. Busco gente que tenga contactos, capacidad de crítica y de ayuda.

Fecha y lugar de nacimiento. Pamplona, 1960.

Estado civil. Casado con Beatriz Guibert Tienen cuatro hijos: Gonzalo, Diego, Nicolás y Juan.

Formación. Estudió en Jesuitas (Pamplona) e Ingenieria en Tecnum (San Sebastián). Programas de dirección en IESE y Harvard, Deusto y Toronto

Curriculum. Ha sido director general de Icer Breakes, consejero delegado de Berkelium, del que era accionista, y presidente de Grupo Azkoyen.

“Somos el 1,6% del PIB de España: malo será que no consigamos fondos europeos en mayor cantidad”

“A la epidemia el Gobierno debe responder con deuda, pero habría que ser más austero en el gasto corriente”

“La semana de cuatro días es una quimera: cuando tengamos la competitividad alemana hablamos”