Desde una oficina de Tajonar y con 11 personas ya trabajando, NexxyoLabs es una empresa navarra de apenas dos años de antigüedad dedicada al desarrollo de software y que ha emitido ya una criptomoneda propia. Lo ha hecho desde una pequeña oficina del polígono Berroa, que ocupa desde hace unos meses y que se le empieza a quedar pequeña. Su criptomoneda, el Bamboo, ha sido empleada ya por unas 38.000 personas de todo el mundo y tiene un volumen de negociación de unos 500.000 dólares al día.

Daniel Valdés es el director general de una empresa poco habitual en Navarra. Estas son algunas de sus características: el mayor de sus trabajadores no supera los 45 años; ocupa a ingenieros, programadores y diseñadores; desarrolla aplicaciones y paginas web para terceros, está creando software para proyectos en el sector industrial, así como un videojuego (Outer Ring) que quieren lanzar al mercado. Y, junto a ello, ha ensamblado cajeros para criptomonedas y lanzó la suya propia hace dos meses. El bamboo, que cotiza en estos momentos a unos 0,26 dólares, es convertible en euros en apenas unos minutos. Los posters de la moneda, con un oso panda como símbolo, decoran la estancia.

Su máximo responsable es un emprendedor nato: tras estudiar soldadura y calderería, apostó por la hostelería. "Cogí el bar Atxiki, en la calle Nueva de Pamplona. Lo transformé en un bar heavy y funcionó bien", explica Valdés, de 33 años, autónomo durante toda su vida y que desde hace más de diez años sigue de cerca el mundo de las criptomonedas. "Empecé como todo el mundo, con un carácter más especulativo y después más en serio, estandarizando las decisiones". "Y después vimos que detrás había una tecnología, el blockchain, con la que empezamos un proyecto en 2017".

Un banco para que el dinero trabaje

En 2019, los proyectos toman la forma de la empresa, que arranca en Barañáin. Y este mismo año lanza Bamboo Defi, una de las miles de criptomonedas que circulan en todo el mundo y con la que operan de manera habitual unas 500 personas, con una liquidez que supera los 350.000 dólares en el mercado de Bamboo Defi. Y, al margen de la tecnología que la sostiene, como cualquier otro activo, el valor reside en la usabilidad que tenga y en la confianza que genera entre los ciudadanos.

Bamboo Defi es una criptomoneda y sobre todo "una plataforma de banca descentralizada, donde el usuario es dueño y señor de su dinero, en vez del banco", explica Valdés. "Aquí, un usuario aporta dinero (liquidez) y a cambio de ello percibe un rendimiento que sale de las operaciones que se hacen de nuestra plataforma y de los pagos que se hacen en nuestra moneda. La intermediación es un 0,3%. De eso, el 0,06% lo cobramos nosotros como empresa y un 0,24% se reparte entre todos los usuarios que han aportado liquidez", explica.

La plataforma permite hacer trading con otras criptomonedas, conceder créditos de persona a persona o incorporarse a pools de liquidez que aportan financiación a quien la requiera. "La diferencias es que el dinero no lo estás prestando a la plataforma, sino que lo aportas desde una cartera digital que nadie puede tocar al hallarse descentralizado. Se presta siempre en dos tipos de moneda. De tal manera que si sube una baja la otra".

3,2 millones emitidos

Constituida como una SL y validada por una EAFI, la empresa tiene el permiso de la CNMV para emitir criptomoneda. Para capitalizarse captó 500.000 euros y ha emitido 3,2 millones de bamboos. "En la comunidad se hacen votaciones y es la propia comunidad la que ha puesto un límite a la emisión de 30 millones de bamboos", explica Daniel. "Después de lanzar la moneda tocó los cinco dólares y luego ha ido bajando más o menos hasta su precio de origen, lo normal es que ahora se estabilice un tiempo ahí y espero que poco a poco vaya subiendo", dice Valdés.

La empresa navarra se encuentra ya en negociaciones con emisores de tarjetas como Visa y Mastercard con el objetivo de mejorar al máximo la usabilidad, una de las claves de su rentabilidad y del incremento en su cotización futura. La firma navarra, con el panda como símbolo se encuentra, además, muy focalizada en Asia, donde una clase media emergente busca nuevas opciones de inversión. "Tenemos canales de telegram que atendemos en 30 idiomas diferentes con comunity managers locales, que cobran su sueldo en bamboos. En chino, en bengalí, en vietnamita...".

El bamboo supone hoy una de las principales fuentes de ingresos para la empresa, que trabajaba también en el desarrollo de proyectos para la industria. El blockchain, una de sus especialidades, resulta especialmente para la trazabilidad. "La presencia de una empresa como VW Navarra -dice Valdés- es un una gran oportunidad para muchos".

"Yo ya vivo con criptomonedas"

Cuando Daniel Valdés empezó a interesarse por el tema, hace casi una década, las criptomonedas sonaban casi a algo delictivo. "Mis padres me decían que tuviera cuidado. Y mi madre -recuerda entre risas- me advirtió de que no iría a visitarme a la cárcel. Hoy me dicen a ver si pueden invertir". El futuro es ya una realidad para un pamplonés que cree que en los próximos años el uso de estas divisas se irá extendiendo. "Permite obtener rentabilidades a inversiones muy pequeñas, de 50 o 100 euros". explica. Pero el presente ya ofrece posibilidades.

"Yo vivo prácticamente en criptomonedas. Mi mujer tiene un trabajo en el que cobra en euros, así que los gastos comunes se pagan de ahí. Pero el resto lo pagamos ya con criptomonedas o con dinero que se ha convertido desde ahí. Con una tarjeta de Binance, por ejemplo, que es aceptada en cualquier comercio que use visa o mastercard puedo hacerlo. Binance convierte las criptomonedas en euros, que es lo que le llega al comercio, que ni se entera".