Dos años más tarde, regresó el 1 de Mayo a las calles. Dos años después, CCOO y UGT volvieron a desfilar juntos por el centro de Pamplona; casi dos millares de personas separadas convenientemente, agrupadas tras unas pancartas que reflejaban aquello que no ha cambiado durante una pandemia. Los despidos en las empresas, la pelea por mejorar las condiciones del trabajo, el reconocimiento, la dualidad entre el capital y sus empleados que sigue viva 135 años después del inicio de la huelga de Chicago.

“Es hora de que los gobiernos cumplan, porque somos un país en deuda con la gente trabajadora”, dijo Chechu Rodríguez, secretario general de CCOO en Navarra, el sindicato que desde finales del año pasado obtiene la mayor representación en la Comunidad Foral. Apenas 16 delegados lo separaban esta semana de UGT, quien ha mantenido esta condición durante casi cuatro décadas.

El dirigente de CCOO, trabajador de Volkswagen Navarra, se refería así al trabajo hecho durante los últimos meses por decenas de miles de personas que mantuvieron abiertos los servicios básicos y evitaron el colapso. Pero también aludía a las promesas, escritas en un acuerdo de Gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos que está lejos de cumplirse. “Un país moderno y un Gobierno progresista no pueden coexistir con el actual modelo laboral. Hay que derogar la reforma laboral, subir el SMI y derogar la reforma de las pensiones de 2013, hay que mandar al baúl de los recuerdos el legado de Rajoy”, leyó desde la pequeña tribuna que se alzaba junto al Monumento a los Fueros.

No faltaban entre ellos representantes de algunos de los sectores que hoy sufren el azote de los ERE, los recortes de personal que buscan mejorar la rentabilidad de la banca o de las tiendas. Allí estaban los trabajadores de CaixaBank y BBVA, por ejemplo, en plena negociación de unos drásticos recortes y las representantes de H&M, la cadena de ropa sueca que ha puesto encima de la mesa cuatro despidos en Navarra dentro de un plan de ajuste global.

“Los bancos tienen mejores balances que antes de la crisis y a la vez plantean miles de despidos. Esto no lo podemos consentir”, señaló Jesús Santos, secretario general de UGT en Navarra, quien recordó que “los trabajadores, a través de sus impuestos” aportaron “60.000 millones a la banca para que salieran adelante. El Gobierno tiene que parar este escándalo”.

Santos quiso mirar a los jóvenes. “Porque la peor parte de todo este zarpazo se lo está llevando una vez más nuestra juventud. Desde el año 2008, es decir, entre la crisis anterior y la actual, Navarra ha perdido 50.000 empleos jóvenes, casi el 44,7% de la población joven ocupada hace doce años”, señaló echando mano de un dato que tiene que ver tanto con el desempleo como, sobre todo, con una evolución demográfica implacable y preocupante. “O damos la vuelta a esta situación, o vamos a tener un futuro muy negro”, dijo.

Es la hora, recordaron los sindicatos, de dar un giro a las políticas, de ofrecer el impulso público suficiente que de aire a unas clases medias y trabajadoras en riesgo de depauperación. Un objetivo que en Navarra, resumió Chechu Rodríguez, pasa por articular finalmente un Plan de Empleo que ofrezca respuestas a una realidad nueva y “ayude a cambiar algunas de las características negativas del mercado laboral”. “No podemos seguir siendo la comunidad con menos paro y a la vez donde las jornadas parciales son más numerosas, la brecha de género en salarios más alta y el índice de incidencia de accidentes de trabajo más grande”.

En la misma línea, Jesús Santos consideró urgente “corregir con la máxima urgencia las desigualdades que sufren las mujeres, los jóvenes y los trabajadores migrantes”. Y también es esencial, dijo, “articular planes de choque para sostener a los sectores más dañados: el turismo, la hostelería, el comercio, etc., y aprovechar para todo ellos los fondos europeos, que deben contribuir a reforzar y modernizar nuestro tejido industrial, para que Navarra vuelva a ser una comunidad puntera en Europa”.

Las reivindicaciones. Además de la pancarta inicial, también se exhibieron otras pancartas con reivindicaciones sectoriales y de empresas concretas con conflictos laborales, como los pensionistas, las residencias de tercera edad, la banca con despidos en CaixaBank y BBVA o la firma textil H&M.

Javier Remírez, del Gobierno. Javier Remírez, vicepresidente del Gobierno, acudió a la marcha, al igual que Félix Taberna, asesor de María Chivite, y Marisa de Simón, de Izquierda-Ezkerra.

“No vamos a dejar, de ninguna manera, que la ultraderecha vuelva al poder”

Secretario general de CCOO en Navarra

“Es esencial articular planes de choque para sostener a los sectores más dañados en la pandemia”

Secretario general de UGT en Navarra