Primero, las buenas noticias. Todavía falta, pero el mercado de trabajo empieza a reaccionar en Navarra. Abril unió estacionalidad y efecto rebote para dejar un buen dato de empleo, uno de los mejores de lo que va de siglo, pero un muy modesto descenso del paro. Siguen las restricciones y muchos de los servicios con mayor capacidad para crear puestos de trabajo se encuentran lejos de recuperar la normalidad.

Con todo, abril confirma que la economía navarra tiene capacidad para crear empleo incluso con tasas de crecimiento muy bajas o incluso negativas, como ya sucedió en el primer trimestre de empleo. Durante el pasado mes se mantuvo la tendencia e incluso la acentuó, de tal manera que el mercado e trabajo debería llegar al verano con cierto vigor, En estos momentos la Seguridad Social tiene cotizando unas 7.100 personas más que hace un año, cuando el confinamiento provocó la mayor caída registrada.

Navarra estaría ya, por tanto, cerca de alcanzar los niveles de ocupación de octubre de 2019, que marcan el pico de los últimos años. Un objetivo que, sin embargo, puede costar. Porque una parte del empleo que se recupere en los próximos meses ya está contabilizado hoy, solo que en los ERTE.

La recuperación en el pasado trimestre ha sido, además, lenta. En el último mes no solo se ha frenando la salida de trabajadores el ERTE, sino que la decisión de mantener cerrados los interiores de los bares ha aumentado incluso el número de trabajadores que siguen regulados en 296 personas. El empleo efectivo, en todo caso, muestra señales positivas, a la espera de que la vacunación permita ir eliminado las restricciones y la hostelería recupere unos niveles de actividad razonables.

Porque el paro baja siempre (o casi siempre) en abril. Solo en 2009, en pleno estallido de la burbuja inmobiliaria, el desempleo subió en Navarra. Lo volvió a hacer el año pasado y en 2021 regresa a su tónica habitual. El descenso se sitúa sin embargo en el rango bajo de la serie histórica, algo que refleja las limitaciones que todavía persisten y que retrata además una realidad preocupante. El desempleo estructural amenaza con situarse por encima de las 30.000 personas, un nivel inaceptable si la referencia es Europa.

Con la tasa de desempleo más baja de España (o la segunda tras la CAV según los trimestres) el comportamiento del mercado de trabajo en Navarra durante la pandemia ha sido algo mejor que la media. En abril de 2021, se superaba ya el empleo de febrero de 2020 (antes de la explosión del virus) en 457 personas, mientras que el conjunto de España no ha recuperado todavía los datos previos. En términos interanuales puros (abril de 2020 a abril de 2021), el crecimiento del empleo en Navarra es sin embargo algo inferior a la media.