- La construcción vive una nueva época dorada que puede verse truncada por dos problemas que el sector arrastra desde hace tiempo y que se han agravado en los últimos meses, como son la "alarmante" falta de mano de obra y el fuerte aumento de los costes de edificación. Los constructores, que han visto cómo la crisis de la covid-19 ha pasado de puntillas por su sector, especialmente el residencial, temen ahora que la confluencia de estos factores retrase o paralice la ejecución de obras y suponga un frenazo a su actividad.

Todo ello en un momento en que el inmobiliario aguarda con entusiasmo la llegada de los fondos europeos Next Generation, que podrían dejar en el sector unos 40.000 millones de euros, bien a través de proyectos de rehabilitación, obra nueva, energías renovables o infraestructuras. La duda es si las empresas podrán asumir todas estas nuevas obras: "Existe el temor de que no se podrán afrontar todos los proyectos porque no va a haber mano para ejecutarlos", admite el presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), Pedro Fernández.

Peones, albañiles, encofradores, gruistas o jefes de obra son algunos de los profesionales que necesita el mercado, que emplea actualmente a 1,3 millones de personas y que requerirá de otros 700.000 trabajadores en el corto y medio plazo gracias a la llegada de los fondos de recuperación. Fernández recuerda que la construcción llegó a tener en 2008, antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, unos 2,8 millones de trabajadores, cifra que con la crisis cayó hasta los 800.000 y que ha ido aumentando paulatinamente hasta los actuales 1,3 millones de empleos.

Buena parte de esos profesionales cambiaron de sector y no volvieron a la construcción, con lo que el Estado perdió mano de obra experimentada que más de una década después no ha sido capaz de recuperar. El sector ha intentado suplir este vacío con trabajadores de otros países, principalmente de Latinoamérica, Europa del este y norte de África, pero "ni con inmigración se puede cubrir la demanda existente", explica Sergio Rabassa, director de Desarrollo en la promotora inmobiliaria Petrus.

El problema, señala este directivo, es que "la juventud no piensa en la construcción como un sector de aprendizaje y formación", pese a que ofrece buenos horarios y salarios, un gran abanico de especializaciones y oportunidades de promoción. "No tiene sentido cuando hay un 40% de paro juvenil", subraya Fernández, que lamenta que, ante esta situación, la FP no se haya potenciado ni sea una opción para los jóvenes.