El pasado martes se aprobó en el Consejo de Ministros el proyecto de ley con las primeras medidas para la reforma del sistema público de pensiones, acordado a principios de verano con los sindicatos y las patronales. Uno de los objetivos: hacer que la gente trabaje más años, mediante diversos incentivos y reducciones.

Y es que, mientras aumenta el número de personas que se jubila antes de los 65, se incrementa también la tendencia hacia seguir trabajando después de la edad de jubilación. Al fin y al cabo, cada vez son más las personas que se acercan a esa barrera, y ese número seguirá creciendo mientras la generación baby boom llegue a la tercera edad.

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En Alemania hace poco comenzó el debate sobre retrasar la edad de jubilación a los 70 años. Asimismo, buena parte de los países europeos cuentan con planes para ir retrasando esa edad, igual que en España, donde la edad de jubilación va a seguir retrasándose los próximos años, llegando a 67 en el 2027, en virtud de la reforma pactada por Zapatero con los agentes sociales. Hoy en día, está en 65 años en el caso de acreditar 37 años y tres meses cotizados, y en 66 si se ha cotizado menos de eso. Igualmente, esta cifra de cotización se irá aumentando paulatinamente.

Los gobiernos quieren que se trabaje más años y mucha gente, por gusto o no, ya lo está haciendo. En Navarra, concretamente, son 3.387 personas las que siguen trabajando teniendo 65 años o más, una cifra que prácticamente se ha duplicado en cinco años. Esta tendencia está presente mayoritariamente entre los hombres y es un claro ejemplo del dicho 'los 60 son los nuevos 40', ya que mucha gente de esa edad se sigue viendo perfectamente capacitada para trabajar.

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A este factor hay que sumarle las complicaciones acaecidas debido al cambio de mentalidad en la jubilación, un cambio que suele costar ya que, según la psicóloga y profesora de la Unibertitat Oberta de Catalunya, Montserrat Lacalle, es uno de los mayores factores de riesgo para sufrir depresión.

Por otro lado, aunque mucha gente que decide seguir trabajando lo haga por gusto, otro tanto no tiene esa elección, debido a las dificultades actuales para conseguir una pensión completa, y se sigue trabajando para cumplir estas necesidades económicas.

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De todas maneras, la preocupación principal es tener que pagar las pensiones cuando cada vez va a haber más jubilados, mientras las nuevas generaciones son cada vez más reducidas. Así, junto con reformas en las pensiones, llega una nueva y cuantiosa generación a la edad de jubilación. Unos, con ganas de seguir trabajando hasta que el cuerpo aguante; y otros, en cambio, deseosos de alejarse del oficio lo máximo (y lo antes) posible.

Reforma de pensiones

Cambios a la reforma de 2013. Se suprime el polémico factor de sostenibilidad en pos del mecanismo de equidad intergeneracional y las pensiones subirán según el IPC.

Coeficientes reductores. Se rebajarán, pasando a ser mensuales, y tendrán un mayor porcentaje.

Incentivos. Se introducen incentivos para retrasar la jubilación y revisar el modelo de jubilaciones anticipadas, acercando así la edad efectiva de jubilación a la edad real