El Observatorio de la Realidad Social, dependiente del departamento de Derechos Sociales, mostraba esta semana un dato llamativo de entre la estadística referente al desempleo y a la contratación. Noviembre registró 3.573 contratos indefinidos en Navarra, una cifra récord en los últimos 15 ejercicios para el penúltimo mes del año.

La recuperación económica puede justificar parte de este comportamiento, a pesar de un contexto con incertidumbre por el incremento del coste de la energía y materias primas y por los niveles de inflación. Pero también existe otra causa: el fomento de las inspecciones en las empresas, impulsado desde el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz, para atajar la eventualidad irregular.

La lucha contra el abuso de la temporalidad comenzó con la exministra socialista Magdalena Valerio, y ha continuado con Yolanda Díaz en el Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos. El pasado 16 de noviembre la ministra recordó que las campañas de Inspección en la agricultura, en trabajadoras del hogar o en el cruce de datos para controlar contratos temporales con duración superior a 24 meses, "han servido para convertir en indefinidos 267.000 contratos de trabajo" en España. De los tres supuestos, el plan de choque con el cruce de datos ha facilitado que el 75% de estos contratos temporales se hayan transformado en fijos.

En esta actuación, Inspección envía una carta a la empresa en la que informa de que ha detectado anomalías en el uso de determinados contratos, y solicita a dicha compañía que subsane esa situación. Si hace caso omiso a la misiva, las personas inspectoras acuden de manera presencial. En noviembre comenzó el segundo plan de choque contra la eventualidad fraudulenta en España, y parece que ha tenido sus frutos ya que en noviembre miles de trabajadores eventuales han pasado a fijos por la labor de la Inspección en el Estado. Ese motivo explica, en parte, que Navarra haya cifrado 3.573 contratos indefinidos en noviembre, un 81% más que en el mismo mes de 2019 previo a la pandemia; y el doble que en 2020.

Quién se ha beneficiado

Según los datos del Observatorio de la Realidad Social, el perfil mayoritario que se ha beneficiado de los contratos indefinidos en noviembre se corresponde con el de un varón autóctono, de entre 30 y 44 años, que desarrolla su jornada laboral completa en la industria o en el sector servicios.

Este incremento de la contratación indefinida en el penúltimo mes del año, ha favorecido que Navarra acumule en 2021 un total de 22.726 contratos indefinidos, y que se aproxime a cifras de 2019, periodo anterior a la pandemia -año que se toma como referencia ya que 2020 resultó atípico por el frenazo de la economía ante las medidas restrictivas adoptadas por las autoridades para combatir la expansión del coronavirus-.

Un 10% menos que en 2019

Sin embargo, Navarra no ha recuperado el ritmo de contratación previa a la pandemia por la disminución de la contratación temporal, principalmente en el sector servicios, que ha padecido las limitaciones marcadas por el Gobierno foral, como el cierre perimetral de Navarra entre octubre del año pasado y mayo que truncó la actividad turística de viajeros nacionales e internacionales, o la clausura del interior de la hostelería y la ausencia de espectáculos multitudinarios, entre otras actividades. Todo ello ha conllevado que la Comunidad Foral compute un total de 333.500 contratos (entre eventuales y fijos) hasta noviembre, un 10% menos que en 2019.

De todos ellos, un 93% son temporales -porcentaje que se ha mantenido en los últimos tres ejercicios-, lo que desvela la marcada dualidad del mercado entre fijo y eventual, que ahora quiere atajar la mesa de la reforma laboral, formada por el Estado, la patronal y los sindicatos CCOO y UGT.

Quién soporta la eventualidad

Nueve de cada diez contratos que se han realizado este año en la Comunidad son eventuales y recaen principalmente en las mujeres -seis de cada diez llevan su firma-, principalmente en el sector servicios. La estadística también señala que el 73% de las relaciones contractuales temporales se hacen a jornada completa.

La UE ha advertido a España de que debe resolver su alta temporalidad, y la mesa de la reforma laboral está abordando esta materia. Sin embargo, existen discrepancias entre los agentes que la componen.

De esta forma, la CEOE ha expresado su rechazo a limitar el número de trabajadores temporales en relación con la totalidad de la plantilla, como defiende el Gobierno central. En su lugar, la CEOE aboga por mantener la legislación actual y la causalidad tradicional, entre otras medidas.

Antes del 31 de diciembre de este año, el Ejecutivo debe publicar en el Boletín Oficial del Estado el acuerdo alcanzado tras la revisión de la reforma laboral de 2012, paso necesario para poder acceder a los fondos europeos.