El desarrollo de nuevos parques renovables se ha encontrado con una fuerte oposición social en muchas zonas. ¡Cómo lo valoran?

-Nos hemos dado cuenta todos de que, por una parte, hay que cambiar el modelo energético. Pero el sector también se ha percatado de que el modelo que traíamos de antes, cuando no teníamos los objetivos actuales, ya no es válido tal y como está. Hay que abrir el abanico, hay que generar de manera distribuida y de manera microdistribuida. Hasta la generación centralizada, como el ciclo combinado, habrá que cambiarla al hidrógeno tarde o temprano.

Uno de los sectores que se ha quejado es el agrario, que teme perder algunas tierras especialmente fértiles

-Se está trabajando en otros diseños de placas solares, con una forma de invernadero, que permiten la creación de microclimas específicos que permitan otro tipo de cultivos. Si cambiamos el diseño de los parques podemos encontrar que hay complementariedad con la agricultura. No se trata de alicatar Navarra de placas solares, pero es fundamental que la producción de renovables se capilarice. Va a hacer falta todo. Ahora se colocan placas, pero por qué no mini eólica, con aerogeneradores que se instalen por ejemplo en comunales de los pueblos. Son más pequeños pero producen como un campo de fútbol de placas.

Si se va a repotenciar parques, qué se va a hacer con los aerogeneradores viejos que se sustituyan?

-Es el momento de introducir al sector en la economía circular, la de las tres erres. La primera, reutilizar. Hay componentes, como las palas y las multiplicadoras, que pueden regresar a un mercado de segunda mano. Ese mismo modelo puede ir a parques que lleven diez años en otra parte del mundo y que necesiten repuestos. Navarra tiene ahí toda la capacidad industrial e ingenieril para hacer ese reacondicionado. Recuperar es la segunda erre. Hay componentes sin salida en el mercado de segunda mano, pero que tienen materiales críticos como tierras raras, que hoy están en manos de China porque tiene las minas para su estracción, y controla precio y suministro. Europa no puede depender de China en aspectos tan estratégicos.

¿Para qué se pueden emplear?

-Esas tierras raras son necesarias para motores eléctricos en automoción, para generadores en eólica, para los imanes permanentes, para los microchips. La Unión Europea va a obligar a que parte de la materia prima de los procesos de fabricación venga de material reciclado.

¿Y el reciclaje?

-La tercera erre es el reciclaje directo. Ahí entran los aceros de la torre, y los fundidos como el bastidor y el buje. Esto se achatarra y hay fundiciones como la de Mekatar, Sakana o Sidenor que pueden usar esta chatarra, que además es la de mejor calidad. En las palas, ya supone algo más de reto, porque aún no hay una tecnología 100% madura, aunque sí bastante avanzada (TRL6) que ya se pueden empezar a industrializar. Una opción es recuperar la fibra de vidrio para nuevas palas o cuadros de bicicleta. Y otra es el triturado para hacer subproductos que nada tienen que ver con la eólica, pero sí con la construcción y la automoción.

¿Es una oportunidad industrial?

-Sin duda y deberíamos aprovecharla, porque otros lo van a hacer. En Navarra tenemos todo, la materia procedente de los parques, las capacidad industriales, ingenieriles y, si quieres, la visión. La que ya se tuvo para instalar los parques hace 30 años también la debemos tener para comenzar con la economía circular. Teniendo en cuenta la cantidad de aerogeneradores y placas que hay que hacer no es sostenible que toda la materia prima proceda del planeta. Es que no da. Hay que sacar del planeta únicamente aquello que no se pueda refabricar o reciclar.

¿Qué necesidades tienen las pymes del sector?

-Muchas, necesitamos por ejemplo un parque experimental para probar nuevos desarrollos tecnológicos. Es ya un clamor entre las empresas de proveedores.

Está el de Alaiz...

-Pero tiene pocas posiciones y está totalmente utilizado por Nordex Acciona y Siemens Gamesa. Este parque es para probar nuevas máquinas completas grandes, pero ahí no pueden ir los proveedores, por ejemplo, Aresse Ingeniería, para probar su sistema de mantenimiento predictivo para mejorar la eficiencia de la máquina, o Nabrawind para homologar sus diseños de torres de celosía, o Leadernet para probar sus sistemas innovadores de comunicación y control. Necesitamos un parque experimental y no sólo eólico, también solar y de almacenamiento para tecnólogos de segundo y tercer nivel, donde pueda ir cada uno y probar sus cosas. Hace 20-25 los importante eran las empresas tractoras, pero ahora tenemos afortunadamente además un ecosistema empresarial nutrido y local, que no solo vende a estas empresas tractoras. Tienen sus necesidades propias y sería vital contar con él. l

“El sector ya entiende que el modelo anterior ya no sirve, hay que generar de manera microdistribuida”

“Si cambiamos el diseño de los parques solares puede haber una mejor convivencia con la agricultura”

“Las pymes de Navarra necesitan un parque de experimentación para su tecnología”