Este martes la sociedad pública INTIA ha entregado 31 diplomas a los jóvenes que han concluido un curso de formación agraria, a través del cual van a poder optar a ayudas para su primera instalación.

Cuatro de ellos coinciden en que no recogen el testigo del relevo familiar: Sharon, Sofía, Adrián y Abdul han querido emprender en el sector de la ganadería sin un referente. Son la generación cero.

EN CORTES

EN CORTES

Los hermanos Sofía y Adrián. Oskar Montero

Los hermanos Adrián y Sofía García Huguet, de 29 y 26 años, respectivamente, quieren instalar una nave con 50.000 pollos de engorde en Cortes, su pueblo.

"Vamos a construir las instalaciones, y esperamos comenzar a trabajar a finales de 2023 o principios de 2024", detalla Sofía, en el descanso previo a recibir el diploma de la mano de la consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Itziar Gómez.

De esta forma, estos hermanos prevén levantar una segunda nave en el plazo de cinco años. En Cortes, hay varias granjas avícolas. "Siempre puedes recurrir a estos ganaderos en busca de asesoramiento", confiesa esta joven, cuya pareja se dedica a la agricultura.

Además Adrián y Sofía están interesados en la apicultura. "Nuestro abuelo era agricultor y siempre nos ha gustado el campo y los animales", detalla Sofía.

De este curso destaca la formación en la gestión de un negocio. "Te das cuenta que es complicado, pero estamos muy ilusionados con el proyecto", aclara.

Sofía no reniega de su localidad, y junto a su hermano se convierten en rostros de las nuevas generaciones que mantienen vivos los pueblos. "Disponemos de todos los servicios", reitera.

EN URTASUN

EN URTASUN

Otra de las alumnas que ha concluido esta formación de INTIA se llama Sharon Gila Oloriz, de 32 años.

Sharon Gila, en los jardines del hotel Don Carlos. Oskar Montero

Antes de convertirse en ganadera trabajó como camarera y cocinera, entre otras profesionales. Hace cuatro años decidió desplazarse de Pamplona a Urtasun (Valle de Esteribar) para la cría de potros. "Es una actividad con futuro y un modelo de vida distinto", repite. "Aunque debes trabajar los 365 días del año, disponemos de una libertad que otro trabajo no te da, aunque resulte paradójico", destaca.

Cuando conoció a su pareja, Iñaki Huarte, de 33 años, este tenía unas pocas yeguas que cuidaba por "afición".

Pero esa pasión por los animales se ha convertido en la profesión de ambos, con unas 150 cabezas en cebadero; 20 yeguas madre; unas 20 vacas; toro y caballos.

"Tenemos muchos proyectos para desarrollar, como la venta directa", confiesa Sharon, quien conoció este curso por medio de UAGN. "Acudí a este sindicato para informarme sobre las ayudas a la primera instalación, y me indicaron que era necesario obtener esta formación para acceder a las subvenciones", detalla.

Sharon manifiesta que "la actividad ganadera es muy sacrificada", pero que si a una persona le gusta "disfruta de esa forma de vida". Además, remarca que el pueblo, a diferencia de la ciudad, ofrece una infancia diferente a niños y niñas. "Mis hijos, de 14 y 8 años, están creciendo con más libertad en Urtasun, una localidad de apenas 30 habitantes", relata minutos antes de obtener el diploma de este curso.

EN RIBAFORADA

Por su parte, Abdul Moundir, de 34 años, se lanzó hace tres meses a gestionar su propio negocio en Ribaforada: un rebaño de 1.800 ovejas, aunque espera superar las 2.300 el próximo año.

Abdul Moundir, en los jardines del hotel Don Carlos. Oskar Montero

Afincado en esta localidad, desarrolla su actividad con un hermano de 45 años y un sobrino de 27. "Soy el único ganadero del municipio", recuerda este emprendedor, que acudió al curso de INTIA por medio de una veterinaria con la que trabaja.