José Ángel Andrés Gutiérrez (Calatayud, 1959) es desde el 4 de julio presidente de la Fundación Caja Navarra, la de mayor tamaño de la Comunidad Foral. Andrés ha aprovechado el verano para descansar, pero también para conocer el funcionamiento de una entidad cuya obra social abarca no solo las actividades tradicionales (Isterria, colonias de Hondarribia, centros de mayores), sino una serie de proyectos de innovación y colaboración social que ponen el foco en jóvenes, ancianos y en algunos de los colectivos más necesitados de Navarra. “El equipo técnico de la fundación me está ayudando mucho”, dice Andrés en la sala de reuniones de la fundación, con sede en el Civican de la avenida de Pío XII de Pamplona.

El nuevo presidente, afiliado al PSN –es miembro del comité regional desde 2004 y fue primer teniente de alcalde de Tudela en la pasada legislatura– se sitúa al frente de un patronato completamente renovado y sustituye a Javier Miranda. Entre sus prioridades, diseñar el nuevo plan estratégico de la fundación y afrontar una necesaria diversificación del patrimonio, concentrado ahora en el paquete accionarial (0,66%) de CaixaBank. Los dividendos que procuran estas acciones suponen buena parte de los ingresos de la entidad.

¿Cómo recibió la propuesta que le hicieron desde su partido para entrar en la fundación?

–Pues con una gran satisfacción, significa poder aportar experiencia, compromiso y esfuerzo a algo tan importante como intentar beneficiar a los colectivos más desfavorecidos de Navarra. Es un reconocimiento también a la trayectoria personal. Se trata de luchar por los retos sociales de Navarra y contribuir al desarrollo económico y social de la comunidad.

¿Y qué sensación personal tuvo?

–Alegría, ilusión y también un poco de vértigo por la responsabilidad. No quiero defraudar a quien ha depositado la confianza.

No sé si el nombre impone un poco: Fundación Caja Navarra

–No, no. La fundación mira al futuro, con las luces largas.

¿Tener el carnet de un partido le hace sentir que tiene más ojos puestos en usted?

–Yo tengo claro lo que hago y cuando tomo una decisión sé lo que ocurre. Al ser elegido presidente de Caja Navarra paso a ser una persona independiente, que sigue la misión y la visión de la fundación. Ese es mi mapa y mi hoja de ruta. Voy a seguir los principios de la fundación, hacer el bien y hacerlo bien. Tengo mi ideología, claro, nadie me ha lobotomizado en este tiempo, si se me permite la expresión...

¿Pero no cree que esto le va a obligar a ser especialmente escrupuloso?

–Creo que siempre hay que ser escrupuloso. Y si algo me caracteriza es que tengo claro dónde estoy y para qué. Misión y visión, con una dinámica de mejora continua. Qué hemos hecho y qué podemos mejorar. El resto queda para la vida privada.

¿Qué es para usted Fundación Caja Navarra?

–Es una entidad y una fundación que es una referencia y un referente en Navarra. Hace una tarea muy importante, que es elaborar, colaborar y hacer proyectos, algunos compartidos con Caixa, como Innova, y otros con otras entidades con mucha menos estructura. Pero con una clara característica, que no solo patrocina, sino que se involucra en cada proyecto, se implica. Nos importa mucho lo que hacemos, pero también cómo lo hacemos, con un método, con una sistemática y una experiencia. Todo ello, aunque siempre sea susceptible de mejora, nos convierte en un referente. Y por otra parte yo creo que somos las fundación más grande de Navarra

La mayor y no es una fundación más, con un patronato elegido desde instituciones públicas, con lo el escrutinio desde lo público es superior

–Pero lo que hay que mirar es el factor común, lo que no une: aplicar dinámicas y propuestas en beneficio del desarrollo de Navarra. Hay que buscar los puntos de unión. Yo lo que tengo claro es que quiero buscar el acuerdo y el consenso por todos los medios, dedicando el tiempo que sea necesario. Diálogo, debate y decisión son las tres d que me gustaría aplicar. Pero que las decisiones sean por consenso. Y creo que las personas que están en el patronato, de las que tengo una magnífica impresión, poseen una enorme sensibilidad social. Hay que recordar que aquí no se percibe remuneración, pero hay un retorno emocional por contribuir al desarrollo de Navarra. Nos gustaría responder a los nuevos retos sociales y ser un poco más ambiciosos, para que sea una entidad de impacto y referencia, en la solidaridad y el progreso social, con una actitud proactiva, innovadora y que contribuya a la transformación social. Que seamos útiles para ese cambio social.

¿Tiene algún reto concreto?

–El nuevo patronato es un recién nacido. Así que no podemos adelantar ningún proyecto, porque será a partir de la próxima reunión cuando comencemos a definir estos proyectos y a definir qué vamos a hacer de manera urgente y de manera necesaria. A partir de ahí elaboraremos un cronograma. Una de las primeras tareas será elaborar un nuevo plan estratégico para los próximos años. Eso sería básico, porque el actual termina este mismo año.

La actividad ordinaria o tradicional supone el 70% del presupuesto de la fundación. ¿Actividades como las colonias de Hondarribia siguen teniendo sentido hoy en día?

–Todo es susceptible de valoración, pero lo que me han dicho es que va mucha gente y se aplica un modelo educativo para el progreso social, que tiene mucha aceptación. Intentaría mirar al futuro y, si algo funciona, que funcione mejor. Pero que las fotos del pasado no oscurezcan el futuro. Del pasado hace muchos años y la sociedad navarra ya ha podido asimilar lo ocurrido y a partir de ahí no me voy a posicionar.

No pensaba que preguntar por el pasado, pero...

–No quiero que suene a excusatio non petita acusatio manifesta. Todos tenemos nuestra idea, pero no la voy a expresar. No quiero destinar esfuerzos a lo que no puedo cambiar, porque me resta energía para lo que sí puedo hacer. Nunca me ha gustado instalarme en la melancolía, sino saber qué tengo y con ello qué se puede hacer.

Pues lo que tiene Caja Navarra es un paquete de acciones de CaixaBank que generan los ingresos de la fundación. Unos ingresos que, además, han ido a la baja...

–Estamos hablando de la diversificación del patrimonio, que es algo esencial. Preservar y optimizar el patrimonio es esencial. Si la fundación es un vehículo, el patrimonio es su gasolina. Nosotros tenemos que mirar ahí y hacerlo con mucha lupa y mucha atención. Y, como todo patrimonio debe tener seguridad, rentabilidad y liquidez. Como la decisión corresponde al patronato ni puedo ni debo pronunciarme. Es un asunto complejo y requiere mucho asesoramiento, ver todos los pros y todas las contras. Hay que ver todo en un conjunto, quiero ver qué dicen los técnicos y que se abra un diálogo y un debate en el seno del patronato. Y si es posible llegar a un consenso. Pero no puedo decir qué se va a hacer: ni me corresponde a mí ni sabe qué va a pasar.

Pero tener casi una única fuente de ingresos no parece lo más prudente...

–Lo primero es estudiarlo.

¿Alguien le ha dicho que esas acciones no se pueden vender?

–Nadie me ha dicho nada hasta ahora.

¿Ni dentro ni fuera de la fundación?

–Ni de dentro ni de fuera. Y, si me lo permites, mientras sea presidente no acepto presiones. Acepto opiniones, pero no presiones.

No todas las opiniones son iguales...

–Hasta ahora nadie me ha dicho nada Y eso es una verdad objetiva.

En su labor, ¿cree que la fundación debe llegar donde no llega lo público?

De lo que se trata no es tanto de llegar donde no llega lo público, sino de sumar para generar sinergias. Por eso hay que colaborar con las instituciones y con otras entidades. En la unión muchas veces está la solución. Hay que tejer alianzas y trabajar en red, porque eso puede dar más resultados y beneficios. Esa colaboración permite conocer qué hacen otros, optimizar recursos para, sumando dentro, multiplicar fuera.

En Pamplona, la fundación tiene una presencia física continua en este edificio de Civican. Usted vive en Tudela, ¿es posible aumentar la presencia que tiene allí?

–En los últimos años se han hecho muchas colaboraciones y proyectos, pero es verdad que se pueden hacer incluso más. Al fin y al cabo Tudela es la segunda ciudad de Navarra. La articulación territorial es importante y es verdad que luego ves los datos y hay diferencias importantes en empleo, renta... Estamos a 90 kilómetros y yo suelo decir que, aunque nos veamos algo distantes, es importante que no nos veamos tan distintos. Todos somos navarros y nos debe unir su vertebración territorial. Nos gusta colaborar con todas las instituciones y con el ayuntamiento de Tudela, claro.

Perfil

Ficha personal. José Ángel Andrés Gutiérrez, nacido en Calatayud, 10 de febrero de 1959. Vive en Tudela.

Ficha profesional. Diplomado en Magisterio, en la especialidad de Ciencias Humanas. Fue número uno en la oposición de ingreso al cuerpo de profesorado de EGB en el área de Ciencias Sociales. Trabajó en colegios en Urdiáin, Pamplona y Noáin. Ha sido profesor de Comunicación en el CPEBPA de Tudela, así como director. Posee la certificación internacional Life Coaching

Ficha sindical y política. Después de trabajar como profesor, se liberó en Comisiones Obreras y fue secretario general de la Federación de Enseñanza de Navarra, así como Secretario de Comunicación y director de la revista Biltzar. Ha sido miembro del consejo social de la UPNA y miembro del consejo escolar de Navarra. Afiliado al PSN, fue primer teniente del alcalde y concejal de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Tudela y miembro del comité federal del PSOE entre 2017 y 2021. Es miembro del comité regional del PSN desde el año 2004 y hasta la actualidad. Secretario de formación en la Ejecutiva regional entre 2012 y 2017.