El presidente de la Confederación Empresarial de Economía Social (CEPES) de Navarra, Ignacio Ugalde, ha hecho una mención personal en su discurso de la entrega de la Medalla de Oro a que es socio-trabajador de la cooperativa Fagor Ederlan Tafalla y se ha emocionado cuando ha confesado con su acento argentino que ha encontrado “en Navarra un cálido hogar donde vivir, trabajar y criar” a sus dos hijas e hijo.

El protocolo ha reservado la quinta fila a su familia, y desde allí han escuchado el discurso su esposa Julia Fernández Tellechea y sus vástagos María Eugenia, Micaela y Federico. El niño, de diez años, ha sido el invitado más pequeño que está creciendo en los valores de la economía social, como así defiende su padre Ignacio y su tío Miguel, director gerente de Fagor Ederlan Tafalla (perteneciente al Grupo Mondragon).

Industria motor de la Comarca de Tafalla

“La Medalla de Oro reconoce la labor del cooperativismo, personas que se asocian para trabajar en un proyecto común, como ocurre en Fagor Ederlan Tafalla”, ha explicado Miguel Ugalde, director gerente de “esta industria tractora para esta Comarca al generar empleo y riqueza”. 

Desde esa responsabilidad, ha relatado que la cooperativa ha sufrido este año por el coste energético y de materias primas. Pero ha lanzado un mensaje esperanzador para 2023: “Prevemos que será un buen ejercicio”. 

"Una familia para Mondragon"

Junto a él, la presidenta del Congreso de Mondragon y de su Comisión Permanente, Leire Mugerza, ha detallado que ella ha apostado desarrollar su carrera profesional en este modelo económico porque se amolda a los valores que le infundieron en su infancia: “Defiendo el arraigo al territorio y la cultura del entorno. Soy madre y quiero dejar a mis hijos una sociedad con igualdad de oportunidades”.

Esta ingeniera mecánica ha recordado el peso de la Corporación en Navarra, con cooperativas asociadas, de crédito y de consumo, y con miles de empleados. Por ello, esta guipuzcoana ha insistido en que “parte de la familia de Mondragon se encuentra en la Comunidad Foral”, y que por ese motivo no ha podido faltar al acto de entrega de la Medalla de Oro.

Desde Villaveta: UCAN

Desde Villaveta, localidad situada a 25 kilómetros de Pamplona, ha acudido la agricultora de 34 años, Esther Burgui. “Estudié Empresariales, pero me di cuenta que mi sitio se encontraba en el campo”, ha contado esta cooperativista, cuyo padre directamente no se ha dedicado a esta profesión, pero sí su tío.

“Las cooperativas agrarias aportan valor a los pueblos, y a veces, se convierten en su única empresa. No solo valen los números económicos sino también la aportación social, como evitar el despoblamiento”, ha analizado la vicepresidenta y vocal de cereal de la Unión de Cooperativas Agroalimentarias de Navarra (UCAN).

Historias más recientes

Este modelo de negocio centenario comparte espacio dentro de CEPES con otras familias de la economía social, con una historia más reciente, como Fundaciones de Navarra, con 25 socios, aunque próximamente van a unirse cinco más, como Aditech y Profesionales Solidarias, etc. Gemma Merino, integrante de esta asociación, ha recordado que iniciaron su actividad en 2012. “Este año nos encontramos en un momento clave, ya que hemos firmado un convenio de colaboración con el Gobierno de Navarra porque apuesta por este sector”, ha manifestado. 

Las fundaciones gestionan un patrimonio para fines sociales, por lo que el resultado genera riqueza en la ciudadanía, a personas anónimas. “La solidaridad compone nuestro ADN”, ha remarcado. Cuando Ugalde ha recogido la medalla de manos de la presidenta, Gemma ha pensado “en las personas voluntarias, que de manera altruista, dedican un tiempo a la generosidad para el bien común”.

Empresas trampolín al mercado ordinaria

La Asociación de Empresas de Inserción de Navarra (EINA) se constituyó apenas hace trece años, y actualmente es “una de las más desconocidas dentro de la economía social”, ha explicado Consuelo Corella, su secretaria técnica. Incluso, algunas personas confunden EINA con otro de los integrantes de CEPES, los Centros Especiales de Empleo de Iniciativa Social (CEISNA)

Consuelo Corella ha mostrado su agradecimiento por este reconocimiento y ha reiterado la importancia del apoyo del Gobierno foral para desarrollar su actividad: “Trabajamos duro para que las personas en exclusión puedan normalizar su vida desde el punto de vista laboral y social”.

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Atienden a perfiles variados, que disponen del certificado de Servicios Sociales que acredita su exclusión. Acuden jóvenes, mujeres o personas que llevan más de un año sin trabajo, etc. “En nuestras empresas, que actúan de trampolín, pueden estar entre seis meses y tres años. Cumplido ese periodo y tras realizar un itinerario para desarrollar sus potencialidades deben dar el salto al mercado laboral ordinario”, ha detallado.

Toda la economía social se vuelca para confeccionar un futuro con valores como la gobernanza democrática, la cooperación, la inclusión, la igualdad, la cohesión territorial y la solidaridad. Ignacio Ugalde y la presidente María Chivite incluyeron en sus discursos a los jóvenes, esenciales para tejer ese modelo de sociedad. Así Federico, el benjamín del público, seguro que también forjará su propio sueño profesional, basado en esa economía social inculcada por su padre Ignacio y el resto de familia.