Peio ha jugado muchísimo y se ha llevado la final con todo merecimiento. Ha sido más que Zabala en el partido. Ha demostrado que es un especialista en el Cuatro y Medio. De lo contrario es imposible llegar a tres finales consecutivas y ganar la txapela. Eso habla del gran nivel de Peio como pelotari. Se ha llevado la txapela porque ha hecho un partido muy bueno y Javi Zabala no ha podido sujertarle a pesar de que ha arrancado muy bien.
El comienzo ha sido parejo, con tantos muy duros. Se notaba la tensión en los dos. En ese inicio ha dominado Zabala, que mandaba en el marcador. Desde mi punto de vista, una de la claves de la final ha sido que aunque Zabala ha dominado, Peio ha sido capaz de darle la vuelta a la situación y lograr después la tacada que ha roto la final. Eso habla muy bien de él y de cómo ha jugado la final, que siempre es un partido muy especial porque es diferente.
La presión que ejerce una final está muy presente. Es un día grande y se nota. A partir de ese momento, Peio ha jugado más tranquilo y ha pasado a mandar con la zurda. Ha castigado mucho a Zabala en la pared izquierda, moviendo la pelota con gran velocidad. Después de desgastar a su rival trabajando en la pared ha aparecido el gancho de Peio para rematarle. Zabala no podía jugarle a la derecha porque Peio le metía mucha ritmo y velocidad. Le sacaba de sitio.
Para entonces, ya ha cogido una buena ventaja. Él mandaba y Zabala hacía lo que podía, pero si no mandas, en el mano a mano es imposible. Hemos visto a un gran Peio, que ha jugado con ese ritmo tan suyo que ahoga al rival. Además, una vez tomada la ventaja, Zabala se ha venido un poco abajo y Peio también ha hecho daño con el saque, que es un arma importante. Eso te concede una ventaja a la hora de encarar el tanto y Peio era superior a Zabala, que en la recta final lo ha intentado arriesgando, pero la diferencia era muy grande y Peio estaba jugando con mucha confianza.
*El autor es delantero de Aspe