Hace miles de años, China ya utilizaba el cáñamo (cannabis sativa) por sus beneficios medicinales y alimenticios. “Esta planta me recuerda al cerdo, ya que como ocurre con este animal, puede aprovecharse todo”, explica María José Beriain Apesteguia, catedrática en Nutrición y Bromatología en la Universidad Pública de Navarra (UPNA). Durante seis años, ostentó la dirección del Instituto para la Innovación y el Desarrollo Sostenible de la Cadena Alimentaria, ISFOOD, de la UPNA.

Este instituto forma parte de la Asociación Navarra para la Investigación del Cáñamo (ANIC), impulsada por el departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente para obtener las licencias o autorizaciones de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para cultivar plantas de cáñamo en la Comunidad Foral.

“En el Instituto ISFOOD, trabajo en el desarrollo de alimentos seguros, sanos, sostenibles y de alto valor nutricional, y en la búsqueda de alternativas, desarrollo de nuevos alimentos y subproductos en el marco de la economía circular. El cáñamo encaja en esta definición”, explica María José Beriain. Esta planta es una variedad de la familia cannabaceae, que contiene THC y CBD –denominados cannabinoides–. El porcentaje de estas sustancias en la planta debe ser limitado para cumplir con la normativa legal: 0,2% de THC y 4% de CBD. “La UPNA trabaja con técnicas rápidas para detectar los niveles de estas sustancias, pero también vamos a basarnos en el método de control de los laboratorios de la empresa pública Nasertic”, detalla María José Beriain.

¿Por qué hasta ahora el cáñamo no ha despertado interés?

La marihuana como droga ilegal ha eclipsado la utilización de otras variedades procedentes de la misma familia que no tienen la catalogación de narcótico, como el cáñamo. Durante décadas, la legislación no ha diferenciado entre un tipo de planta y otra y eso ha hecho que fuera complicado avanzar con el cáñamo.

¿Qué ha ocurrido para que eso cambie ahora?

Hace menos de una década a nivel mundial apenas se registraban trabajos científicos de investigación relacionados con el cáñamo. Sin embargo, en los últimos tres años ha habido una multiplicación exponencial porque ha florecido el interés en Europa y en EEUU, ya que se han dado cuenta de sus propiedades y aplicaciones en el ámbito de la salud y de la alimentación dentro de un marco regulado. Ahora mismo, en el caso de España, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) debe dar permiso para cultivar este tipo de plantas para sintetizar el CBD y THC.

¿En qué se diferencia la marihuana, asociada al cannabis, del cáñamo?

La marihuana contiene un nivel alto de THC con efectos psicotrópicos. En cambio, el cáñamo ofrece una riqueza de compuestos con propiedades interesantes para uso médico y alimentario de manera natural.

¿Un ejemplo de esas aplicaciones?

Estamos buscando nuevas materias primas para mejorar la calidad de vida ante el incremento continuado del número de habitantes en el mundo. Ya se elaboran alimentos saludables con CBD, como gominolas; o en el ámbito de la salud, existen preparaciones galénicas, como aceites también con CBD para quitar el dolor al aplicar esta solución directamente en la piel.

Navarra cuenta con establecimientos ‘cannabis store’ en los que ofrecen productos de cáñamo. ¿De dónde proceden estos artículos, ya que este sector no se encuentra desarrollado en España?

En estos momentos, el Estado no permite el trasiego del CBD, y este tipo de tiendas importan el producto, desde Suiza por ejemplo. Hace falta la liberalización del mercado con garantía para crear riqueza y generar empleo, ya que es una pena que estas redes de establecimientos compren de otros países ese género cuando se podría elaborar aquí.

¿La normativa es muy estricta?

En junio, el Congreso de los Diputados constituyó una comisión para estudiar la apertura del cáñamo. Actualmente, las limitaciones son exhaustivas, pero poco a poco conforme el sector vaya desarrollándose, las autoridades modificarán y flexibilizarán la legislación.

Desde 2020, Navarra lleva trabajando en el proyecto para confeccionar un sector en torno al cáñamo. ¿Por qué ha hecho esta apuesta?

El departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente ha visionado esta iniciativa de economía circular para formar un nuevo sector que cubre toda la cadena de valor, desde la agricultura hasta la industria para solventar los servicios que demanda la ciudadanía. Es fundamental el apoyo y la coordinación de la Administración para impulsar esta actividad incipiente.

¿Con quién está trabajando el departamento de Desarrollo Rural?

Con un equipo técnico multidisciplinar, con fortalezas y especialidades científicas que aportan los cimientos, las variedades, el control de cannabinoides y la composición general del nutriente de las semillas para que luego aparezcan todas las oportunidades. Y a medida que la red vaya desarrollándose pueden incorporarse otros equipos según las necesidades, e incluso contar con cooperaciones internacionales. Posteriormente, seguiremos acompañando a las empresas para que desarrollen la viabilidad comercial de los productos, porque el objetivo es transformar el cáñamo en innovación y negocio. En definitiva, buscamos su potenciación para elaborar productos novedosos que aporten riqueza a Navarra, como alimentos, tratamientos terapéuticos, productos de cosmética, prendas de vestir, pinturas, plásticos biodegradables o biocombustibles.

¿En qué momento se encuentra el proyecto?

En la punta de la flecha. Hemos seleccionado 30 variedades de cáñamo de países como Italia o Francia, que plantaremos en la finca de Josenea, en Lumbier, para analizar cuáles de ellas se adaptan a Navarra. En esta fase, debemos controlar los índices de THC -0,2%- y de CBD -4%- para cumplir con la normativa. Una vez que sepamos qué plantas se amoldan a las características de la Comunidad Foral, podremos certificarlas y comenzar a desarrollar la cadena de valor.

¿Qué propiedades tiene el cáñamo?

La flor contiene la mayor cantidad y concentración de cannabinoides, como el CBD y el THC, entre otros. Llama la atención las propiedades terapéuticas del CBD, pero también vale como materia prima análoga a nutrientes y biocompuestos activos con propiedades fisiológicas muy interesantes. Así podría utilizarse en los novel foods –alimentos nuevos–. Por su parte, su semilla, que carece de cannabinoides, presenta un valor nutricional importante y completo; por eso, este proyecto va a trabajar el desarrollo de alimentación humana y animal. La semilla contiene un 25% de proteína; un 24% de aceite, con un 80% de ácidos grasos polisaturados; y un 15% de fibra, además de minerales –hierro, manganesio, fósforo, magnesio– o vitaminas, etc. La propia semilla es una fuente de nutrientes adecuada y de enorme valor, que puede ser una materia prima para desarrollo de negocio, como ahora ocurre con leguminosas.