La reforma laboral, que entró en vigor este año, tenía un objetivo claro: disminuir la eventualidad del mercado de trabajo. Al revisar la estadística de enero a noviembre de 2022 en relación al mismo periodo del ejercicio pasado, puede comprobarse que la nueva normativa ha impulsado la contratación indefinida en detrimento de la eventualidad en Navarra –en línea con lo que ha ocurrido en el resto de comunidades–.

Ha favorecido, principalmente, a las personas de 24 o menos edad, al multiplicarse por cinco este tipo de contratación; ha disparado la figura de los fijos discontinuos en actividades que demandan personal en determinadas épocas del año, pero de manera estable; ha aumentado la estabilidad laboral entre los trabajadores extranjeros, que proceden de otros países no pertenecientes a la Unión Europea; y ha crecido sobre el total de indefinidos el peso porcentual de la agricultura y de los servicios. En relación al número de contratos hecho a hombres y a mujeres, en ambos casos han crecido sin producirse sorpresas, ya que tanto en 2021 como en 2022 los varones suponen el 54% de los indefinidos; y ellas, el 46%.

El Observatorio de la Realidad Social, dependiente del departamento de Derechos Sociales, muestra que en estos once meses las relaciones contractuales indefinidas han pasado a representar una de cada cinco en la Comunidad Foral, con la consiguiente repercusión en la temporalidad, al bajar 16 puntos: del 93,1% el año pasado al 78% en 2022.

¿Cómo se ha comportado?

Entre los objetivos, la reforma busca garantizar el empleo a perfiles castigados por la eventualidad, precariedad y el desempleo como jóvenes, extranjeros y mujeres. El Observatorio desvela que los contratos fijos entre las personas de entre 16 y 24 años han alcanzado los 15.533 por los 3.178 de un año antes. De esta forma, de aglutinar el 13,9% de los contratos fijos el año pasado han dado el salto hasta el 22,5%. Además, aunque el número de fijos recae principalmente en ciudadanos con nacionalidad española, su peso ha disminuido en favor de los extranjeros. Si el año pasado suponían los primeros el 79% del total de fijos, en 2022 han descendido hasta el 72%. En cambio, los procedentes de otros países engloban casi el 28% por el 21% de hace un año, debido al incremento experimentado por los ciudadanos de fuera de la UE.

La regulación

La nueva reforma también ha fomentado un tipo de contrato indefinido infrautilizado por el abuso de la temporalidad en actividades como la agricultura para la recolección, los centros escolares para personal de comedor, limpieza o transporte, o el turismo, entre otras. El contrato fijo discontinuo abarca aquellas tareas que se llevaban a cabo de manera intermitente, es decir, las empresas requieren de este personal solo en fechas específicas. Durante el periodo de inactividad, este trabajador o trabajadora sigue formando parte de la plantilla, aunque la organización no tiene la obligación de abonar un salario y cotizar en la Seguridad Social. 

Navarra ha registrado entre enero y noviembre 21.137 contratos fijos discontinuos por los 2.121 de hace un año. Actualmente uno de cada tres contratos indefinidos se corresponde a esta categoría en la Comunidad.

Por sectores, servicios ocupa la primera posición en número de fijos, y ha subido tres puntos, del 62% al 65% del total; y la agricultura, del 4% al 10,2%, lo que significa que ambos soportaban una eventualidad que la reforma ha corregido. Tanto construcción como industria también han crecido en fijos, pero su peso sobre el total cae al 18,5% y al 6,2%, respectivamente. Pero, la estadística refleja que puede que Navarra haya tocado techo en su capacidad de contratación fija: desde mayo, el 25% de contratos ha sido indefinido cada mes –uno de cada cuatro–, sin superar esa barrera.

Por el reparto del trabajo

Por su parte, CGT se ha concentrado en la mañana de este lunes enfrente del Palacio de Navarra para exigir el reparto del trabajo para así erradicar la pobreza y el incremento de las desigualdades, debido a la precariedad de las condiciones laborales y a la elevada inflación, que no pueden soportar determinados colectivos por sus bajos salarios que, además, han perdido poder adquisitivo.

Casi una veintena de sindicalistas se han desplazado hasta la sede del Gobierno para defender el reparto del trabajo como herramienta para disminuir el paro, actualmente 31.493 personas demandan empleo en la Comunidad.

CGT ha pedido “justicia social” como forma de luchar contra el crecimiento de las desigualdades. Según esta central: “Llevamos años viendo que la solución para seguir manteniendo este sistema productivo-económico-laboral es deshacerse de parte de los trabajadores”. Como considera que no es “entendible” que se asuma “destruir la vida de personas por mantener un sistema”, ha abogado por el reparto para que “trabajen todos”.