Por primera vez, un sindicato cuenta con dos coordinadores generales en pie de igualdad. LAB apuesta por un modelo que, advierte Igor Arroyo, no regresará al pasado, aquel representado por un coordinador general hombre. “Al menos uno de los dos va a ser siempre mujer”, explica el sindicalista navarro, que con 44 años posee ya una amplia trayectoria política y sindical. Licenciado en Sociología, parlamentario entre 2000 y 2003 por Euskal Herritarrok, ejerció primero la portavocía de LAB en Navarra, dotando a partir de 2008 al sindicato de una mayor presencia y visibilidad en la Comunidad Foral. En pareja y con dos hijos, Arroyo vive en Aizarotz, “un pueblo nuevo –dice– que tiene frontón pero no iglesia”.

¿Cómo va la experiencia de una doble coordinación para dirigir el sindicato?

La doble coordinación responde a una evolución de nuestro modelo sindical. Estamos haciendo un sindicato más feminista, más participativo, antirracista, que tenga un modelo de dirección más colegiado. Vamos a asegurar que siempre al menos una de las personas sea mujer. No habrá vuelta atrás a un secretario general hombre. Desde un punto de vista feminista es un avance. Desde un punto de vista de gestión, supone más comunicación y más participación. El secreto para que sea exitosa es que haya compenetración entre las dos personas y el bloque de dirección. Y de momento la experiencia es positiva.

¿En qué niveles de afiliación se encuentra ahora mismo LAB?

Tenemos casi 7.000 afiliados en Navarra. Somos unos 45.000 en el conjunto de Euskal Herria, con unos 600 en Ipar Euskal Herria.

En Navarra, el sindicato cumple casi una década de crecimiento, que le ha llevado de tener apenas un 11%-12% de representación a superar el 17%. El ascenso, sin embargo, parece haberse frenado en los últimos meses.

Hay que tener en cuenta que no existe todavía igualdad de oportunidades en el sindicalismo en Navarra. Las relaciones laborales no están democratizadas y, sin ir más lejos, en Volkswagen Navarra es necesario tener el carnet de UGT y CCOO para entrar a trabajar. En el sur de Navarra, del mismo modo, se toman medidas antisindicales para evitar que LAB entre en muchas empresas; sigue existiendo desigualdad que hace que LAB no crezca todo lo que podría. Y, aun así, creemos que estamos lejos de nuestro tope. Podemos seguir creciendo. En la Comarca de Pamplona casi estamos al mismo nivel que los otros tres sindicatos y es en el sur de Navarra donde esas dificultades añadidas nos lastran.

¿Las dificultades para crecer en la Ribera obedecen también a una identificación política con la izquierda abertzale?

Sí que es cierto que el sur de Navarra sufre una cierta desarticulación política, social y cultural respecto a la capital y al resto de Navarra. Muchas veces el sur de Navarra mira más a Zaragoza y al corredor del Ebro que a una vertebración con el conjunto de la comunidad. Eso hace que referencias del conjunto de Navarra, como LAB, tengan menos fuerza que referencias estatales como UGT y CCOO. Nuestro sindicato es un sindicato incómodo en los centros de trabajo no tanto por su ideario político sino por su práctica sindical diaria, porque no entra a negociar cuotas de contratación, porque no firma ERE y porque no es fácil para el empresariado. Hay una clara voluntad por parte del empresariado, sobre todo del sur de Navarra, de que LAB no entre en las empresas.

“Firmaremos los convenios que mantengan el poder adquisitivo y se avance en reducir jornada”

Atribuyen a la discriminación la pérdida de pujanza en Volkswagen. ¿Sucede lo mismo en la banca, donde han visto mermada su presencia?

Ha habido un cambio, sí. En los años 70 y 80, era asumible que cualquier trabajador, independientemente de su ideario, pudiera acceder al puesto de trabajo. A partir de los años 90 se establece una criba ideológica importante y se contrata a la carta, en una discriminación que contraviene todas las normativas europeas. Así que nuestra gente se va jubilando y en las generaciones que entran se perciben los efectos de ese filtro, no solo sindical y político, sino también de género. En VW navarra, ocho de cada diez son hombres, mientras que en Kybse, donde LAB tiene mayoría, gracias a un acuerdo de contratación, el 50% de los que entran son hombres y el 50% son mujeres.

¿En qué ámbitos laborales ha crecido más el sindicato?

En Navarra hay que entender que el doping que percibían UGT y CCOO se empieza pinchar tras el cambio de gobierno en Navarra de 2015. Esto hace que bajen del 55% en el que estaban al 48% en el que se mueven ahora. Pierden la mayoría que tenían. Junto a ello, la actividad del sindicato en aquellos sectores sindicalizados que entran en crisis en la industria, en servicios públicos, es importante. Ahí, el modelo de contrapoder y movilización del sindicato es premiado. Y también se reconoce la apuesta del sindicato por tratar de llegar a nuevos sectores que habían estado más alejados del sindicalismo. En Intervención Social, por ejemplo, tenemos la mayoría absoluta, donde la gente se ha organizado en torno al sindicato. Y en el sector agropecuario estamos cerca de ser el primer sindicato, con la histórica lucha de Huerta de Peralta y un protagonismo fuerte de la población migrante. También tenemos una fuerte implantación entre los riders y las trabajadoras del hogar.

En Mercedes-Vitoria existe ahora una mayoría entre ELA, LAB y ESK. ¿Cree que se puede ver algo parecido en Navarra?

Creo que el proceso de sustitución de la mayoría sindical en Navarra va a continuar. UGT y CCOO han pasado del 55% al 48%, y el bloque que representan LAB y ELA ya supone el 40%. Vamos a ver en Navarra una mayoría por LAB y ELA. No en el corto plazo, pero sí a medio plazo. El tipo de intervención sindical que hacemos en LAB da sus frutos, aunque quizá no en el corto plazo. Hay que pensar en el futuro porque en los próximos años van a suceder muchos cambios. Nos hemos topado con los límites del crecimiento en el planeta y nos vamos a encontrar con una disyuntiva: o repartimos la riqueza o se expropia la riqueza a otros pueblos y a la clase trabajadora. Nosotros apostamos por la distribución de la riqueza y creo que los sindicatos que seamos capaces de liderar la lucha por la distribución de la riqueza en un contexto de transición ecosocial vamos a tener una mayor implantación y extensión sindical.

“Nos hemos topado con los límites del crecimiento: o repartimos la riqueza o se la expropiamos a otros”

¿En la relación con el Gobierno de Navarra y con UGT y CCOO ha cambiado el fondo o solo la forma?

En Navarra ha habido una normalización de las relaciones, no solo entre los sindicatos, sino por parte de los sindicatos de contrapoder con el Gobierno. Era necesario y es una buena noticia, pero responde sobre todo a las formas. En el fondo, las políticas que plantean los diferentes actores no han cambiado tanto. UGT y CCOO siguen alineados con el diálogo social a nivel estatal y con una manera de entender el sindicalismo que no compartimos. Además, perviven ciertas actitudes antisindicales por parte de CCOO, por ejemplo en el ámbito agropecuario. En este sector, cuando una empresa quiere frenar la expansión sindical de LAB acude a CCOO, no a UGT.

Con la CEN han vivido momentos de tensión, como el asalto hace unos años a su sede... ¿Ha mejorado también la comunicación con ellos?

Hay relaciones bilaterales con la patronal navarra y compartimos marcos en el Servicio Navarro de Empleo, donde hemos tenido conversaciones y discusiones francas que han dejado patentes nuestras diferencias. La patronal navarra sigue defendiendo unos impuestos mínimos, se niega a comprometerse en asuntos básicos con un salario mínimo navarro más alto que el estatal, porque aquí la carestía de la vida es mayor.

¿Cómo se logra eso?

Pues mediante un acuerdo Interprofesional que fije el salario en 1.400 euros brutos, que es perfectamente posible.

¿Ha suavizado LAB sus formas?

LAB sigue manteniendo sus señas de identidad y su carácter de contrapoder y su nivel reivindicativo, lo que ha ganado es en capacidad de análisis y propuesta en Navarra. El primer convenio de Intervención Social, por ejemplo, ha llegado de la mano de LAB. Y estamos trabajando por un primer convenio de residencias de tercera edad.

¿Van a firmar convenios sectoriales solo donde tengan mayoría?

Firmaremos aquellos donde se asegure el poder adquisitivo de los trabajadores y un salario mínimo de 1.400 brutos, se avance en reducción de jornada y en temas sociales nosotros vamos a firmar, tanto en convenios sectoriales como de empresa. El problema en Navarra ha sido muchas veces que, antes de un proceso de lucha y movilización, UGT y CCOO han firmado convenios que no recogían estas cuestiones.

“No se han democratizado las relaciones laborales: a VW solo entras si tienes el carnet de UGT o CCOO”

¿El del Metal no garantiza el poder adquisitivo de los trabajadores?

El del Metal no hace frente a la problemática de subcontratación y de devaluación de las condiciones laborales que se sufre con flexibilidad, precariedad y empobrecimiento. Desde 2008 hay un proceso de recesión, no de avance. Se están perdiendo derechos de forma constante y hay que poner pie en pared para empezar a recuperarlos, algo que no se ha hecho en este último convenio.

¿Han aplicado dentro del sindicato subidas que garanticen el IPC?

Sí, bueno… Es un asunto interno, pero llevamos dos décadas subiendo salarios por encima del IPC. Estamos en un proceso de reforzamiento interno y de mejora de las condiciones de trabajo. Nosotros y nosotras no planteamos esto como una empresa al uso, sino que hablamos de las condiciones laborales de manera asamblearia, pero estamos avanzando bastante. A pesar de no contar con patrimonio sindical y haber sido excluidos en muchos ámbitos estamos viendo cómo la afiliación crece de forma espectacular (un 12% en cinco años).

Han denunciado recientemente su exclusión del Tribunal Laboral, pero en realidad pueden usarlo.

Nos excluyen de los órganos de gobierno. Y esto significa, por ejemplo, que no podemos acordar una lista de posibles árbitros, los procedimientos que se quieren desarrollar. Así, si empresas nuestras acuden al tribunal laboral, debe acudir a árbitros pactados por UGT, CCOO y CEN. Entendemos que el trato es discriminatorio y por eso nos negamos a que asuntos nuestros entren en el Tribunal Laboral.

“UGT y CEN se han opuesto a que entrásemos al Tribunal Laboral y el Gobierno se ha plegado”

¿Qué ha sucedido?

Pues que ha habido una presión muy fuerte por parte de UGT y CEN para que no estemos y que el Gobierno de Navarra –este asunto depende del Departamento de Desarrollo Económico– se ha plegado a ello. Nosotros queríamos entrar, parecía que había consenso para ello. Pero después CEN y UGT han presionado tanto al PSN como a la consejería de Mikel Irujo para que no se reforme el Tribunal Laboral.

¿Qué es necesario para reformarlo?

Lo que se necesita es un acuerdo explícito entre patronal y sindicatos para ampliar la representación del tribunal laboral y la llave la tiene el Gobierno, porque es el que financia el Tribunal Laboral. Si se quiere garantizar la igualdad de oportunidades, por mucho que UGT y CEN no quieran, esta es la manera. CCOO formalmente está de acuerdo en que se amplíe, pero se pone de perfil.

“A diferencia de ELA, nosotros buscamos confrontar como clase no solo como sindicato”

¿Cómo está la relación con ELA? Mitxel Lakuntza decía que LAB era muy dependiente de EH Bildu.

Con ELA tenemos coincidencias, al apostar por un sindicalismo de contrapoder y por nuestro carácter abertzale, pero tenemos diferencias notables en la acción sindical, que ellos entienden de una manera más corporativa, entienden la lucha más como sindicato que como clase trabajadora, miran más a sus intereses particulares y a su afiliación, mientras que nuestra gente busca el bien común, con dinámicas de lucha más integradoras. Buscamos confrontar como clase y no como sindicato.