La industria navarra cerró abril dando empleo a 70.072 personas, la cifra más alta de los últimos 15 años en este mes. Las fábricas, a pesar de las dificultades de los dos últimos años –la inflación, la guerra y ahora la sequía están amenazando continuamente su actividad–, siguen siendo capaces de incrementar su ocupación en un territorio que, además, va a recibir importantes inversiones en los próximos años. 

Más de un millar de nuevos puestos de trabajo generados en el último año así lo atestiguan. Uno de cada cinco nuevos puestos de trabajo creados en Navarra son industriales, un porcentaje que ayuda a sostener el peso del empleo industrial en la comunidad y que podría ser incluso más elevado. Dos de cada cinco ofertas de empleo para ingenieros quedaron el año pasado vacantes, según los datos del Colegio de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Navarra (CITI Navarra) y la Asociación Navarra de Empresas de Ingeniería y Servicios Tecnológicos (ANAIT). 

Esta escasez de ingenieros, más allá de limitar el crecimiento actual de la industria, supone un lastre para el futuro. “Está ralentizando los procesos y el desarrollo de proyectos, la generación de nuevos productos y por tanto la mejora de la industrialización de muchas empresas”, admitía Antonio Rodríguez, el gerente de Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Navarra tras hacer públicos los datos. 

“No solo hay problemas para operarios, también personal cualificado e ingenieros, tenemos gente de 30 nacionalidades, hasta de Eritrea”, explicaba el viernes Edurne Gil, responsable de selección de personal en Fagor Ederlan Tafalla, donde trabajan unas 900 personas.  

No se trata solo de ingenieros, codiciados además por otros sectores, desde la banca hasta una construcción que trata de industrializarse, sino de carretilleros, fresadores, maquinistaa, impresores en serigrafía, mecánicos, mecánicos de vehículos, soldadores y técnico de Lean Manufacturing, por cita solo algunos de los puestos que las propias empresas citan como difíciles de cubrir. 

Las dificultades de las empresas para encontrar personal no van a desaparecer en los próximos años. Al contrario, todo hace indicar que se van a mantener o incluso agravar en según que puestos, pero también en algunas ubicaciones geográficas. 

Sunsundegui en Alsasua es un buen ejemplo de ello. El acuerdo con Volvo va a hacer necesaria la contratación de casi medio millar de personas, muchos de ellos con titulaciones de FP. Una cifra que Sakana, donde la tasa de paro es especialmente baja, no puede aportar, pero tampoco la comarca de Pamplona o incluso el conjunto de la comunidad. La empresa ya ha planteado al Gobierno de Navarra la necesidad de articular ayudas específicas para conseguir que vengan a Navarra trabajadores de otras comunidades o incluso de Polonia, donde Volvo va a cerrar su planta de carrozado.

En la otra punta de Navarra, en Sangüesa, se puede repetir una situación muy parecida. Geoalcali cuenta ya con todos los permisos para poner en marcha, de una vez, las obras de la Mina Muga. Su construcción va a requerir de cientos de empleos, pero, una vez que se ponga en marcha, dará trabajo a unas 800 personas de forma estable. Un volumen elevado para una localidad sin problemas de desempleo como Sangüesa y que obligará a importar mano de obra. 

En total, la industria ha creado más de 3.200 empleos en los últimos cuatro años, superando con creces el bache que supuso la pandemia y retomando una senda de crecimiento que arrancó en el invierno de 2013-2014. Desde entonces, las manufacturas han creado cerca de 15.000 puestos de trabajo, con la agroalimentación como actividad más dinámica.  

En este cuatrienio, sin embargo, son las actividades ligadas a las personas, desde la salud a la educación, las que más crecen en relación a su tamaño. La primera ha generado más de 4.800 puestos de trabajo, mientras que la segunda roza los 3.800. También la hostelería rebasa ya sus cifras prepandemia y solo la banca y las actividades administrativas y auxiliares pierden trabajadores.

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La hostelería es, sin duda, una de las grandes protagonistas de la recuperación económica de los últimos años, como muestran los datos de afiliación por actividades y refleja también la distribución geográfica de los nuevos ocupados. Madrid, su zona de influencia, el arco mediterráneo y Andalucía lideran la creación de empleo en los últimos años.