El Impuesto de Patrimonio, ese que pagan en Navarra quienes poseen dinero y bienes valorados en más de un millón de euros, recauda en Navarra menos que hace 20 años y poco más de la mitad que en 2008, cuando llegó a aportar 65,85 millones de euros a las arcas públicas. Una pérdida de músculo que contrasta con la evolución de los tributos que gravan el consumo y el trabajo y que se explica no solo por el incremento de los mínimos exentos, sino seguramente también por la competencia de otros territorios que, con Madrid a la cabeza, han decidido eliminar este tributo. 

El Impuesto del Patrimonio cerró 2022 con una recaudación de 34,86 millones de euros, ligeramente inferior a la de 2021 (35,24) y solo superior a la de 2019, cuando el impuesto, tras ser reformado una vez más, apenas aportó 33,01 millones de euros. Este impuesto, surgido en principio de forma temporal al comienzo de la democracia, se ha mantenido sin embargo activo hasta ahora en la mayor parte de los territorios.

Eliminado por Zapatero en 2008 (“bajar impuestos es de izquierdas”, dijo en aquellos años previos a la crisis), tuvo que ser recuperado algo más tarde. Algunas comunidades, como Madrid y Andalucía, han decidido eliminarlo y en otras, como en Navarra, su capacidad recaudatoria languidece. Las grandes fortunas no solo pueden cambiar de domicilio: disponen además de otras vías para reducir su factura fiscal.  

Según los datos de Hacienda, en Navarra figuran 8.867 declarantes de este tributo, de los que 213 declaran patrimonio superiores a cinco millones de euros, que aportaron algo más de 14 millones de euros en cuota al impuesto. De ellos, 60 declararon patrimonios superiores a los diez millones de euros, por lo que les correspondió una cuota de 8,46 millones de euros. Esto supone unos 141.000 euros en cuota. Por su parte, 153 personas con patrimonios de entre cinco y diez millones de euros aportaron 6,14 millones de euros en cuota (40.130 euros de media), mientras que las 499 personas con patrimonios de entre 2,5 y cinco millones de euros afrontaron un pago en cuota de 9,11 millones de euros (18.256 euros). 

La cuantía es muy inferior para los patrimonios inferiores (entre 1,5 y 2,5 millones de euros). A estas 1.193 personas les tocó pagar 8,26 millones de euros en cuota (6.923 euros), mientras que la cuota final es inferior a los 1.200 euros para los patrimonios que no llegan a 1,5 millones de euros. 

Los datos de Hacienda indican asimismo que cerca del 60% de los declarantes de este impuesto supera los 65 años de edad y que alrededor de un 30% se encuentra ya por encima de los 75 años. 

Los jóvenes apenas declaran este impuesto, aunque hay algunas excepciones llamativas. Cuatro menores de 45 años declaran patrimonios superiores a los diez millones de euros en Navarra y al menos otros 16 declaran entre tres diez millones de euros. Al menos cinco de ellos no ha cumplido los 34 años.