Navarra se convierte en la comunidad con menos personas que teletrabajan en relación al número total de ocupados, al representar el 3,8%, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Este porcentaje se encuentra lejos de la media estatal, que llega al 7,5%; y todavía más de la UE, con un 10%. Esta semana el teletrabajo ha regresado a las portadas de los medios de comunicación por una sentencia de la Audiencia Nacional que impide a las empresas compensar los gastos del modelo remoto con días libres.
El 21,7% son asalariados
En números absolutos, 11.500 personas en Navarra desarrollan sus tareas en remoto de manera habitual –más de la mitad de los días de su jornada laboral–. De ellas, 2.500 tienen la condición de asalariados –ya sean públicos o privados– y los 9.000 restantes engloban a trabajadores autónomos, empleadores o miembros de cooperativas, etc.
A estos 11.500, hay que añadir los ocupados que utilizan este modelo de manera esporádica, que suman 18.600, ya que la combinan con el formato presencial. Esta última cifra, correspondiente al periodo de enero a marzo de 2024, ha crecido en un año, al producirse un trasvase de 3.200 ocupados que han dejado el sistema remoto como modelo habitual para convertirlo en ocasional.
El teletrabajo no despega en la Comunidad. Después de la pandemia, no ha superado el techo de los 15.000 empleados, con altibajos entre 2021 y 2024; y en cambio, han aumentado aquellos que lo utilizan de manera puntual.
Este comportamiento se explica por varios motivos, como el peso de la industria en el PIB foral, que supone más del 30%, basado en un sistema que requiere de operarios en los mismos centros para fabricar los productos; y lo mismo ocurre con el sector servicios, con actividades que deben realizarse in situ –hostelería, comercio, dependencia, y así un largo etcétera–. A esto se añade la decisión política de paralizar de manera temporal la legislación del teletrabajo en la Administración foral el año pasado, con la consiguiente repercusión en frenar su implantación entre los empleados públicos; y la cultura empresarial en determinadas organizaciones en la que predomina el arraigo del modelo presencial sin dar opciones al remoto.
Ingeniería y globalidad
Aunque el porcentaje de ocupados que teletrabaja está muy alejado de la media española y europea, empresas en Navarra fomentan este modelo entre sus plantillas, aquellas organizaciones en las que predomina la economía del conocimiento y de perfil internacional en el que la conexión por internet solventa cualquier barrera física para impulsar un mismo proyecto entre profesionales de distintos países, e incluso, continentes. Además de estas compañías, centros tecnológicos o de investigación, por ejemplo, escogen el sistema telemático.
Y trabajadores por cuenta propia, especializados en servicios profesionales, como derecho, asesoría, arquitectura, periodismo, etc, también teletrabajan. Así lo corrobora la EPA: de los 11.500 ocupados que habitualmente cubren sus tareas de manera remota, un 78% se corresponden con autónomos y otros perfiles no asalariados.
¿Y en la Administración foral?
La pandemia obligó a activar el trabajo desde los domicilios durante el confinamiento para evitar un colapso mayor de la economía. Los empleados públicos entraron en esta rueda, y una vez que pasaron los peores momentos del coronavirus, los sindicatos de la Administración foral y el propio Gobierno comenzaron a abordar la necesidad de regular este modelo para su correcta implantación.
En la pasada legislatura hubo borradores para su legislación y diálogo entre el Ejecutivo y la parte social para impulsar esta normativa. Incluso, Función Pública anunció en 2022 que iba a disponer de una partida de 1,398 millones de euros para gastar entre ese año y el siguiente, procedente de fondos europeos, principalmente para ordenadores portátiles.
Sin embargo, en febrero de 2023, antes de las elecciones autonómicas, el vicepresidente del Gobierno en aquel entonces, Javier Remírez, anunció en la Mesa General que no se iba va a aprobar el decreto foral para regular el teletrabajo. Sorprendió a los sindicatos, ya que el documento se encontraba en la última fase, debía ser revisado por el Consejo de Navarra antes de que volviera nuevamente al Ejecutivo para que le diera luz verde en sesión de Gobierno.
Esta semana el ministro de Función Pública, José Luis Escrivá, comunicó que el Estado ha retomado el anteproyecto de ley que aborda el teletrabajo en los funcionarios. Habrá que esperar si esta decisión en Madrid, tiene su repercusión en Navarra.
En Irlanda, uno de cada cuatro
Un informe de Eurostat, recogido por Europa Press hace unos meses, indicaba que el teletrabajo en España se sitúa en casi el 8%, dos puntos por debajo de la media de la UE, que asciende al 10%. En el Estado, actualmente 1,597 millones de personas ocupadas realiza más de la mitad de días de trabajo de manera telemática; y 1,46 millones de forma ocasional. La clasificación de la UE coloca a Irlanda en primera posición, con un 25% –una de cada cuatro personas trabaja desde casa–. Este porcentaje aumentó después de que tecnológicas como Google, Meta o Amazon trasladaran sus centros logísticos a Dublín tras el brexit hace cuatro años. Y es que estas compañías son quienes más utilizan esta modalidad. Tras Irlanda, se posicionan Finlandia, con un 23%; y Suecia y Países Bajos, con un 18% cada uno. La parte baja la cierran Rumanía, con un 1%; Bulgaria, con un 2%; y Hungría y Grecia, ambos con un 3%.