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Las nuevas tasas digitales no despegan y cada vez las pagan menos empresas

La Tobin y la Google no llegaron ni a los 500 millones en 2023, casi la mitad de lo previsto cuando se pusieron en marcha

Las nuevas tasas digitales no despegan y cada vez las pagan menos empresasArchivo

La historia de los impuestos digitales se parece un poco al cuento de la lechera. El Gobierno de España los creó en 2021 con la expectativa de recaudar casi 2.000 millones al año. Pasados tres años, tanto el impuesto a las Transacciones Financieras –tasa Tobin– como el impuesto a Determinados Servicios Digitales –tasa Google– recaudan menos de un tercio de lo previsto y cada vez afectan a menos empresas. Es decir, que prometían mucho y, al final, nada.

Es cierto que no se puede decir que hayan fracasado estrepitosamente. El Gobierno de España, en su informe anual de recaudación correspondiente a 2023, asegura que ingresó casi 500 millones por ambos conceptos, que no existían hace pocos años y que se aplican sobre una economía casi etérea. Pero sí que el efecto ha quedado muy diluido. Y no solo eso: el Ejecutivo ha perdido una interesante oportunidad para aumentar la recaudación en un ámbito que va a ir a más, y en el que a los estados les interesa estar bien posicionados.

La evolución

La información adjunta explica con más detalle en qué consiste la tasa Tobin. El otro impuesto es la tasa Google, que es como se conoce al impuesto sobre Determinados Servicios Digitales. Se impone sobre conceptos que cada vez nos suenan más, pero que son muy modernos: activos intangibles como los datos, la intermediación digital, los espacios publicitarios... Sobre todo afecta a grandes tecnológicas –no afecta al comercio digital minorista– y tampoco ha tenido el impacto que se preveía.

En un primer momento, cuando el Gobierno de España diseñó el impuesto, el Estado calculó que iba a ingresar 850 millones con la Tobin y 968 con la Google. En 2021 fueron 288 con la primera y 166 con la segunda, o sea, un 30% de lo previsto. El porcentaje se desplomó entonces y no ha remontado, pese a que las previsiones de ingresos se han ajustado muchísimo. Los Presupuestos Generales del Estado para 2023 planeaban, en el capítulo de impuestos indirectos, que la Tobin iba a suponer 335 millones y la Google, 285. El informe de recaudación a diciembre de 2023 puso las cifras reales: 197 millones la Tobin –bastante menos de lo planteado– y 303 la Google –un poco por encima–. Con respecto al año anterior, suponían unos crecimientos mínimos: apenas del 1% en la Tobin y de un 8% la Google, que sería un buen crecimiento de no ser porque la previsión se ha recortado casi a la mitad.

Las cifras para este año no son mucho mejores. Ni en el Estado ni en Navarra, algo que se explica con más detalle en la pieza adjunta. Según los últimos datos de recaudación disponibles, entre enero y junio de 2024 el Estado ha ingresado 143 millones por la Tobin y 174 por la Google. Solo una gran remontada permitirá empatar al menos con la cifra de ingresos prevista para el año pasado, que es la misma porque los Presupuestos están prorrogados.

Hay que tener en cuenta, eso sí, que el año pasado quedaron delimitadas las haciendas involucradas en el impuesto. Navarra recauda íntegramente las dos tasas. Lo mismo ocurre con las haciendas forales de Bizkaia –cinco empresas en la lista de la Tobin–, Álava –una–, Gipuzkoa –otra–.