Navarra ha registrado hasta septiembre la constitución de 761 empresas, el número más alto del último lustro, según la Estadística de Sociedades Mercantiles del INE y de Nastat. Esta cifra supone un 19% más que en el mismo periodo del año pasado, y un 25% más que en 2019.
Este ascenso coincide con un crecimiento de la economía foral, a un ritmo del 3% interanual en el tercer trimestre impulsada principalmente por el consumo de los hogares, y en un momento de mayor control de la inflación y con perspectivas de nuevos descenso de los tipos de interés a finales de este año y en el primer semestre de 2025, con el consiguiente abaratamiento de los préstamos.
En los primeros nueve meses de 2024, el capital medio suscrito para la creación de estas empresas ascendió a casi 47.000 euros –lo que supuso un total de 35,6 millones–. En cambio, hace cinco años, el capital medio llegó a los 122.465 euros para cada una de las 610 sociedades mercantiles –con un montante total de casi 75 millones de euros–.
La disminución del capital está relacionado con un menor tamaño de la empresa y con el tipo de actividad económica que requiere de menos desembolsos al inicio –servicios, tecnológicas, etc–. Como ejemplo, solo en septiembre la Comunidad Foral contabilizó 82 sociedades mercantiles nuevas, con un capital medio de 12.000 euros –el más bajo de entre los nueve meses de 2024–.
¿Por qué una sociedad limitada?
El 100% de las empresas fundadas este año en la Comunidad Foral ha elegido la forma jurídica de sociedad limitada, debido a que se adecua a las necesidades de pequeñas y medianas empresas por su simplicidad administrativa, y porque si se generan deudas los impulsores solo deben responder al capital aportado y no con su patrimonio personal. Además, la sociedad limitada debe contar por lo menos con un autónomo; y en otras ocasiones, un trabajador por cuenta propia también decide constituirse como sociedad limitada al llegar a una determinada cantidad de facturación.
¿En qué actividades?
Al contar estas sociedades mercantiles con autónomos entre sus integrantes, este periódico ha consultada la evolución de la afiliación en el régimen de autónomos de la Seguridad Social para comprobar en qué sectores han aumentado más entre enero y septiembre de este año, y en los últimos cinco años.
Las actividades económicas que más han incrementado desde 2019 entre autónomos son la construcción debido a la inyección de los fondos europeos que han favorecido proyectos para mejorar infraestructuras en ciudades y pueblos o rehabilitar viviendas en beneficio de la transición ecológica. Además, han crecido los profesionales que han emprendido en servicios sanitarios, servicios sociales y cuidados ante el envejecimiento de la población y la demanda de favorecer la calidad de vida de las personas dependientes independientemente de la edad; y han crecido los negocios vinculados a actividades artísticas, recreativas y entretenimiento debido al ascenso de la demanda de ocio tras las pandemia de la covid en 2020, que para evitar su mayor propagación hubo confinamientos al inicio y restricciones. Entre septiembre de 2019 y de 2024 se han dado de alta 327 autónomos en la construcción; 262 en actividades sanitarias; y 190 en actividades artísticas y recreativas.
En cambio, los sectores que han perdido efectivos se concentran principalmente en el comercio –perjudicado por la venta on line–, con la destrucción de 783 negocios; la industria manufacturera, con 590 menos; y la agricultura –con un problema de relevo generacional preocupante–, con 300 menos.
Disoluciones
Por su parte, el informe de Nastat sobre sociedades mercantiles también indica que en los primeros nueve meses del año la Comunidad Foral ha contabilizado la disolución de 53 negocios, con un descenso del 78% respecto al mismo periodo de 2023; y con una cifra semejante a la estadística de 2019 –aquel ejercicio 59–. Si se consultan los motivos de dichas bajas, se observa que 20 de ellas se han producido por una fusión; cinco han sido voluntarias; y en 28 se han dado otras causas que el INE no especifica.