Los 15 pueblos de Sakana suman 7.134 personas afiliadas, con la generación de 129 empleos en el último lustro, lo que supone un incremento del 1,8%. En cambio, en el mismo periodo la creación de puestos de trabajo en Navarra ha aumentado un 7,2%, más de 21.000 nuevos cotizantes para alcanzar las más de 310.000 personas trabajando, según las cifras de la Seguridad Social correspondientes a septiembre.
Esta semana se ha conocido el comportamiento del mercado laboral en octubre en la Comunidad Foral, con el récord de 312.744 afiliados, pero como por ahora el dato desagregado del mes pasado por municipios no se ha publicado, no se ha podido hacer esa comparativa, y por eso se ha tomado como referencia septiembre.
La estadística de la Seguridad Social desvela que la afiliación en Sakana crece cuatro veces menos que en el resto de la Comunidad entre 2019 y 2024, debido a que el ascenso de cotizantes se detecta principalmente en el sector agroalimentario y farmacéutico, en los que no sobresale Sakana. En relación a su tejido empresarial, el número de industrias manufactureras y constructoras se mantienen en estos cinco años, los negocios de servicios aumentan y el comercio sale castigado al cerrar 24 negocios, de los que 21 se concentran en Altsasu/Alsasua.
Este municipio, cabeza del valle y el más poblado con casi 7.600 habitantes, ha sufrido un golpe en su industria, ya que el pasado martes el consejo de administración de Sunsundegui anunció que la carrocera iba a solicitar concurso de acreedores ante la imposibilidad de hacer frente a los pagos, con una deuda de más de 49 millones antes de verano, según el informe de KPMG. La factoría emplea a unos 370 personas, y trabaja con una veintena de proveedores con los consiguientes centenares de asalariados pendientes del concurso.
Manifestación
La complicada situación financiera de Sunsundegui, con 80 años de trayectoria, ha caído como una losa en Altsasu, y para defender su futuro este domingo el comité ha convocado una manifestación desde la plaza de los Fueros a las 12.00 horas con el lema Futuro para Sunsundegui. ¡Solución ya! En los próximos dos meses el consejo de administración –con la supervisión de un administrador concursal– va a intentar buscar un inversor industrial para evitar el cierre de la planta de autobuses.
La posible clausura de esta compañía, que siempre ha recibido apoyo del Gobierno de Navarra –en el último año nueve millones a través de Sodena– es la puntilla para un valle cuya creación de empleo se ha estancado y el número de parados ha crecido en estos cinco años, a diferencia del conjunto de Navarra, en el que ha descendido en el periodo analizado. Entre septiembre de 2019 y 2024, el número de personas desocupadas en Sakana ha subido un 8,9% al pasar de 850 a 926. Sin embargo, Navarra arrojó una bajada del 2,7%, de los 30.437 a los 29.612. La mitad de los parados de Sakana se localizan en Altsasu, que en este lustro ha experimentado un incremento del desempleo de casi un 14%, al pasar de 413 a 470.
La liquidación de Sunsundegui incrementaría de golpe la lista de paro, con la destrucción de empleo directo y también indirecto. Ya a principios de octubre, el proveedor Azkenga de Etxarri Aranatz extinguió el contrato de sus casi 40 asalariados por impagos de la planta alsasuarra.
Este miércoles el consejero de Industria y Transición Ecológica y Digital Empresarial, Mikel Irujo, compareció en comisión parlamentaria por Sunsundegui, en la que informó de que en los últimos meses la empresa ha contactado con más de una decena de inversores industriales, pero que ninguno ha prosperado. Pero, que ahora en la nueva fase que se abre, la carrocera con el apoyo del Ejecutivo foral por medio de Sodena continuará en la búsqueda de ese socio estratégico.
La comarca afronta meses de incertidumbre, principalmente Altsasu que desde 2019 ha registrado una caída del 6% de empresas, con la desaparición de 28 negocios –21 comercios, cinco del sector servicios, una industria y una constructora–, indica Directorio de Empresas de Navarra de Nastat.
Falta de relevo y covid
El varapalo al sector comercial se explica por la dificultad de encontrar un relevo generacional ante la jubilación de los propietarios de los negocios aunque los locales sean viables, y el problema de algunos autónomos de mantener la actividad tras la pandemia de la covid de la que salieron debilitados. Los cierres han perjudicado a la ciudadanía de la localidad y de los pueblos próximos ya que han dejado de recibir un servicio, como ocurrió cuando bajó la persiana un comerciante especializado en cristalería y decoración; o como hace pocas semanas cerró otro dedicado a menaje y pequeños electrodomésticos.
Suelo industrial
Con el objetivo de generar actividad económica y empleo en la zona, el mes pasado el alcalde del Ayuntamiento de Altsasu/Alsasua, Javier Ollo; el consejero de Industria, Mikel Irujo; el director general de Fomento Empresarial, Iñigo Arruti; y el subdirector de Suelo Industrial de Nasuvinsa, Carlos Chocarro, se reunieron para analizar la ampliación de suelo industrial en este pueblo para incrementar las instalaciones de las empresas ya ubicadas y para atraer nuevos proyectos; y abordaron el proceso de reordenación de los solares pendientes y de extender el suelo industrial, con el espacio Kapintansoro como prioritario.
Altsasu destaca por su ubicación al estar cerca de Álava y Gipuzkoa y al disponer de buenas comunicaciones, junto a la N-1 y la Autovía A-1. El consistorio de la localidad aspira a rubricar un convenio con Nasuvinsa.
Muchos ciudadanos de Altsasu dirigen su vista a Irurtzun, situada a 31 kilómetros. La tercera localidad de Sakana por número de habitantes –2.316– ha reindustrializado la superficie que dejó vacía Inasa tras cerrar en 2012. La antigua Reynolds, dedicada a fabricar bobinas de aluminio, despidió a 170 empleados y vendió su maquinaria. Esta industria referente en la zona perjudicó la economía y el empleo en plena crisis.
Cuatro años después, Nasuvinsa anunció una inversión de más de siete millones para relanzar este polígono, y dividir las antiguas instalaciones de Inasa en varias parcelas para venderlas a empresas para instalarse. Y así en 2021 prácticamente el 100% de esos terrenos estaban ocupados. Un ejemplo para trasladar a otros espacios.
El impulso, con apoyo público, ha favorecido un incremento de la afiliación en Irurtzun, al pasar de 759 cotizantes en 2019 a 843 en 2024, un 11% más. Además, el número de empresas ha crecido en la localidad, de 105 a 114: siete del sector servicios, dos comercios y una empresa de construcción; y en ese periodo, ha cerrado una industria.
Crece la población
A pesar de que el empleo se ha ralentizado en Sakana, su número de habitantes ha aumentado un 1,7%, hasta los casi 21.000, sobre todo en Altsasu, Etxarri Aranatz, Irurtzun, Lakuntza y Arbizu. Todos ellos superan los más de mil habitantes, junto a Olazti que apenas ha variado su padrón, con seis menos. Esas cinco localidades aglutinan 302 de los 352 habitantes nuevos que registra el valle, debido a que esta comarca se localiza en un lugar estratégico –con tejido industrial y cerca de otros núcleos empresariales como Álava y Gipuzkoa–.
En estos cinco años, Altsasu se convierte en la localidad de Sakana con mayor aumento de población, 147 personas más en el censo, pero no solo por nuevos nacimientos sino por la llegada de personas que quieren trabajar en esta zona o en empresas de la CAV. Aunque unos 24 kilómetros separan Altsasu de Beasain el coste de la vida varía –más caro en el municipio guipuzcoano que en el navarro–, y eso decanta que nuevos pobladores prefieran habitar en Sakana, aunque trabajen en ArcelorMittal en Beasain, un ejemplo de lo que ha ocurrido estos años. Así los vecinos y vecinas tampoco desean que sus pueblos acaben como sitios dormitorio, quieren actividad y empleo para continuar viviendo en Sakana.