La gerencia del grupo automovilístico Volkswagen estaría dispuesta a aceptar una reducción salarial conjunta de hasta 300 millones de euros en el marco del plan de ajuste de la compañía, con el que espera recuperar la rentabilidad del fabricante en el medio plazo. Este recorte de las remuneraciones sería proporcional al exigido al resto de la plantilla de Volkswagen.
A mediados de diciembre, el comité de dirección de la firma germana y los sindicatos alcanzaron un principio de acuerdo para reducir los costes del fabricante de vehículos, comprometiendo 35.000 puestos de trabajo de aquí a 2030 y una reducción de la capacidad de las plantas alemanas de Volkswagen de hasta 734.000 unidades. El plan de ajuste contempla, en definitiva, un ahorro de hasta 15.000 millones de euros en el medio plazo, incluidos 1.500 millones procedentes de la reducción de los costes laborales.
La reconversión de la actividad del grupo en Alemania requerirá importantes recortes en las bonificaciones a los empleados y en el pago de participaciones sobre los beneficios. En cuanto al futuro de las plantas sobre las que pesaba la sombra de un cierre anticipado, Volkswagen ha accedido a reutilizar las instalaciones de Dresde para otras actividades distintas a la construcción de vehículos en la capital de Baja Sajonia, mientras que para la fábrica de Osnabrück arrancará un proceso de búsqueda de un inversor externo. Todas las demás plantas en Alemania permanecerán intactas.