DIARIO DE NOTICIAS publica hoy una nueva edición de su suplemento especial dedicado a Los retos de la Navarra del siglo XXI. Una apuesta editorial centrada en la reflexión de personas navarras, referentes sociales en diversos ámbitos desde la universidad a la empresa, el deporte, la industria, la educación, la política, la solidaridad social o la cultura sobre las demandas y necesidades que debe afrontar y solucionar la sociedad navarra hoy.

Un espacio de intercambio de ideas, abierto al conjunto de la ciudadanía, para encontrar espacios de consenso y colaboración que pongan fin a los viejos prejuicios y desconfianzas mutuas que arrastra Navarra desde el pasado siglo, cada vez más lejanas para las nuevas generaciones. Y también que permitan abordar la toma de decisiones desde el interés general para la renovación de los instrumentos del autogobierno político, social y fiscal como vía más eficaz para impulsar un nuevo desarrollo socioeconómico y cultural de Navarra.

Navarra necesita seguir activa en su proceso de transformación social, industrial y tecnológica con reformas urgentes que le permitan seguir avanzando en las turbulentas aguas de este siglo XXI. Y también construir nuevas prioridades que posibiliten afrontar con garantías el futuro desde parámetros de honestidad, ilusión, integración, transparencia, ética, igualdad de oportunidades y justicia social. Un exhaustivo repaso a los principales retos que afrontará Navarra el próximo año, un 2024 que coincide además con el inicio de una nueva Legislatura con cuatro años por delante.

Por mucho que los agoreros del Apocalipsis se empeñen en difundir mensajes catastrofistas y negativos los eternos insatisfechos sigan deambulando por su histórico pesimismo derrotista, los hechos que componen la realidad política, social, económica e institucional de Navarra demuestran exactamente lo contrario. Hoy, Navarra es una burbuja política y social de estabilidad, progreso y normalidad frente a la involución antidemocrática, autoritaria y neofascista.

El modelo político actual de Navarra, centrado en las demandas y necesidades sociales, una política económica para las personas y una apuesta por la convivencia desde valores democráticos y la ética humanista es un ejemplo. Sin ser un remanso de paz, y por mucho que UPN, PP y Vox se esfuercen por agitar el ruido de cuanto peor, mejor, Navarra disfruta de una estabilidad institucional, una normalidad social y una mejora socioeconómica que le sitúa aún al margen de ese desastre político generalizado. No hay hechos que avalen esa descripción destructiva y caótica de Navarra que propagan en perjuicio de la propia sociedad navarra UPN, PP y Vox solo por intereses partidistas.

Es difícil prever qué ocurrirá en los próximos meses y cómo evolucionará la compleja y complicada deriva de la geopolítica internacional y sus consecuencias en la economía mundial, pero, sin dejar de lado esa realidad inquietante por delante, Navarra tiene argumentos objetivos y razones de peso para afrontar este 2024 con optimismo. Su fortaleza industrial, su cohesión social, su cualificación laboral y profesional y su capacidad de abrirse a nuevas oportunidades son valores desde los que trabajar en común. De todo ello, se reflexiona en este número de La Navarra del siglo XXI.

La polarización y la confrontación sólo buscan eludir el debate de ideas y propuestas para obligar a los ciudadanos y ciudadanas a alinearse en un bando. Ese camino es siempre erróneo, pero aún lo es más cuando en momentos como este, de incertidumbres excepcionales de consecuencias impredecibles, es necesario el trabajo en común y la confianza colectiva. Para crear un nuevo futuro es necesario, imprescindible en realidad, huir de la visceralidad, de la crispación y del extremismo.

Navarra tiene oxígeno propio suficiente y comparte un espacio social, político y económico en un eje estratégico de la Unión Europea que viene no solo de la acción del Gobierno, de los ayuntamientos y de la instituciones públicas, sino que se alimenta también de la acción diaria de cientos de miles de personas, de pequeñas y medianas empresas, de la gran industria en todos los sectores, de los comerciantes y autónomos, profesionales, empresarios, directivos, funcionarios, organizaciones sociales, etcétera.

La fuerza para seguir avanzando hacia una sociedad más justa y cohesionada está de nuevo en las personas. En los navarros y navarras de hoy.