IARIO DE NOTICIAS pone un año más en manos de sus lectoras y lectores, tanto en su edición impresa como digital, un nuevo número de su suplemento especial La Navarra del siglo XXI, un producto informativo y de análisis anual dedicado al ámbito de la economía y de la sociedad. Un contenido que llega cuando finaliza este año 2020 marcado por la irrupción de la pandemia del coronavirus y con un próximo 2021 repleto de retos, riesgos y también expectativas. Es difícil prever qué ocurrirá en los próximos meses y cómo evolucionará la apuesta global por la recuperación, pero, sin dejar de lado la realidad de que aún quedan meses duros e inquietantes por delante, Navarra tiene argumentos objetivos y razones de peso para afrontar este 2021 con optimismo. Su fortaleza industrial, su cohesión social, su cualificación laboral y profesional y su capacidad de abrirse a nuevas oportunidades son valores desde los que trabajar en común. De todo ello, se reflexiona en este número de La Navarra del siglo XXI. Cuando hace nueve meses llegó el coronavirus y con él una sucesión de consecuencias humanas, sociales, laborales, etcétera, Navarra lideraba la mayor parte de los índices de progreso y equidad social del Estado y, ahora, transcurridos esos nueves meses de incertidumbre y siendo conscientes de que aún quedan nubarrones en el cielo, Navarra sigue manteniendo la potencialidad necesaria para abordar un reimpulso de su actividad económica, de creación de empleo y de afianzar los pilares básicos de su Estado de Bienestar para seguir construyendo una sociedad más justa y cohesionada. Se trata precisamente de eso: de garantizar a las nuevas generaciones, ya muy golpeadas por la anterior crisis de 2008 y a las que llegan ahora con esta nueva crisis, una camino de salida posibilista y común que impida una ruptura y una dualidad de derechos y deberes intergeneracional. Los jóvenes deben ser uno de los objetivos prioritarios del conjunto de nuestra sociedad para estos próximos años en los que será necesario también repensar Navarra y repensar nuestro modelo de convivencia para asegurar que este presente, que ya casi es futuro, siga construyendo una Navarra donde vivir, invertir y convivir merezca la pena. No son tiempos de polarización, sino de equilibrio, acuerdos y consenso. La polarización y la confrontación sólo buscan eludir el debate de ideas y propuestas para obligar a los ciudadanos y ciudadanas a alinearse en un bando. Ese camino es siempre erróneo, pero aún lo es más cuando en momentos como este, de crisis excepcionales de consecuencias impredecibles, es necesario el trabajo en común y la confianza colectiva. Para crear un nuevo futuro que supere la pandemia del coronavirus es necesario -imprescindible, en realidad- huir de la visceralidad, de la crispación y del extremismo. Navarra tiene oxígeno propio suficiente -y comparte un espacio social, político y económico en un eje estratégico de la Unión Europea- que viene no solo de la acción del Gobierno, de los ayuntamientos y de la instituciones públicas, sino que se alimenta también de la acción diaria de cientos de miles de personas, de pequeñas y medianas empresas, de la gran industria en todos los sectores, de los comerciantes y autónomos -sectores muy castigados este 2020 por los cierres, restricciones y medidas contra la covid-19-, profesionales, funcionarios, organizaciones sociales, etcétera. Sin olvidar la ayuda de los Fondos Europeos y unos Presupuestos para 2021 que han dejado atrás las políticas de austeridad y recortes y priorizan, en línea con Europa, las políticas de gasto para incentivar la creación de empleo y garantizar los servicios públicos. Un compendio fundamental para asegurar la estabilidad social e institucional en este convulso tiempo. Todo un común colectivo público y privado de ideas y de iniciativas que permitirá afrontar las demandas y los retos en el complejo y duro 2021 que llega con la garantía de estar recorriendo un camino de futuro con el compromiso irrenunciable de tratar de no dejar a nadie abandonado a su suerte. Son tiempos difíciles, pero hay razones para el optimismo por muy incierto y complicado, individual y colectivamente, que siga siendo el devenir de los próximos meses. Las vacunas son un elemento de esperanza, pero la fuerza está de nuevo en las personas. En los navarros y navarras de hoy.

Hay fortaleza para que Navarra se recupere en 2021 y seguir avanzando hacia una sociedad más justa y cohesionada

Huir de la viscelaridad, de la crispación y del extremismo es imprescindible para un futuro postcoronavirus