La sanidad vasca y navarra afronta el reto del envejecimiento poblacional
Ambos territorios incrementan la inversión sanitaria y refuerzan sus estrategias de salud pública para adaptarse a una población más envejecida, con mayor cronicidad y nuevas demandas asistenciales
La sanidad vasca y navarra se encuentra en una fase de transformación. La combinación de una población cada vez más envejecida, el aumento de enfermedades crónicas, la necesidad de relevo generacional en el personal sanitario y el avance hacia un modelo basado en la prevención configuran el actual panorama de la atención sanitaria en ambos territorios.
Envejecimiento y cronicidad
El envejecimiento de la población es uno de los factores que más condiciona la planificación sanitaria. En la Comunidad Autónoma del País Vasco (CAPV), más del 23% de la población tiene 65 años o más, lo que sitúa al territorio entre los más envejecidos de Europa, según datos de Eustat. En Navarra, la proporción de mayores supera también el 20%, con una tendencia ascendente para las próximas décadas. Este cambio demográfico tiene consecuencias directas en la organización del sistema sanitario: aumenta la demanda de atención continuada, cuidados de larga duración y seguimiento de patologías crónicas.
Los servicios de salud del entorno han tenido que adaptarse a un perfil de paciente con múltiples enfermedades crónicas, lo que obliga a coordinar recursos médicos, sociales y comunitarios. La Estrategia de Cronicidad de la CAPV y el Plan de Salud de Navarra Horizonte 2030 coinciden en señalar la necesidad de reforzar la atención primaria.
Del modelo curativo a la prevención y la promoción
La transformación del sistema sanitario en la CAPV y Navarra refleja un cambio de paradigma. A la tradicional atención centrada en la curación se suma un enfoque preventivo, que busca actuar antes de que la enfermedad aparezca. Los programas de vacunación, cribado oncológico, control de factores de riesgo cardiovascular y promoción de hábitos saludables forman parte de una estrategia común para disminuir la incidencia de enfermedades evitables.
En la CAPV, el Departamento de Salud impulsa desde hace años políticas de promoción de la salud y de participación comunitaria. En Navarra, el Plan Horizonte 2030 apuesta por un modelo intersectorial que incorpore la salud en todas las políticas, con especial atención a la infancia, la adolescencia y las personas mayores. Ambos territorios reconocen que la sostenibilidad del sistema pasa por invertir en prevención y en educación sanitaria, integrando la salud pública con la atención sanitaria tradicional.
Inversión y recursos
Los presupuestos públicos reflejan la importancia del sistema sanitario en las políticas de ambos gobiernos. El presupuesto del Departamento vasco de salud, presentado a principios de noviembre, es el más alto de la historia; destina 5.327 millones de euros (+4,1%) a promover más salud y más futuro saludable, con un gasto público de 2.400 euros por persona. En Navarra, el departamento de salud cuenta con un presupuesto de 1.504 millones para este 2025, con una inversión per cápita estimada en torno a los 2.100 euros.
Estas cifras sitúan a ambos territorios entre los que más recursos destinan a sanidad, aunque con diferencias en el nivel de inversión respecto al PIB y en la evolución de gasto por habitante. Los esfuerzos presupuestarios se orientan a reforzar la atención primaria, modernizar infraestructuras y avanzar en la digitalización del sistema. En este ámbito, la CAPV impulsa el Pacto Vasco de Salud, un marco de colaboración entre instituciones, profesionales y ciudadanía que busca definir estrategias compartidas para una sanidad adaptada a los nuevos retos.
En Navarra, las líneas estratégicas del Plan de Salud incluyen el refuerzo de la atención domiciliaria, la coordinación entre niveles asistenciales y la equidad territorial en el acceso a los servicios. Ambos gobiernos reconocen que la planificación de infraestructuras será clave en los próximos años, tanto para acercar la atención a la ciudadanía como para garantizar la eficiencia del sistema.
Un relevo generacional pendiente
Uno de los problemas comunes a ambos sistemas es el relevo generacional del personal sanitario. En los próximos diez años, una parte importante de la plantilla de Osakidetza y del Servicio Navarro de Salud alcanzará la edad de jubilación, lo que genera preocupación por la disponibilidad de profesionales cualificados.
Navarra cuenta actualmente con una de las tasas más altas de médicos por habitante -642 por cada 100.000 habitantes, según el Colegio Oficial de Médicos-, pero afronta dificultades para cubrir determinadas especialidades y zonas rurales. En la CAPV, el envejecimiento de la plantilla y la escasez de especialistas en áreas como medicina familiar, pediatría o anestesiología han motivado medidas específicas dentro del Pacto Vasco de Salud. Entre ellas se incluye una línea de trabajo dedicada a la formación y la atracción de talento sanitario, que abarca desde la universidad hasta la formación continuada.
Estrategias de futuro
Tanto el Pacto Vasco de Salud como el Plan de Salud de Navarra Horizonte 2030 ofrecen una visión de futuro basada en la cooperación, la participación y la sostenibilidad. En ambos casos, se promueve la implicación de la ciudadanía y de los agentes sociales en la definición de prioridades y en la evaluación de los servicios.
La CAPV ha creado grupos de trabajo en áreas como la atención primaria, la salud mental, la oncología o la innovación digital, mientras que Navarra avanza en programas de salud comunitaria y en la integración de los servicios sociales y sanitarios. Estas estrategias persiguen un mismo objetivo: garantizar un sistema público de salud accesible, eficaz y adaptado a una sociedad que cambia rápidamente.