Los números dan para reeditar el cambio que se produjo en Burlada en 2015. Si entonces ya sucedió, parece sensato pensar que volverá a pasar. Esta vez con EH Bildu y Berta Arizkun al frente del Ayuntamiento como fuerza más votada (6 concejales) apoyada por la coalición Contigo-Zurekin, que logra 4, y por Geroa Bai, que mantiene el concejal que tenía en 2019. En total, 11 de los 21 ediles en juego, lo justo para alcanzar la mayoría independientemente de lo que diga el PSN, que pierde apoyos respecto a 2019 y se queda con tres representantes, uno menos.

Estas elecciones en Burlada se decidían 21 asientos del pleno, cuatro más que en los pasados comicios. EH Bildu y Contigo se quedan esos cuatro asientos: dos más para la coalición abertzale y otros dos para los de Txema Noval, que en 2019 acudió a las urnas con las siglas de Cambiando Burlada. El incremento, además, aúpa a EH Bildu como fuerza más votada en el municipio, con casi 400 votos más que su inmediato perseguidor UPN (el 25,75% de los apoyos frente al 20,5% de los regionalistas). Ana Góngora, con cinco concejales, tiene difícil revalidar una Alcaldía que logró en 2019 como lista más votada. Ha perdido esa condición. Y el PP tendrá presencia en el salón de plenos con dos ediles. 

Concejales de Burlada.