Hay muchos factores del entorno laboral que pueden afectar a la salud mental de los trabajadores y trabajadoras. Según la OMS, un entorno laboral adverso puede ocasionar problemas físicos y psíquicos, un consumo nocivo de sustancias y alcohol, absentismo laboral y pérdidas de productividad. "La promoción de la salud mental en el lugar de trabajo hace más probable la reducción del absentismo laboral, el aumento de la productividad y la obtención de beneficios económicos que conllevan estos efectos", advierte la Organización Mundial del Trabajo.

Los problemas más comunes por los que la gente acude a terapia son el conocido como síndrome del burnout (desgaste profesional), que consiste en una desmotivación importante del trabajador o trabajadora que empieza a tener síntomas de ansiedad y depresión, cansancio o pérdida de energía; el mobbing (acoso laboral), y la dependencia al trabajo.

"En los últimos años han aumentado las consultas relacionadas con el trabajo, sobre todo en hombres y gente joven, en la treintena o cuarentena. Hay bastantes casos relacionados con la adicción al trabajo, vienen a la consulta estresados y con problemas de sueño", explica la psicóloga Lina Romillo.

Estos problemas, según la psicóloga, "están totalmente motivados por el entorno y las condiciones de trabajo, por políticas que van en contra del trabajador y en los que muchas veces la conciliación no es real". "Hay mucha gente que trabaja de sol a sol y que, además, no puede no ir a trabajar, ya sea porque se lo exige la empresa o ellos mismos, porque se ha convertido en su forma de vida", explica Romillo.

"Los síntomsa derivados de un volumen de trabajo excesivo suelen ser cansancio, problemas de sueño, irritabilidad, dolores de cabeza, de espalda, etc. La persona piensa constantemente en el trabajo, en las cosas que ha dejado pendientes. En estos casos, el objetivo es aprender a no querer llegar a todo y separar el trabajo de la vida personal", sostiene.

En el último año, además, la pandemia sanitaria y los meses de confinamiento han añadido más tensión y ansiedad a la fuerza laboral. En muchos sectores, esto se ha traducido en jornadas laborales más largas y más carga de trabajo, teletrabajo y paro. Todo ello ha derivado en un desgaste emocional vinculado al miedo al contagio, los cambios de entorno o de actividad, el descenso de la calidad del trabajo y miedo a la pérdida del empleo.

PROMOCIÓN DE LA SALUD LABORAL

Promover la salud mental en el lugar de trabajo es fundamental. Para ello, la OMS recomienda la formulación de leyes, estrategias y políticas gubernamentales. En el trabajo, insta a proteger la salud mental reduciendo los factores de riesgo relacionados con el trabajo, a promover la salud mental desarrollando los aspectos positivos del trabajo y las cualidades y capacidades del personal, y a tratar de solucionar los problemas de salud mental con independencia de su causa.

Algunas de las intervenciones y prácticas adecuadas para proteger y promover la salud mental en el lugar de trabajo son las siguientes:

  • Aplicar y hacer cumplir las políticas de seguridad y protección de la salud, que permiten detectar el estrés patológico, las enfermedades y el consumo nocivo de sustancias psicoactivas, así como facilitar recursos para ello.
  • Informar a los trabajadores que pueden pedir ayuda.
  • Promover la participación del personal en las decisiones, trasmitir una sensación de control y de participación e implantar prácticas en las organización que promuevan un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal.
  • Ofrecer a los empleados programas de desarrollo profesional.
  • Reconocer y recompensar la contribución del personal.