La Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Estella-Lizarra es el colectivo más emblemático de las fiestas patronales y sus figuras son patrimonio cultural de la ciudad del Ega. Tras sacarlos durante más de un siglo en las festividades locales, los gigantes tuvieron que ser encerrados en el silo en marzo 2020 a causa de la pandemia producida por la Covid. Son pocas las personas que han podido verlos en este último año y medio. Esta vez consiguieron organizar la tradicional jornada de puertas abiertas el sábado 24 de julio para que los ciudadanos pudieran disfrutarlos, aunque solo estáticamente.

Hace unos años los gigantes se guardaban en el antiguo hospital, en pleno centro, pero desde 2007-2008 utilizan el silo, un almacén situado en el Polígono de Merkatondoa de Estella, a las afueras de la ciudad. El Gobierno de Navarra les cedió en ese momento el lugar por los próximos 25 años. En cuanto a las figuras, todos los gigantes miden 3,5m de altura. No obstante, tienen distintos pesos: los antiguos varían entre 65 y 70kg, mientras que los nuevos rondan los 45-55 kilogramos.

Para aprender a bailarlos, nos ha explicado el presidente de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos Sergio Azpilicueta, los veteranos se encargan de enseñan a los nuevos integrantes. "Hay quienes deciden meterse directamente a giganteros, o quienes empiezan desde cabezudos o caballos chepes. Se va trabajando poco a poco, con ensayos desde después de Semana Santa, y más intensamente los días previos a las festividades locales. Para sacarlos a bailar, son necesarias 12 personas giganteras y 20 para el resto de las figuras" ha explicado. El mínimo para participar son los 13 años, y actualmente siguen necesitando giganteros, pese al éxito que tuvo el llamamiento realizado en 2019. Los turnos se organizan con un cuadrante en el que marcan la disponibilidad de cada persona, siendo lo más importante tener suficientes relevos.

La controversia sobre el origen de los Gigantes de Estella es grande, ya que no hay ningún documento oficial. La primera fotografía que confirma su existencia, aunque esas figuras son ahora inexistentes, se trata de una imagen sacada de espaldas mientras bailaban en la Plaza de los Fueros en el siglo XIX, entre las construcciones de la iglesia y de las vallas de madera utilizadas a modo de plaza de toros. Sergio Azpilicueta, presidente y gigantero de la Comparsa, nos ha contado el porqué del cambio de los gigantes en el inicio del siglo XX: "En 1903 el Rey Alfonso XIII vino de visita. El Ayuntamiento vio que las figuras no estaban en buen estado, y decidieron hacer unos nuevos que se estrenarían en el año 1905 formando la comparsa". Éstos gigantes fueron encargados y construidos en Zaragoza.

Unos años más tarde, en la década de los 80, ya estaban deteriorados por el propio uso de las figuras. Los Gaiteros de Estella tomaron la iniciativa y propusieron recrear copias de los gigantes originales hechas con fibra de vidrio, ya que los originales eran de cartón piedra. Creándolos con estos materiales, además, serían más ligeros y fáciles de bailar.

Tras hablar y llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento, esas copias fueron creadas. Se respetaron las caras y cabezas de los últimos gigantes, pero la vestimenta cambió en referencia a los anteriores. De esta forma consiguieron las figuras utilizadas durante los últimos años, con la excepción del día del Centenario, en las Fiestas de 2005. Azpilicueta nos cuenta que en ese año hubo un homenaje en el que bailaron en la plaza los ocho gigantes, 16 cabezudos y seis caballos chepes que se guardan en la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Estella. Con este motivo, los anteriores gigantes fueron restaurados en Palencia en 2003-2004 y se les reconstruyeron los trajes que tenían en 1988, cuando dejaron de utilizarse.

Recientemente han conseguido el Presupuesto Participativo ofrecido por el Ayuntamiento de Estella, el cual será destinado para la restauración de dos históricos gigantes. Fueron utilizadas entre el 1947 y el 1954, pero su falta de practicidad y dificultad era tal, que tuvieron que dejar de bailarlos.

Dos de las históricas figuras fueron dadas por desaparecidas, pero hace 25 años aproximadamente, cuenta Azpilicueta, encontraron sus cabezas y ahora que han conseguido ese Presupuesto, el objetivo de la Comparsa es restaurar todo lo que les falta a Andrés y Mª Puy: "Se trata de los Gigantes que representaban a los danzaris. Se utilizaron durante solo seis años porque eran difíciles de bailar; tenían los brazos en alto y desequilibraban el peso. Al ser encontradas sus cabezas, les hicimos un cuerpo mucho más pesado porque utilizamos distintos materiales y económicamente no nos daba para seguir trabajando las siguientes piezas. Otra parte del presupuesto que teníamos lo hemos invertido en renovar el traje del Gigante moro y la pareja de cabezudos aragonesa".

Azpilicueta también ha explicado cómo consiguieron reunir el dinero para poder restaurar los cuerpos a los danzaris: "Lo que hicimos fue utilizar presupuestos como el de la Caja de Ahorros durante la década de los 2000. Son de mimbre con cartón piedra por encima, y pesan demasiado. Son prácticamente imposibles de bailar. Ahora lo que les falta es hacerles el armazón de abajo y los brazos, y su costo es bastante elevado". La restauración está enfocada en los futuros giganteros, para que puedan tenerlos y bailaros en buen estado, pero también partiendo de la base de que son patrimonio cultural de la ciudad y deben cuidarlo por lo que eso significa.