El Gran Premio de Arabia Saudí, segunda estación del campeonato, sirvió las mismas conclusiones que el amanecer de la temporada en Bahréin. Hay una escudería superlativa, considerablemente por encima del resto, da igual quién de los dos pilotos viaje al volante, y un Fernando Alonso que disfruta con un Aston Martin que parece ser el segundo coche a batir tras el tiránico Red Bull. Sergio Pérez, autor de la pole, se adjudicó la victoria y Max Verstappen, desde la decimoquinta posición de salida, culminó una inusual aunque por otro lado asumible remontada hasta el segundo puesto para sellar otro doblete

Alonso, por su parte, celebró su podio número 100 antes de conocer que sería privado de él; terminaría cuarto en lugar de tercero por no cumplir debidamente una sanción. “Vaya comienzo; impensable hace un mes. Red Bull está un poco lejos, pero el resto está detrás”, evaluó el asturiano, cuyo rostro, a sus 41 años, es el de un risueño debutante. Aunque razón no le falta, el cajón se esfumó en favor de George Russell. Posteriormente, la FIA rectificaría y le devolvería el tercer puesto al asturiano.

Alonso reafirmó su estado con una genial salida en el circuito de Jeddah que le aupó al primer puesto en la primera curva de la carrera. Si bien, su éxtasis se prolongó apenas cuatro vueltas. De hecho, cuando solo se habían cumplido dos giros, el asturiano fue sancionado con 5 segundos por encuadrar mal su Aston Martin en la parrilla de salida. Salió desalineado de las pinturas. Y ya en la cuarta vuelta, el poleman Sergio Pérez devolvió la carrera a la realidad que vive la Fórmula 1: Red Bull está en otra dimensión. El mexicano rebasó a Alonso sin miramientos, sin oposición, y se alzó en cabeza para poner pies en polvorosa. Alonso trató de engancharse al rebufo de Pérez para descolgar a George Russell, tercero, y lo consiguió.

Detrás, Verstappen y Charles Leclerc aportaban emoción con interesantes remontadas. Antes de arrancar la prueba, Verstappen cambió la caja de cambios después de los problemas sufridos el sábado con el palier que le estancaron en la Q2 y con la 15ª plaza de salida. El neerlandés corría como lo haría el diablo. Leclerc, por su parte, partía 12º pese al segundo puesto en la sesión de calificación debido al reemplazo de la centralita del Ferrari, tercera del curso, cuando cada coche solo cuenta con dos para todo el año, por lo que fue penalizado con diez posiciones para la salida. El monegasco, con neumáticos blandos a diferencia del resto de los pilotos de cabeza, escalaba con pies de gato.

Pero cualquier ilusión de Ferrari se desvaneció en la vuelta 18, cuando el Aston Martin de Lance Stroll se detuvo, lo que obligó a la entrada del coche de seguridad. Los Ferrari ya habían completado sus primeros cambios de neumáticos, por lo que su competencia se benefició. Especialmente fue el caso de Verstappen, que ya rodaba cuarto y tras sustituir los calzos se quedó instalado en la misma posición. Las miras pasaron a centrarse entonces en el vigente campeón.

La rivalidad en el seno de Red Bull

En el 25º giro de los 50 acordados Verstappen rebasó a Alonso para colocarse segundo, a 5,7 del liderato Checo Pérez. El neerlandés proyectaba opciones de poder vencer; el sábado, antes de romperse el monoplaza, corría medio segundo por vuelta más rápido que su compañero. Si bien, pese a su épica remontada, aliado además con la fortuna, no lo consiguió. Pero sí pudo trasladar al mundo el potencial del Red Bull. En una secuencia que se sucedió entre esa vuelta 25 y hasta la 35, Verstappen sacó 11 segundos a Alonso, el primero de los mortales. Esa es la realidad de la F-1. Hay una escudería sin competencia.

De cara a la segunda mitad de la carrera, con la incertidumbre sobre la capacidad de Verstappen para tratar de dar caza a su compañero, el neerlandés comenzó a reportar problemas. “Noto que el palier no va bien”, reportó. “Es la válvula del freno”, respondieron desde el garaje. Si bien, Mad Max no descendió su ritmo. Entonces fue Pérez quien alertó de problemas en el pedal de frenado. 

Ante estos comentarios, desde Red Bull se reclamó prudencia, se exigió a sus pilotos reducir el ritmo para proteger el segundo doblete. Viendo Pérez que Verstappen no levantaba el pie del acelerador, el mexicano protestó: “No necesitamos esto. ¿Somos libres de apretar?”. “Aprieta lo que quieras”, expresaron por radio.

Las conversaciones internas de Red Bull monopolizaron el interés en Jeddah, dando cuenta de que ninguno de los dos pilotos se doblegará. Sedientos de gloria y con potencial para engordar el palmarés, ninguno se arrodillará, al menos a estas alturas. “¿Cuál es la vuelta rápida?”, preguntó Verstappen cuando rodaba a 5 segundos de Pérez y ya sin opciones de ganar. “No estamos preocupados”, manifestaron desde su box. 

En ese momento, el punto de la vuelta rápida rodaba en el coche de su compañero de filas. “Yo sí estoy preocupado”, sentenció un ambicioso Verstappen, consciente de que ese punto establecería la diferencia en el liderato del Mundial. El giro más veloz estaba en poder de Pérez, lo que le convertía en nuevo líder, y en la última vuelta Verstappen se lo arrebató para conservar su condición en la cima del campeonato. 

Al ser preguntado por la actuación de Verstappen de buscar la vuelta rápida pese a las instrucciones, Pérez respondió un “manzanas traigo”. “Seguiremos empujando. Tenemos el coche más rápido y eso es lo importante”, dijo, quitando leña al fuego de cara a una campaña que parece que ofrecerá diversos capítulos sobre la rivalidad en el seno del equipo Red Bull, donde todo apunta a que viaja el campeón de 2023. “Si empiezas en primera línea, hay que luchar por esa victoria”, dijo Mike Krack, jefe de Aston Martin, sobre la situación de Alonso desde la segunda posición de salida. Como ilusión está bien. Como realidad, está alejada del potencial de Red Bull. Son cohetes.

Alonso critica a la FIA

Alonso, antes de recuperar el tercer puesto, se manifestó contrariado. “La FIA no ha quedado bien. Ha tenido una hora para notificarme la sanción y podría haber elevado el ritmo para sacar 10 segundos a Russell”, protestó. Al asturiano le cayeron 10 segundos por no haber cumplido los 5 impuestos por colocarse mal en la salida. Durante el pit stop, un mecánico tocó el coche con el gato mientras cumplía los 5 segundos y de ahí la segunda pena. Justa, aunque cierto que tardía. Si habría logrado el margen o no, eso jamás se sabrá.