- La consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente explica en esta entrevista la importancia que tiene para Navarra la nueva Ley de Cambio Climático.

Tras un intenso trabajo y un largo recorrido en la elaboración de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética de Navarra, el pasado 2 de abril entró en vigor. ¿Cuál va a ser su impacto en la Comunidad Foral?

- La emergencia climática exige pasos concretos, firmes e inmediatos y ese es el paso que ha iniciado Navarra con esta nueva ley. Por empezar con la Administración, un buen ejemplo es que para el 2025, sólo 3 años, el 50% de la energía eléctrica consumida por la Comunidad Foral, las Entidades Locales y sus organismos públicos deberá ser de origen renovable.

Para el 2030, tendrá que ser el 100% de la energía eléctrica que consumimos. O, por ejemplo, la nueva ley también contempla nuestro paisaje urbano, puesto que los edificios de nueva construcción deberán reservar una parte de su tejado para la colocación de placas fotovoltaicas; pero además aquellos edificios de uso dotacional, comercial o industrial ya existentes y de más de 4.000 metros cuadrados deberán instalarlo antes del 2030 y los de 2.000 metros, antes de 2040.

A su vez, se trata de establecer medidas de eficiencia energética para la reducción de consumos, por ejemplo, en los sistemas de alumbrado público inteligente. Esta ley supone pasar de las palabras a los hechos y con ejemplos como estos se va a poder también visibilizar.

¿Son realistas los objetivos que persigue?

- Son necesarios. Es realista en la medida que seamos capaces de avanzar en tres pilares: puesta en marcha de medidas de eficiencia energética; fomento del autoconsumo, también el industrial; y el impulso de las energías renovables. Deberíamos ser capaces de cumplir con los objetivos establecidos porque no estamos hablando de un debate teórico, sino de una realidad incuestionable.

Uno de los aspectos más relevantes del texto está relacionado con la edificación. Navarra ha sido pionera en establecer la obligatoriedad de construir edificios ECCN y Passivhaus, tanto públicos como privados. ¿Es éste el eslabón que faltaba para consolidar un modelo de vivienda climáticamente neutro, sostenible, circular y eficiente?

- Navarra es un referente en esta materia. Hay que recordar que la Comunidad Foral se adelantó en tres años a la implantación de los Edificios de Consumo Casi Nulo que establece la directiva europea 2010/31 de eficiencia energética, que exige que todos los edificios residenciales que se construyan a partir del próximo 1 de enero sean energéticamente pasivos.

El plan de vivienda pública de alquiler Navarra Social Housing que el Gobierno foral puso en marcha en 2017, con la construcción de 524 viviendas previstas, ya exigió desde sus primeras licitaciones que todos los edificios sean pasivos bajo estándares Passivhaus o equivalentes, en los que el consumo energético se reduce en más de un 80%.

La ley también establece la creación de una Agencia de Transición Energética. ¿Có-mo se está gestionando?

- Efectivamente, la Ley Foral de Cambio Climático dice que el Gobierno de Navarra debe establecer en 6 meses un proyecto de Ley Foral Regulador de la Agencia. La ATENA tiene un papel tractor en el proceso de transición energética hacia la descarbonización y, por ejemplo, en el impulso de las comunidades energéticas locales y me consta que el consejero Irujo ha dado inicio al procedimiento a través de la Orden Foral correspondiente.

La agricultura ecológica juega un papel importante en la sostenibilidad del entorno que contribuye a la reducción de la huella de carbono. La ley establece que para 2030 al menos el 25% de las tierras agrícolas se gestionen mediante agricultura ecológica ¿es viable en un sistema alimentario como el actual?

- Está claro que tenemos que apostar por un modelo alimentario más sostenible en el modelo de producción y también en el de consumo. El 25% de producción ecológica es un reto complicado a día de hoy, pero es cierto que estamos trabajando en un plan estratégico que lo haga realidad.

La sostenibilidad del modelo alimentario pasa por a agricultura ecológica pero también por el consumo de producto local, de km 0 y de temporada y eso tiene también mucho que ver con nuestros hábitos de consumo. Como dice la campaña de divulgación de la ley, “hay otra forma de alimentarse”.

En definitiva, ¿cree que la ley da respuesta a la emergencia climática?

- Es una herramienta clave. Como he dicho al principio, supone un cambio cualitativo porque es pasar de las palabras a los hechos, aun siendo conscientes de todo el trabajo y el desarrollo posterior que ahora debemos abordar.

Trabajando en esta línea y según lo planteado en la ley, ¿Cómo ve a Navarra dentro de 20 años en la lucha contra el Cambio Climático?

- En una posición referente y bien encaminada hacia esa Navarra verde, descarbonizada y circular, en línea con nuestra estrategia de Transición Ecológica Navarra Green y como demanda la sociedad navarra, una sociedad comprometida con el medio ambiente.