En Navarra, la población dependiente mayor de 65 años representa tan solo un 10%. Con este dato, Inés Francés, directora de la Agencia Navarra de Autonomía y Desarrollo de las Personas, explicó en la mesa de debate de Foro Hiria la importancia de contar con un colectivo que resulta amplio y goza de buena salud. “La población navarra sigue manteniendo años con calidad de vida pero también debemos tener en cuenta a aquellos que son dependientes y que necesitan la ayuda de todos”, afirmó Francés.
A su vez, explicó que los fondos europeos han permitido sacar una convocatoria, de más de 6 millones de euros, para la provisión de productos con base tecnológica que ofrecen mayor accesibilidad a los que necesitan apoyos. “Está cubriendo productos como sillas eléctricas, elementos de comunicación como audífonos o instalar domótica en la vivienda para la prevención de caídas”.
Para aquellos que no puedan permanecer en sus viviendas por problemas de movilidad, por precisas constantes atenciones médicas o por otras circunstancias, existe la opción de acudir a una residencia. Estos centros cuentan con un equipo multidisciplinar que debido a un trabajo conjunto tratan de proporcionar una mejora en la calidad de vida del usuario.
Lourdes Rivera, directora general de Amavir, destacó la importancia de contar con un centro especializado que tenga en cuenta a los residentes y a sus familias. “Nosotros llevamos 25 años trabajando con personas mayores y hemos creado un modelo que se llama “Guiados por ti” para dar cabida a ese enfoque de atención según lo que las personas quieren y deciden”.
La soledad no deseada: fuente de sufrimiento
En el transcurso del Foro apareció en varias ocasiones un problema social que afecta cada vez a más personas en Europa y en especial, a nuestros mayores: la soledad no deseada.
“Muchos séniors acuden a los centros porque no quieren vivir solos. Allí comparten vida, ocio, se crean grupos de amigos o juegan a las cartas. El beneficio es innegable”, destacó la directora general de Amavir.
Sergio García-Magariño, profesor de Sociología de la UPNA, habló de la soledad como un problema que acarrea problemas de salud física y psíquica, dado que “te cuidas menos, te preparas menos, haces menos ejercicio lo que lleva al aislamiento”.
Para combatirla, aseguró Inés Francés, directora de la Agencia Navarra de la Autonomía y Desarrollo de las Personas, “a lo largo de la vida debemos trabajar esas relaciones para que cuando seamos mayores sigan estando ahí”. Ese círculo puede ser la familia, un pacto de un barrio como el ‘Pacto de las personas mayores’ de San Juan o un grupo de vecinos que permanezcan en nuestro mismo edificio.
“La soledad es un problema pero quizás haya otras cuestiones que solucionar antes”, comentó Sara Luqui, pedagoga y directora del centro que lleva su nombre, quien defendió que deberíamos concienciarnos de la vejez desde niños y “tendría que formar parte del curriculum educativo”.
Nuevos proyectos: una generación más activa
Uno de los objetivos de la jornada fue que los distintos participantes hablaran de aquellos proyectos que están siendo prácticos a la hora de mejorar la calidad de vida de los séniors y los aspectos que están promoviendo una vida más activa.
“Creo que ha habido un gran avance. Amavir ha podido vivir en Navarra una posibilidad de compartir con las administraciones datos reales de lo que necesitan las personas mayores”, contó Lourdes Rivera.
Por su parte, Arantza Muñoz habló del ‘Pacto de las personas mayores’ de San Juan “como una iniciativa que permite impulsar medidas que contribuyan a mejorar un envejecimiento activo, saludable y de intervención comunitaria”.
Tal es el caso del Programa Senior de la Universidad de Navarra, en el que participan “personas de entre 60 y 80 años que no se sienten mayores. Han descartado la palabra envejecimiento de su vocabulario”, afirmó Viviana Alegre. “Es hora de romper barreras para que las personas puedan ser mucho más autónomas”, concluyó Inés Francés en el foro.
