¡Más madera!”, cuentan que exclamó Groucho Marx en la famosa escena del tren de la película ‘Los hermanos Marx en el Oeste’. El genial comediante reclamaba así que le llevaran madera para poder avivar el fuego de la caldera de su locomotora y mantener la frenética marcha del ferrocarril que pilotaba durante una persecución. Una expresión que –aparte de dar nombre a la revista profesional de referencia en el sector en Navarra– nos propone una sugerente metáfora sobre el papel que la madera y la gestión forestal están llamadas a desempeñar para avivar el desarrollo local sostenible en nuestras zonas rurales. Para acelerar la transformación ecológica ante el cambio climático, revalorizar la riqueza medioambiental, social y paisajística de nuestros bosques o para estimular una industria competitiva, con capacidad de generar empleo y actividad en el medio rural.

En definitiva; más madera para esa ventana de oportunidad que se nos plantea el título del debate al que nos convocó el Foro Hiria de DIARIO DE NOTICIAS con motivo del día internacional de los bosques, que se celebró ayer 21 de marzo bajo el lema ‘Bosques e innovación: nuevas soluciones para un mundo mejor’.

Y es que Navarra, ciertamente, encierra mucho potencial en este terreno. Dos terceras partes de nuestra superficie es masa forestal y arrastramos una secular tradición cultural maderera, un material muy arraigado en nuestro imaginario, además de ser la comunidad con mayor superficie forestal certificada del Estado. Sin embargo, a pesar de movilizar anualmente 500.000 metros cúbicos, apenas aprovechamos un tercio del crecimiento de nuestra superficie forestal. Y la madera es un activo –para mejorar el monte y la biodiversidad, paliar los efectos del cambio climático o prevenir incendios- cuando se moviliza de una manera planificada y sostenible, no cuando queda abandonada en un bosque estático.

Tenemos no pocas dificultades. La mejora de los aprovechamientos, la necesidad de formar mano de obra cualificada y ofrecer un sector atractivo para las personas jóvenes, la investigación sobre especies autóctonas resilientes frente al cambio climático o el esfuerzo por buscar nuevos mercados en ámbitos como la edificación o la energía son algunos de los desafíos que tenemos delante.

Pero se nos abren también oportunidades importantes. El proceso de construcción industrializada –donde Navarra se ha destacado con pasos como el clúster empresarial iCONS o el futuro instituto BAI- posibilita la incorporación de la madera como elemento estructural alternativo al hormigón; la irrupción de la biomasa como alternativa viable al gas en infraestructuras de calefacción –con el proyecto piloto de la central de calor de la Txantrea recién finalizada y con vocación de réplica a mayor escala- o el hecho de que el 84% de los productos navarros que salen al mercado cuentan con un sello de certificación son algunos elementos que nos hacen ser optimistas sobre el futuro.

La madera –un recurso natural renovable que debemos hacer sea también de origen local- se ha convertido en una de las claves para hacer frente a la emergencia climática por el valor de la masa forestal como sumidero de carbono y por la reducción de la huella que supone su incorporación a los procesos productivos, sí. Pero el aprovechamiento forestal es también, sobre todo en determinadas comarcas –pensemos, por ejemplo, en el Pirineo, Urbasa, Sangüesa o el Bidasoa-, una palanca para favorecer dinamismo económico en un mundo rural vivo.

Quizás algunos sepan que, en realidad, Groucho Marx nunca llegó a exclamar aquello de “¡más madera!” en la película que citaba al principio, en cuya versión original únicamente gritaba “Timber!”. La célebre expresión fue un duende que se introdujo en ciertos doblajes, pero bien nos viene para apropiárnosla en Navarra. Es el momento, sin duda.

Foro Hiria | La madera como una ventana de oportunidad para Navarra DIARIO DE NOTICIAS