La cuarta mesa del Foro Hiria, centrada en el emprendimiento en Navarra, puso el foco en el sector Agrotech, un ámbito en crecimiento que combina tradición y tecnología para afrontar los retos de la alimentación del futuro. Bajo la moderación de Sandra Aguirre, directora gerente del clúster agroalimentario Nagrifood, participaron Susana Sánchez, CSO y cofundadora de Moa; Manuel Rubio, co-CEO de Ingredalia; y Filo Valero, técnica de CEIN, quienes compartieron su experiencia y visión sobre las oportunidades y desafíos que presenta este sector. “Un sector que representa aproximadamente un 14% del PIB industrial en Navarra, frente a una media nacional cercana al 10%, una cifra que evidencia la fortaleza y el peso económico del ecosistema local”, según indicó Sandra Aguirre. Esta realidad marcó el contexto para debatir sobre cómo fomentar la innovación y el emprendimiento para aprovechar ese potencial.

Apoyo y colaboración

Desde CEIN, Filo Valero explicó las iniciativas que apoyan la creación y consolidación de startups en el sector, como la Aceleradora AGROFOODTech, que en su última convocatoria ha incorporado 19 proyectos. “El objetivo es identificar nuevas ideas de negocio con potencial, convertirlas en startups y ayudar a que estas crezcan y se consoliden como modelos de negocio viables y competitivos en el mercado”, destacó. Asimismo, apuntó la necesidad de “innovar con sentido, porque la innovación sin aceptación de mercado o sin resolver una problemática real carece de sentido”.

Manuel Rubio reconoció que estos programas son “fundamentales para poder arrancar en este foro, donde además del emprendimiento y las iniciativas, la ayuda de CEIN, del Gobierno de Navarra y otras entidades es clave para empezar a caminar”, aunque admitió que “siempre es difícil”. Ingredalia, su empresa, apuesta por la economía circular desarrollando ingredientes funcionales a partir de subproductos vegetales que la industria agroalimentaria descarta, como pieles o partes no comercializables por su apariencia. Estos residuos, que representan hasta un 40% del total, son recuperados para extraer compuestos como polifenoles, con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, que se emplean en productos alimentarios y cosméticos. De este modo, transforman lo que antes se desperdiciaba en nuevos ingredientes naturales con valor añadido. Rubio hizo hincapié en el talento local y el compromiso necesario.

Susana Sánchez, por su parte, agradeció el papel transversal que desempeñan las iniciativas de CEIN. “Nosotros somos tres socios con perfiles diferentes, pero nos falta muchísimo en muchas áreas. Por eso, todos los programas, no solo los específicos del sector agro sino también los transversales, desde impulso emprendedor a recursos humanos o temas financieros, son una oportunidad muy valiosa”. En el caso de Moa, la empresa utiliza microorganismos en procesos de fermentación para transformar subproductos orgánicos, como las pieles de patata descartadas por la industria alimentaria, en ingredientes con alto valor nutricional que regresan a la propia industria en forma de alimentos funcionales, piensos o ingredientes para cosmética y agricultura. Actualmente trabajan en colaboración con la multinacional Barilla, revalorizando uno de sus residuos para producir ingredientes que la compañía ya está probando en nuevas aplicaciones alimentarias.

Rubio quiso destacar la colaboración público-privada como motor del desarrollo tecnológico y empresarial: “Creo que somos un buen ejemplo de esa colaboración y que es la forma de avanzar para que la tecnología llegue al destino final, que es el mercado”. Y recordó el papel de las instituciones locales: “Tenemos que sentirnos orgullosos de Navarra, que cuenta con la Universidad Pública, la Universidad de Navarra y centros de salud públicos y privados, auténticos templos del conocimiento, emprendimiento e inteligencia. Solo mediante colaboraciones y proyectos conjuntos, como los que hemos realizado recientemente con la Universidad Pública, se logra la excelencia y el bienestar para la sociedad”.

No obstante, los participantes coincidieron en señalar que todo emprendimiento supone afrontar ciertos riesgos. En este sentido, Sánchez subrayó las dificultades que surgen en la fase de escalado, y señaló que, en su caso, han tenido que “buscar apoyo fuera, en diferentes industrias, para poder avanzar”. Añadió, además, que la financiación es otro reto importante en ese proceso.

El cierre correspondió a Filo Valero, quien animó a los emprendedores a no perder la oportunidad de conectar con mercados internacionales: “En el norte de Europa el sector Agrotech se mueve muchísimo, y tenemos que encontrar la manera de engrasarnos con esas culturas, que funcionan a diferentes velocidades. CEIN, junto con Sodena y el Gobierno de Navarra, está impulsando un proyecto de economía circular que facilitará esa conexión”.