El entrenador de Osasuna, José Luis Mendiliba, cumplió en Mallorca su segundo partido de sanción pero no pudo reprimirse el dar instrucciones y gritos a los suyos. Cuando encajó el gol, se marchó del enfado que cogió. Además, se comunicó vía móvil con Ibáñez que le transmitía la información a Alfredo. Foto: Mikel Saiz
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