NIGERIA 0 Vincent Enyeama; Efe Ambrose, Kenneth Omeruo (Egwuekwe, m.12), Godfrey Oboabona, Uwa Echiejile; Ogude, Obi Mikel, Sunday Mba (John Igu, m.63); Ideye, Ahmed Musa y Akpala (Muhammad, m.71).
ESPAÑA 3 Víctor Valdés; Arbeloa, Sergio Ramos, Piqué, Jordi Alba; Busquets, Xavi; Iniesta, Cesc (Silva, m.54), Pedro (Villa, m.75); y Soldado (Fernando Torres, m.60).
Gole 0-1, m.3: Jordi Alba. 0-2, m.62: Torres. 0-3, m.89: Jordi Alba.
Árbitro Joel Aguilar (El Salvador).
Estadio Castelão, 44.000 espectadores.
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Fortaleza (Brasil). España goleó a Nigeria y accedió como primera de grupo a las semifinales de la Copa Confederaciones, en las que de nuevo se cruzará con una Italia a la que tomó la medida en las últimas grandes citas. La Roja lo logró tras rebajar su brillantez ante Nigeria, en un partido disputado a 30 grados que decidió con un doblete de Jordi Alba y un gol de Fernando Torres. Brasil silba a España por temor y respeto. Solo Andrés Iniesta provoca el aplauso. No pueden reprimirlo. Cualquier movimiento suyo, un control, una jugada con recorte y túnel en un palmo de terreno o un regate en carrera provoca la admiración. El camino de España hacia Maracaná se sigue escribiendo con victorias.
España marcó nada más iniciarse el duelo y decidió guardar fuerzas para una semana que decide el título. En ocasiones rebajó tanto su marcha que acabó entregando el protagonismo a una Nigeria voluntariosa. Tan sobrada en el físico como falta de acierto en el remate.
Se topó con Víctor Valdés y agradeció los fallos de definición de Soldado. Reabren el debate de la portería y del nueve para semifinales. Tras la maravilla de Iniesta para iniciar el partido, llegó el tanto de Jordi Alba. Como en la final de la última Eurocopa a Italia. Rompiendo por sorpresa. Definiendo con calma tras llevarse el balón con fortuna en el recorte a los tres minutos.
El trabajo estaba hecho y había mucho por jugar. Nigeria necesitaba golear y tuvo fe en el milagro. Con tres delanteros provocó que España se hiciese larga en defensa. Aparecieron los espacios y el físico del campeón africano no los desaprovechó. Emergió la figura de Valdés. Fortísimo por alto en su área, ágil bajo palos a un disparo de Mba ajustado al poste y sobrado de personalidad. A España le vendría bien defender en un torneo en el que hasta la fecha no tuvo exigencia. Devoró a Uruguay y apenas se empleó en los cinco minutos finales. Musa exigió a Arbeloa, Piqué sufrió la velocidad de Ideye y Ramos la de Musa. Jordi Alba era el más entero en minutos de titubeo.
El panorama sería el mismo en el segundo acto. El calor marcaba el partido. Valdés dejó un susto en una mala salida y Cesc al pedir el cambio por molestias. Entró Silva con ganas. Dejó su visión privilegiada en el pase entre líneas.
Por la izquierda entraban los dos jugadores en mejor momento físico, Jordi Alba y Pedro. El último sacó un pase que aprovechó Fernando Torres para meter dinamita al debate del nueve. Su testarazo a la red a los dos minutos de sustituir a Soldado era su mensaje. España sentenciaba el partido con un nuevo tanto del máximo artillero, que ya se sitúa a un solo gol de serlo de la historia de la competición. El final de una venganza con Nigeria, quince años después de una de las derrotas españolas más sonrojantes, lo puso Alba, en una jornada especial para Del Bosque, que igualó a seis seleccionadores con más partidos dirigidos en la competición. Ante Italia será el mejor.