donostia - Markel Bergara se quedará definitivamente en el Getafe. El club azulón y la Real negociaron ayer su traspaso y, pese a que desde Anoeta no se quiso dar oficialidad a la operación, el presidente getafense, Ángel Torres, confirmó en Onda Madrid que habían llegado a un acuerdo. El centrocampista se desvincula de forma definitiva de la Real para firmar un contrato de dos años más otro opcional con los madrileños.
A sus 32 años recién cumplidos, el canterano acepta de buen grado dejar de esta manera el club de toda su vida después de que en la conversación que mantuvo con Roberto Olabe le comunicara que, en principio, su apuesta inicial era contar con medios que habían jugado esta campaña en el primer equipo y los que están por venir como Zubimendi, internacional en categorías inferiores y que esta campaña ha dirigido el juego de la Real C. Al igual que Carlos Martínez, Markel siempre ha demostrado de manera impecable su comprensión por cómo funcionan las cosas en un club de cantera como la Real y no ha dudado en reconocer abiertamente que los que vienen “son muy buenos”.
Por la mañana, el Getafe cerró el acuerdo con el futbolista y, por la tarde, hablaron las tres partes para ver cómo solucionaba su traspaso. En principio, al jugador le quedaba un año más de contrato con la Real, pero todo parece indicar que le van a permitir marcharse con la carta de libertad bajo el brazo como agradecimiento por los servicios prestados. Por lo tanto, las arcas blanquiazules no ingresarán ninguna cantidad por su marcha.
Eso sí, con el adiós de Markel, el vestuario txuri-urdin se queda sin otro de sus pesos pesados. Del equipo que ascendió a Primera en 2010 solo siguen Alberto de la Bella e Imanol Agirretxe, cuya continuidad la próxima temporada no está del todo confirmada. Atrás deja un total de trece temporadas en el primer equipo, con un comportamiento irreprochable y un rendimiento deportivo coronado el año en el que se logró el pase para la Champions, cuando era intocable en el doble pivote junto a Illarramendi.
El anunciado relevo generacional ya está aquí y no hace falta imaginar que la Real de la campaña 2019-19, la de Asier Garitano, va a ser muy distinta a la del pasado curso, a la espera de los jugadores del Sanse que pretende incorporar y a los fichajes que llegarán.
Otro de los jugadores que tiene contrato y que ya se conoce que no se cuenta con él es Toño Ramírez. La dirección deportiva anterior renovó su contrato un año más, hasta 2019, en enero y a los pocos meses le comunica que no va a poder cumplirlo. Es justo reconocer que cuando le han dado la oportunidad de jugar ha cometido errores importantes, pero no parece lógico la secuencia de feos que le han hecho los gestores. Al menos en una entidad que, insistimos, se jacta de ser un club formador y de cantera.
Desde que regresó del AEK Larnaca en un movimiento sorprendente por el que la Real solo abonó 100.000 euros, no jugó ni un minuto en la campaña 2016-17 y en esta solo lo ha hecho en los dos encuentros de Copa ante el Lleida, cuatro de Liga y la última media hora en Salzburgo. Siempre a la sombra de Rulli, la contratación exprés de Miguel Ángel Moyá acabó por enterrar sus ilusiones en clave blanquiazul.
La Real lleva tiempo sondeando el mercado de porteros. Tras descartar el fichaje del ucranio Lunin, cuyo precio se ha disparado cuando el Zorya lleva meses con una subasta pública en la que cada vez están entrando clubes de mayor pedigrí, en Portugal el diario Record publicó ayer que el conjunto donostiarra es uno de los interesados en hacerse con la cesión de Joel Castro Pereira, joven guardameta portugués del Manchester United. Siempre según esta información, se une a una larga lista de pretendientes, sobre todo de la Liga y del Calcio, por este guardameta de 21 años, internacional en todas las categorías inferiores lusas, aunque nació en la localidad suiza de Le Locle. Torino, Atalanta y Fiorentina, en Italia, y Sevilla y Betis, son los que siguen a Pereira.
El verano es largo y todo parece indicar que Rulli, que no irá a Boca Juniors, acabará por marcharse, por lo que al menos tendrá que venir otro. Hace unas semanas, MD también publicó que un ojeador txuri-urdin había estado siguiendo a Martín Arias, un meta de 23 años que milita en Huracán.