donostia - La tarde del sábado 20 de diciembre de 2008 pasó a la historia de la Real Sociedad por su carácter convulso. Y también por el cambio de timón experimentado entonces en el club. Apenas unos minutos después de que el equipo ganara en Anoeta al Salamanca (1-0) gracias a un gol de Ansotegi en el descuento, el Velódromo albergó una Junta General de Accionistas durante la que Realaren Lagunak, nombre de la plataforma desde la que Jokin Aperribay y su directiva solicitaron la remoción del Consejo de Badiola, accedió a los mandos de la entidad.

El grupo, que tuvo que abandonar el recinto custodiado por la Ertzain-tza, recibió el apoyo de 40.542 acciones (el 56,27% de las presentes), por los 21.333 títulos (29,61%) que apoyaron a Reala Askatu, un colectivo de aficionados que se postuló durante la Asamblea. Diez años, una Ley Concursal, un ascenso y tres participaciones europeas después, el presidente txuri-urdin y su equipo de trabajo inician hoy su segunda década al frente del club. ¿Con qué perspectivas?

1lo deportivo “El fútbol nos va a plantear retos en el futuro. Y la Real se está sometiendo a muchos cambios para poder afrontarlos”. Así explicó Jokin Aperribay durante la Junta del pasado día 11 la tesitura deportiva a la que se enfrenta el club. “La llegada como director de fútbol de Roberto Olabe”, tras la salida de Loren en marzo, “se produjo como consecuencia de una larga reflexión sobre la necesidad de dar respuesta a los cambios en este deporte”, agregó.

En este sentido, y pese a que las posibilidades económicas de la entidad permiten acudir con garantías al mercado de fichajes, el presidente pone el foco en reforzar la filosofía de cantera, apostando por mejorar los procesos de formación y promoción. Con Olabe como mandamás deportivo y Asier Garitano al frente del primer equipo (los contratos de ambos expiran en 2021), gran parte de los objetivos a nivel de club pasan por “saber retener” a los jóvenes valores. “Si lo logramos, la Real puede avanzar lejos”. Palabra de Aperribay.

2lo económico Existe unanimidad a la hora de poner un sobresaliente a la gestión económica del actual Consejo. Y, aún así, Aperribay y su directiva han tardado una década en sofocar todos los frentes del incendio que supuso en su día la Ley Concursal. Señal inequívoca de la gravedad que alcanzó la situación financiera del club, allá por 2008. “Es una fase superada”, resumió orgulloso el presidente durante la reciente Junta de Accionistas, “la última vez en que se va a hablar de los préstamos participativos”. “La Real ha pagado en cinco años unas deudas que debía abonar en 30”, añadió, subrayando una circunstancia favorecida por las cantidades que el club ha percibido últimamente por Yuri Berchiche, Iñigo Martínez o Álvaro Odriozola.

Solventados los apuros monetarios del pasado y aprobado ya el presupuesto más elevado de su historia (105 millones de euros), la Real mira ahora a sus arcas como herramienta principal para, más allá de inversiones en el primer equipo, crecer como club a nivel estructural.

3lo estructural Dicho crecimiento pasa en gran medida por invertir en Anoeta y en las instalaciones de Zubieta. El club ha destinado un total de 46 millones a la reforma del estadio, un proceso que alcanzará su final en noviembre de 2019. Y ha cifrado en otros ocho la financiación de las diferentes modificaciones programadas en su ciudad deportiva: ampliación del Z3, construcción de graderío y vestuarios para este campo, y reforma del edificio Gorabide. Los progresos del club a nivel estructural, unidos a su actual músculo económico, otorgan a la Real la “dimensión necesaria” para encarar con garantías el futuro panorama futbolístico continental. “Del mismo modo en que se habla de la próxima creación de una Superliga europea, estoy convencido de que, cuando esta sea un hecho, también nacerá una Liga europea de segunda división. Y la Real debe estar preparada para entrar en ella”, explicó Aperribay en el Kursaal el pasado día 11. Si algo le caracteriza son sus inquietudes respecto al futuro del fútbol y al papel que jugará el club en esos nuevos contextos. De momento, la estructura de torneos europeos dependientes de la UEFA está garantizada hasta 2024.

4lo social Conseguir una Real “más cercana a las personas” supone uno de los objetivos con mayúsculas del Consejo de Administración. Ya se han cumplido dos años y medio desde el acuerdo con Microsoft para la transformación digital del club. Y al proceso entonces iniciado se han unido iniciativas recientes como la adaptación de la letra del himno (sustitución del “mutilak” por “Reala”) o la consulta a socios y accionistas sobre la idoneidad de establecer acuerdos de patrocinio con casas de apuestas (el club carece ahora mismo de un espónsor principal).

Además, destacó el talante abierto de Aperribay durante la última Junta, encajando con comprensión las quejas sobre visibilidad deficiente desde algunas localidades del estadio, y emplazando a muchos accionistas a citas personales. Tampoco se cerró en banda ante las numerosas protestas generadas por el ritmo del nuevo himno, un tema que a buen seguro va a tener que acometer durante las próximas semanas, ya que el cambio experimentado por el Txuri-Urdin no termina de convencer.

5¿hasta cuándo? Sobre el papel, la fecha de caducidad del actual Consejo de Administración está en 2022, año hasta el que Aperribay y su directiva fueron reelegidos la pasada temporada. La fecha, sin embargo, supone simplemente un formalismo abierto a múltiples circunstancias. El presidente y su equipo tienen la posibilidad de adelantar el hipotético sometimiento a una nueva reelección.

Y el propio Aperribay puede dar un paso atrás y ceder el testigo a un relevo en el despacho de Anoeta. Se trata de opciones, sin embargo, que perdieron fuerza tras la última Junta, cuando el máximo dirigente txuri-urdin dijo encontrarse “con muchas ganas y con mucha fuerza” para continuar en el cargo. Aseguró entonces que la celebrada el pasado día 11 no iba a ser su última Asamblea, y agregó que abandonar la presidencia no es algo que pase por su cabeza. “Me lo tendrían que pedir los accionistas, los consejeros y yo mismo. Pero me encuentro con muchas ganas. Tengo amigos que han entrado recientemente en la directiva y no voy a dejarles tirados”. Aperribay y su equipo cumplen hoy diez años al frente del club. Y todo apunta a que alcanzarán, como mínimo, los catorce.