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Iñigo Calvo, el último superviviente

TERCERA DIVISIÓN | ÍÑIGO CALVO (Peña Sport) es el único que ha jugado todos los minutos

Iñigo Calvo, el último supervivienteOskar Montero

pamplona - Sólo un jugador de Tercera División ha hecho pleno esta temporada. 2.250 minutos lleva a sus espaldas Íñigo Calvo, portero de la Peña Sport, que ha contado con la confianza de su entrenador desde el principio. Está completando una buena campaña, con 23 tantos encajados en 25 partidos.

El veterano meta navarro no pensaba tener tanta continuidad al inicio de Liga. “El jugador siempre quiere jugar, pero nunca piensa que va a jugar todo. Tienes esa ilusión. Mirando egoístamente, ojalá siga así, pero esto del fútbol cambia cada semana”.

Le han respetado las lesiones, algo primordial para estar siempre en condiciones. “Soy veterano y por desgracia en Navarra no somos profesionales, sino que compaginamos el fútbol con el trabajo. A nivel de entrenamiento hay que controlarlo mucho. Siempre tienes molestias, pero nada que te pueda apartar de la portería. Eso sí, no recuerdo el último partido que haya jugado sin dolor, y más en mi posición que es el portero”. Después de tanto tiempo, el cuerpo le avisa y sabe cuándo forzar y cuándo parar. “Esa experiencia de toda la vida jugando te hace conocer tu cuerpo perfectamente. Y también es importante que el cuerpo técnico te respalde en todo. No sólo que confíe en ti para jugar, sino que te dé esa manga ancha cuando dices que tienes que ir al fisio o al gimnasio cuando ves que tienes alguna molestia”.

De momento Igotz Garde apuesta por Íñigo Calvo. “Por muy bien que estemos, si el entrenador no confía en ti, no sirve de nada. El puesto del portero es muy ingrato, porque sólo juega uno”. A pesar de que no llega al gol encajado por partido, no está contento con sus números. “Podrían ser mejores. Nos han metido demasiados goles. Somos la Peña Sport y no sólo sirve ganar, hay que ganar y convencer. Somos críticos y sabemos que hay que mejorar de cara al play off, que todavía nos lo tenemos que ganar”.

Hasta ahora no lo han pagado en exceso, por su potente artillería ofensiva. “Tenemos a la gente de arriba con unos registros espectaculares. El último mes hemos pinchado, pero daremos guerra todavía. Hay liga. Quedan 13 partidos y pueden pasar cosas. Está difícil porque Osasuna está muy fuerte y nosotros tenemos más cerca al tercero que al líder y lo primero que vamos a hacer es defender el segundo puesto. Si con esa pelea nos acercamos al primero, mucho mejor. Pero no podemos pinchar”.

Como todos los porteros, sólo llega satisfecho a casa si no ha encajado gol. “Mi objetivo número uno es ganar. Pero yo quiero dejar la puerta a cero, porque eso da confianza a uno mismo y a la defensa. Una parte importante del portero es lo que hace entre los tres palos, pero también es fundamental la comunicación con los compañeros. Igual la gente no lo valora tanto. En Tafalla somos una piña, nos decimos todo y los compañeros son de diez. Por mi forma de ser o por mi posición, me gusta tirar siempre hacia delante. Detrás de cada error está más cerca el objetivo”. La experiencia le ha dado “poso. Al principio era muy enérgico, muy valiente... con la experiencia mides mejor las situaciones, sobre todos las malas, y juegas desde la tranquilidad. Y eso se transmite”.

Los porteros son fuertes de cabeza. “Es uno de los puestos más importantes a nivel psicológico. El error está castigado, porque es gol. Hay que saber vivir con esa ansiedad, porque si no se te puede ir un partido y no vas a disfrutar”. Mantiene la ilusión del primer día, “la del niño que con ocho años empezó a jugar en el San Cernin. Si no, no estaríamos en esto. La Peña te exige. Sin esa ilusión, estarías muerto”.

Se lleva bien con Iván Pérez, el otro portero, y el entrenador de porteros, Iñaki Merlo. “Los porteros somos un equipo dentro del equipo. Entrenamos diferente y la psicología es distinta. Me pongo en la situación de Iván. Las ganas que tiene le van a hacer crecer. A mí me tocó jugar poco también con Iñaki Cacho, con Iñako Les... Son etapas que en el momento son muy difíciles, pero si las sabes llevar y aprendes de ellas, te van a servir”. A sus 34 años, sigue aprendiendo.

“quiero entrenar a porteros”

Máster profesional en Madrid. Tiene 34 años y mira al futuro. “Puede ser mi última temporada. Llevo un par de años sacándome el título de entrenador”. Ayer empezó un Máster profesional de entrenamientos de porteros, necesario para Primera, Segunda y Segunda B. “Son 40 plazas en toda España y aquí estoy, en Las Rozas, con porteros profesionales y Mikel Merlo. En Navarra tiene una licencia Ríchard Sanzol. Mi futuro estará ligado al fútbol y a la portería. Tengo ganas de enseñar. Cuando empecé a jugar, quería llegar al Barça. Ahora, por querer, también quiero entrenar en el Barça. Después hasta donde llegue. Pero que no sea por no haberlo intentado. Sólo se vive una vez”.