speremos poder contar a nuestros nietos que durante un par de años escasos hubo una pandemia que nos jodió la vida a todos, cierto es, que a unos más que a otros.

También nos gustaría contarles que la ciencia y sus vacunas cabalgaron por encima de la política y gracias a ellas nos pudimos abrazar todos de nuevo. No podré dejar de contarles que hubo un estado de alarma con fecha de caducidad y que la incertidumbre creada a partir de ese día nos tuvo en un vilo.

Saber lo que va a pasar en los próximos meses no lo sabe nadie así que seamos respetuosos, sensatos y felices por ese orden de momento.

En esta época el estado de alarma en el fútbol no acaba sino que más bien empieza. El baile de jugadores de un equipo a otro está a la orden del día y ganar un partido en un despacho ahora son los primeros puntos de la temporada que viene.

Desde Messi a Moncayola pasando por Budimir o por un niño de 11 años los clubes interesados hacen todo lo posible por demostrar que su proyecto es el mejor. En el caso de los profesionales el dinero, el proyecto y los sentimientos se mezclan en un bote, se agita y de ahí sale la decisión final.

En el fútbol regional los euros pierden importancia porque apenas los hay y el bote se queda con dos ingredientes solamente aunque no por eso la decisión es más fácil.

Cuando hablamos de niños o de niñas yo creo que lo mejor es sacar todos los ingredientes del bote, tirar ese bote por la ventana y pensar solo en la criatura.

Por sencillo que parezca cuando se da esta situación se genera un pequeño estado de alarma en la familia que ni la ciencia sabe por qué. Ese posible nuevo reto crea un debate que no es fácil de resolver a veces.

No hay una solución exacta ni una solución perfecta ni siquiera se trata de buscar una solución. Nadie mejor que un papa o una mama saben lo que es lo mejor para su hijo cuando se da esta situación y le miran de verdad a los ojos.

Ya que se ha acabado un estado de alarma no generemos otro y carguemos la mochila del niño de buenas experiencias porque nadie sabe que va a pasar mañana. Ni pasado.

El autor es técnico deportivo superior.