Pamplona era un pequeño enjambre futbolístico en la segunda década del siglo XX. Tras el impulso liderado por el Pamplona FC, el balompié caló hondo entre los jóvenes, que acondicionaron pronto los terrenos más aptos para dar rienda suelta a su afición. Y así surgieron el Iruña FC, Punching, Deportiva, Racing Club, Amaya y Sportiva FC, por este orden, como equipos más relevantes, abarcando un periodo de tiempo de diez años hasta el nacimiento de Osasuna. Otros más modestos quedaban en un segundo plano. Uno de esos equipos de tránsito, aunque menos conocido y con menor repercusión, fue el Rayo.
Del Rayo hay muy pocas reseñas en prensa. Uno de los documentos más elocuentes es la foto publicada en los años sesenta por Iruña Deportiva y en la que también figuran los nombres de sus integrantes, lo que permite conocer que algunos de ellos fueron futbolistas descollantes, otros participaron en primera línea en la fundación de Osasuna y, al mismo tiempo, varios se alinearon también en el incipiente once rojillo.
Las escasas referencias recogidas en los periódicos trasladan, por ejemplo, a abril de 1915 y dan cuenta de un enfrentamiento, en el campo de la Media Luna, entre “los primeros equipos” del Rayo y la Veloz, saldado a favor de los primeros por 3-2. Este no era un duelo inédito, ya que, según el gacetillero, ambos teams (siguiendo la terminología de la época) ya se habían enfrentado anteriormente.
Algún trabajo cita al Rayo como “campeón de Navarra en 1914”, aunque en ese año no había en la provincia ninguna competición reglada, más allá de la Copa Kutz –organizada por el conocido café de la Plaza del Castillo– y en la que no consta como uno de los participantes.
El Rayo competía a un nivel inferior que sus coetáneos Iruña, Punching y Racing, que participaban en el campeonato de 2ª Categoría organizado por la Federación Guipuzcoana, donde se encuadraban los clubes navarros con ciertas ambiciones deportivas. Del modesto equipo también queda constancia de su intento de fomentar el fútbol con un equipo infantil, y que en septiembre de 1915 fue inscrito en el torneo organizado por el Punching y en el que también se personaron Avance, Veloz y Arenas.
Los protagonistas
Lorca, Guelbenzu, Iribarren...
Entre los muchachos uniformados retratados en esa vieja y cuarteada foto, al menos de seis de ellos hay referencias sobre su actividad deportiva posterior, en casi todos con vinculaciones con Osasuna.
En el plano futbolístico el más afamado fue Alejo Lorca Aquerreta. Jugó con el Punching y con Osasuna antes de desplazarse a Barcelona a estudiar ingeniería. En la Ciudad Condal compitió en las filas del Español. Hay noticias de su alineación con el equipo reserva de los periquitos y una reseña de un periódico catalán que destaca “su capacidad goleadora”. Lorca, como era conocido en el ámbito futbolístico, se desempeñó como delantero con los rojos (1921-25) durante sus estancias en Pamplona; crónicas de la época recogen con todo detalle la belleza de alguno de sus goles. Deportista consumado, jugó también a pelota. Falleció el 4 de mayo de 1969.
Como Lorca, el campo de fútbol y el frontón fueron los escenarios favoritos de Miguel Guelbenzu Nuin. Natural de Pamplona, jugó también en Iruña y Sportiva, el germen de Osasuna, equipo este en el que formó pareja defensiva con Eduardo Aizpún, primer presidente de club rojillo. Como en la foto, en algunas alineaciones ocupa la demarcación de portero. Con ser importante su aportación al fútbol local, Guelbenzu fue, sobre todo, una estrella del remonte, modalidad que practicó en el desaparecido recinto de la calle San Agustín hasta bien entrados los años cuarenta, cuando era ya un cuarentón. Falleció el 23 de diciembre de 1952.
Isabelo Iribarren Donamaría, integrante del grupo de fundadores de Osasuna, fue un animador de la vida deportiva local, ya que también participó en la creación del Amaya y, a principios de los años veinte, del Denak Bat, equipo en el que volvieron a reunirse algunos de los integrantes del Rayo. De Iribarren, que trabajó como transportista, cuentan que fue el primer taxista de Pamplona.
En las primeras alineaciones de Osasuna repite a menudo Néstor Aldave, deportista de carácter inquieto que también se alineó en las filas de La Navarra. “El fútbol de Pamplona eran los punterazos de Néstor Aldave...”, dejó escrito Félix Ilundáin. Fundador de Osasuna, jugador, directivo, delegado, vocal de pedestrismo en la junta del club, árbitro y presidente del Colegio Navarro de Árbitros, Néstor estaba en todas las salsas.
Del resto de futbolistas de la foto, Gabino Roch, que figura también en alineaciones de la Sportiva, sería uno de los cuatro hijos de Eugenio Roch, propietario del histórico café de la calle Comedias; y San José, otro de los fundadores de Osasuna, antes jugador y directivo de la Sportiva.
Con poca historia deportiva a sus espaldas, el Rayo aportó valiosos elementos el germen del fútbol en la ciudad.