El sol brilló sobre el campo municipal de Orkoien, en la tarde del sábado. El día tenía todos los papeles para ser un evento memorable. Y así fue.

Los futbolistas que han participado del encuentro, junto a Unzué. Diario de Noticias

Juan Carlos Unzué entró al estadio que lleva su nombre mucho antes que el resto. Lo hacía por una puerta situada junto a una pared con un mural pintado dedicado a él. Una hora antes del comienzo, los jugadores que iban a formar parte del homenaje llegaron poco a poco. Todos cumplieron con el mismo ritual: abrazar al homenajeado.

Eusebio Sacristán saluda a su antiguo compañero en el Barcelona. Diario de Noticias

En el campo la gente llenó los 680 asientos del estadio, aunque todavía quedaba media hora para empezar. A las cuatro y media, con el aforo completo en el campo, la gente se colocó en las vallas, mirando desde fuera.

Lo primero fue descubrir la placa conmemorativa que está colocada en la pared pintada de la entrada. El exportero, con la ayuda de sus hijos, apartó la tela que la cubría junto con el alcalde, Carlos Arróniz, que afirmaba que se trata de “una placa muy pequeña para una persona tan grande”.

Dentro del estadio, empezaron los actos. El presentador de televisión Julian Iantzi fue el maestro de ceremonias. La entrada de Unzué al césped fue el primer momento emocionante, con un cálido aplauso de todos los presentes. Detrás de él, salieron los veteranos futbolistas.

El comienzo del homenaje fue una canción entonada por la coral San Miguel de Orkoien. Tras ello, las bromas entre el homenajeado y Iantzi continuaron. “Aguanto como un titán” dijo Unzué tras una de ellas. Desde luego que, ya desde el inicio, la sonrisa no se le borró de la cara. Acto seguido, el alcalde y la concejala Carolina García le hicieron entrega de otra placa al homenajeado y de un ramo de flores a su mujer, María.

Entonces llegó el discurso de Unzué. Agradeció primero el trabajo a todos aquellos que habían participado en la organización del evento y a los asistentes del mismo. Después recordó que el dinero va destinado a ANELA, la asociación navarra de personas afectadas por la esclerosis lateral amiotrófica o ELA.

Enfatizó en lo fantástico que es “sentirse arropado cuando uno tiene necesidad”. Bromeó también con que el ritmo del partido no iba a ser como el de uno que se podría ver en televisión, lo que generó una ovación en el estadio. Quique Estebaranz recogió la palabra y resaltó la adoración común que tenían sobre la figura del exfutbolista y de las asociaciones, terminando con un contundente “Vamos a ganar a la ELA.”

Los actos continuaban: bailaron los gigantes de Orkoien, cantó de nuevo la coral y se bailó el aurresku frente al homenajeado. El momento más emotivo de la tarde llegó cuando Fernando, de la comparsa de gigantes, rompió a llorar después de actuar delante de “su mejor amigo de Orkoien”. Unzué afirmó después que fue una de las primeras personas que confiaron en él desde el principio. Y si alguien estaba cerca de las lágrimas, la posterior entrega de un ramo de flores a las familias de pacientes de ELA en la localidad hicieron que llegara el clímax de emotividad.

Después de todos estos actos, llegó el partido entre veteranos futbolistas. De parte del Sevilla, han estado presentes Marcos, Cortijo, Serrano, del Campo, Manolo Herrero, Quique Estebaranz, Pedro y Bango, que acudió a los actos aunque no formó parte del choque. Del Oviedo estuvieron Jaime, Amieva, Rubé, Oli y Geni; del Barcelona, Guillermo Amor, Eusebio Sacristán y Santi Ezquerro.

La mayor parte de los participantes en el encuentro, sin embargo, fueron jugadores de Osasuna. Mateo, López Vallejo, Yanguas, Pedro Arozarena, Andoni Goicoechea, Valdo, Cruchaga y Patxi Puñal, que recalcó que “Unzué fue un ejemplo desde que entré en el vestuario. Iría a cualquier sitio por él”. No solo se animaron compañeros, sino que también jugadores de Osasuna Veteranos: Edu Martínez, Xabi Fernández, Alberto Recalde, que marcó el único tanto del encuentro, JJ Pascual, Alejandro Palacios, Miguel Mina, Xabi Asurmendi, Oscar Arpón, Fran Jusué y Ricardo. El partido no brilló por las ocasiones, lo hizo por la diversión que se vivía en el campo.

El evento llegaba a su fin con “Viva la vida” de Coldplay sonando. Los jugadores se abrazaron entre ellos mientras Unzué, con una sonrisa, se fotografiaba con los aficionados que entraron en el campo tras previa luz verde para hacerlo. “Salgo del evento encantado”, afirmó el protagonista. “Ver que toda la gente estaba aquí apoyándonos por una causa que está muy necesitaba de recursos me llena de alegría”.