Bueno, pues ya está, todos hemos pedido penal y el árbitro lo ha pitado, ahora como en la vieja canción “todos queremos más y más” así que pedimos, por pedir que no quede, tarjeta cuanto más oscura mejor, que expulse al defensa o al portero contrario y así la alegría será mayor.

Vaya por delante que, con carácter general, dentro del área se sancionan con tarjetas amarillas o rojas las mismas infracciones que se castigan así fuera de ella, aunque existe alguna excepción que explicaremos.

Sin entrar en muchas profundidades diremos que las entradas que tienen cierta dureza (temerarias en el argot arbitral) se castigan con tarjeta amarilla y las que ponen en peligro la integridad del adversario (uso de fuerza excesiva) serán rojas.

También es conveniente recordar que cuando mediante una infracción de zancadilla, empujón, mano, etcétera, se corta un ataque prometedor de un adversario se debe amonestar y si lo que se impide es una clara ocasión de gol procede la expulsión.

Hasta aquí todo es igual, en el aspecto disciplinario, tanto dentro como fuera del área y ahora trataremos esa excepción.

Hace algunas temporadas el mundo de fútbol dio en considerar como excesiva la “triple sanción”, era cuando en una acción el portero zancadilleaba a un adversario, se le pitaba penal, se le expulsaba y se le sancionaba con un partido. Para evitar semejante “roto” se aplicó una cierta rebaja reglamentaria. Ahora cuando se produce un penal que evita una clara ocasión de gol y el defensor, sea jugador o portero, pretende, en opinión del árbitro, jugar el balón con la mala suerte de zancadillear a su contrario se le aplicará una “rebaja” en la sanción y será únicamente amonestado. No se aplicará este beneficio cuando la infracción sea por mano, empujón, sujetar, de manera que no esté en disposición de disputar la pelota, en estos casos será expulsado. Para mantener un paralelismo se aplica el mismo criterio en situaciones de ataque prometedor y penal: Si el ataque prometedor se ha cortado con una infracción en la que se pretendía disputar el balón no habrá sanción disciplinaria.Algunos árbitros deben desterrar el vicio de amonestar para dar más veracidad a la sanción de un penal poco convincente, si fuera del área no es tarjeta dentro tampoco.

El autor es Responsable de Formación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol