De parecer estar desahuciado en las diez primeras jornadas ligueras, a engancharse en la lucha por la permanencia en la categoría en cuestión de menos de un mes. Esta es la situación del Alesves, y una muestra más de que el fútbol es un deporte caprichoso, que da demasiadas vueltas y en el que pocas cosas, por no decir ninguna, se pueden dar por hechas. 

Un reseteo en Navidad del grupo que dirige Carlos Mena y la unión de la plantilla entre las cuatro paredes que componen el vestuario de El Palomar, son las claves del resurgir del equipo de Villafranca, que ante el Avance cosechó su tercera victoria de manera consecutiva, la quinta en liga, que no solamente le colocó a tres puntos de la permanencia que marca el Burladés, sino que, además, le hizo abandonar el farolillo rojo del grupo. La historia del Alesves es una de esas en las que la paciencia en el fútbol termina dando resultados. “Ya veníamos haciendo buen trabajo en las jornadas anteriores, pero las palabras, si van acompañadas de hechos, reafirman el trabajo que llevamos haciendo toda la temporada y ahora estamos recogiendo los frutos”, señala el técnico del equipo, Carlos Mena.

Valorando y analizando la trayectoria del equipo albinegro en la temporada, el entrenador considera que “todo son procesos. En la primera vuelta tuvimos muchos días la sensación de competir bien y estar muy cerca de ganar, e incluso hubo días que nos sentimos mejores que el rival, pero la categoría no te permite fallar en las dos áreas. Carecíamos de ese punch tanto en la delantera como en defensa, y ahí es donde ha radicado nuestra mejora. En navidades, que es un periodo de desconexión, nos vino bien para conjurarnos y terminar las quince jornadas de la mejor forma posible. Recordamos que seguíamos representando a un club, una afición, unos socios o un pueblo... y que a nosotros se nos exigía el trabajo y darlo todo en todos los partidos. Hicimos borrón y cuenta nueva, empezamos partido a partido para que, cuando quedaran pocas jornadas, sí que íbamos a mirar la clasificación, ver cómo estábamos y a qué podríamos aspirar”. 

"El periodo de Navidad, que es para desconectar, nos vino bien para conjurarnos"

Y claro, cuando los tripulantes del barco reman en la misma dirección, acaban llegando los resultados. “Después de esa reunión ganamos en Burlada y ahí la moral del equipo subió. Luego nos enfrentamos a dos de los cocos de la categoría, como el Subiza y la Peña Sport. El resultado de Subiza fue duro visto desde fuera porque nos ganaron 0-5, pero yo vi que el equipo no se dejó ir, que compitió... fueron cosas positivas. En Tafalla perdimos en el 92 y tuvimos las sensaciones de la primera vuelta. Luego ganamos al Txantrea, hicimos un partidazo y ganamos en Peralta y el otro día hicimos lo mismo ante el Avance. Una vez que enganchas resultados positivos en la zona baja de la tabla recortas distancias, y ahora no tenemos que obsesionarnos con nada, porque tenemos que continuar por esta senda”, prosigue.

La continuidad de Carlos Mena, una decisión apoyada tanto por el club como por los jugadores 

El preparador alaba la labor de sus jugadores porque “cuando estás ahí, la experiencia de este año nos dice que nos olvidemos de los rivales, de los puntos... tienes que centrarte en lo que haces tú. Destaco que lo fácil en nuestra situación hubiera sido dejarnos llevar y pasamos con más pena que gloria. Pero no nos hemos dejado ir en ningún momento, el grupo está muy unido, desde la directiva también nos han brindado mucho apoyo y ese es el secreto porque no es una situación fácil.Ahora nos hemos metido en la pelea y tenemos que seguir, sabiendo de dónde hemos venido”.

Como entrenador, Mena asume la idea de que “eres responsable de un grupo y me responsabilizaba de que el equipo no se dejase ir. Cuando hablamos a la plantilla lo hacemos con el pecho descubierto. No escondemos nada, decimos todo con un hilo positivo. Hemos convivido con esa frustración post partido, nos hemos llevado palos como el de Tafalla en el 92 cuando el equipo hace un trabajo encomiable y ahí está ahora nuestra fuerza. No tenemos que relajarnos”.

Sin embargo, él mismo ha reconocido haber puesto el cargo a disposición de la directiva en “dos momentos en los que por voluntad propia hablamos con la plantilla y la directiva, en los que expusimos la situación y todos valoramos que se estaban haciendo las cosas bien. La plantilla no me dejaba terminar las frases. Estamos todos en lo mismo, la gente está contenta, se estaba trabajando bien, pero la exigencia en la Tercera sube y esta situación podía suceder. En ese sentido he estado tranquilo por eso, porque el fútbol es caprichoso. Lo fácil es prescindir de alguien, pero aquí se ha reafirmado el trabajo que estábamos haciendo”.

"El equipo hace un trabajo encomiable y ahí está ahora nuestra fortaleza"

Una decisión unánime que le hace estar “orgulloso”. “En Villafranca, en el club, generalmente es la política que se lleva. Es importante el jugador, pero más importante la persona y el hacer grupo, y en eso están más pendientes, en que el grupo esté fuerte y bien. No falta nadie a entrenar, hacemos cenas entre semana para ver la Champions, por ejemplo. Es un orgullo que todos vayamos a una, porque no queda otra”, añade.

Ahora, cuando la situación ha mejorado, Mena insiste en que el equipo no debe pensar que el trabajo ya está hecho, y, casualmente, “fue el discurso durante toda la semana. Veníamos de dos derrotas cuando ganamos al Txantrea, ante el Azkoyen era un derbi y la gente estaba enchufada y ahora lo recordé para saber motivarse en la victoria. Cuando vienes de perder, el jugador llega con ganas de reivindicarse y sale más espoleado, pero cuando vienes de ganar, es complicado mantenerlo”.

A estos niveles, en los que el fútbol es un hobby del que no se puede vivir, la persona está por delante del jugador, por lo que el aspecto mental es algo que se encuentra a la orden del día, “básico” para Carlos Mena, que ejemplifica en Javier Rudi el sentir de toda la plantilla. El jugador, pichichi del equipo con cinco dianas, se encuentra lesionado y no ha podido aportar desde dentro en las últimas dos victorias del equipo. “Ahora tenemos a Javier Rudi, lesionado. Es un jugador muy importante para nosotros y ahora está en la banda sufriendo por no jugar y está alentando a los compañeros que es un ejemplo de ese sentimiento de pertenencia que hay en el vestuario. Rudi había jugado todo menos un partido por sanción. Ahora está que se sube por las paredes, pero animando como el que más. Ahí es donde se hace grupo”, termina exponiendo el técnico, antes de poner el punto de mira en el Pamplona, su próximo rival.