El fútbol le debía una, después de dos experiencias negativas en los banquillos, y Txiki Akaz ha podido festejar el histórico ascenso del Valle de Egüés a Segunda RFEF, proclamándose campeón en la antepenúltima jornada para la conclusión del campeonato regular. El técnico salió del Txantrea, su casa, al caer a la fase de descenso a Autonómica, y fue cesado en Estella al curso siguiente. En Sarriguren no se lo pensaron y ataron su fichaje para el presente curso.

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Así ha sido el camino al histórico ascenso del Valle de Egüés a Segunda RFEF Diego Eusa

Preguntado por las emociones, el preparador reconoce que “es para estar orgulloso, primero por el club al que pertenezco, que desde el primer momento me han dado facilidades en todo. Es un club muy familiar, primero por los Orbáiz, y toda esa gente que está trabajando detrás, por cómo se desviven por el equipo. Luego, por los chavales, que venían de salvarse en la última jornada sufriendo y me alegro muchísimo de que hayan podido salir campeones. Yo, personalmente, no lo había vivido y es algo histórico para el Egüés. Para mí es un impulso de energía, de autoestima, de coger confianza por las dos últimas experiencias negativas”.

Akaz recalca la complicidad del campeonato con “equipazos como la Peña Sport, el Ardoi, el Beti Onak y el propio Subiza. El Huarte también”, a pesar de que en el partido ante el Alesves “nos hemos complicado solos. Hemos hecho una primera media hora para haber podido sentenciar el partido y ellos con nada nos han metido con. Al final, con los nervios y la tensión de ganar nos ha hecho acabar con dudas. Es normal, me ha pasado como jugador y como entrenador entiendo al futbolista. Lo que valía era que ganáramos nuestro partido y en Sangüesa jugaban dos equipazos”.

Por último, y desoyendo hablar de su futuro, Txiki Akaz asegura que “lo que quiero es disfrutar con mi familia, que tanto mi mujer, mis hijas, mi madre y mis hermanos son los que más han sufrido los malos momentos que he sufrido como entrenador los últimos años y son los que siempre que han estado conmigo. Parte del ascenso va para ellos, que son los que confían en ti cuando las cosas van mal. También por mi padre, que falleció en 2019, y su ilusión siempre ha sido que fuera entrenador y que subiera con algún equipo”.