4349 kilómetros separan Peritos, el campo de fútbol del Beti Onak con la escuela Saly Bambara de Senegal, donde el navarro Martín Vital, que se proclamó campeón de la Copa FNF con el filial del equipo de Villava, estuvo colaborando con la ONG Baobab.

Preguntado por el reciente título, al que ayudó a conseguirlo consiguiendo el tanto del empate, una sensación “increíble poder ganar la Copa, porque jugamos contra rivales de otra categoría. Somos de Primera Regional y todos los rivales han sido de categoría superior, como Preferente y Autonómica. Ha sido muy difícil y lo hemos conseguido. El gol fue muy importante, porque ellos salieron muy fuerte y se adelantaron. Después del gol sí que mejoramos”, asegura el jugador, que lamenta quedarse sin poder disputar la Supercopa, torneo que da acceso a la ronda previa de Copa del Rey, ya que “como somos equipo filial del Beti Onak, no podemos jugar esa Supercopa porque es una eliminatoria previa de la Copa del Rey. Es una pena después del trabajo que hemos hecho, que nos quedemos a tan solo dos partidos de jugar contra un equipo de Primera División, pero es lo que toca. Nos conformamos con la Copa”.

El fútbol une culturas

Un viaje que le enamoró

Sonrisas de cuero

“Fui a Senegal con una pequeña asociación que se llama Baobab. Fui con mis padres y colaboramos con los diferentes proyectos que tenían en Senegal. Visitamos una escuela en Saly, al sur de Senegal, donde la asociación manda material, una escuela de Judo y desde el Beti Onak llevamos balones. Con la ONG visitamos un pueblo al norte de Senegal también. Baobab ha hecho ahí cuatro o cinco pozos, porque está en el desierto, un taller de costura con máquinas de coser para hacer ropa y un pequeño centro de salud. Fuimos también a otro pueblo en el que la asociación da micro créditos a mujeres artesanas, con facilidad de devolución y sin intereses. Con respecto a Baobab es eso, y yo les comenté al Beti Onak que me iba a Senegal y quisieron aportar su granito de arena con equipaciones, balones y bolsos que fueron de gran ayuda. El coordinador de Senegal se puso en contacto con un equipo de allá para que les diéramos todo el material. Muy agradecidos estuvieron”, comienza relatando sobre su experiencia en Senegal.

El viaje no fue algo que el jugador lo tuviera en mente, sino que, “me lo propusieron mis padres y me apetecía. Me interesaba hacer un viaje de estas características. Es otro mundo, algo totalmente diferente a nuestro día a día. Sin ninguna duda quería ir y fuimos con los dos jefes de la asociación, que nos fueron facilitando todo”, reconoce un Martín Vital que apunta que “estaba informado, pero cuando llegué me di cuenta que era algo totalmente diferente. Los primeros días estaba en shock, por cosas que te dejan impactado, pero luego te acostumbras. La experiencia ha sido única y la volvería a repetir, porque la gente de allá es muy cercana, son muy generosos. Se le llamá a Senegal el país de la ‘teranga’, que significa el país de la hospitalidad. Son muy buena gente”.

El choque cultural le llamó la atención. “Si tuviera que decir una, sería la afición que tienen por el fútbol. Literalmente en todos los lados había niños jugando al fútbol. Vas por la calle y ves a niños jugando, la mitad de la gente va andando con camisetas de fútbol. Tienen una afición terrible. Me tocó ir justo al lado de la playa y todas las tardes había gente jugando”, asegura Vital, que admite tener complicaciones con la barrera del idioma, porque “allá se habla el wolof y el francés. No tengo ni idea de francés, me comunicaba como podía. Me manejo en inglés, pero allá no tienen buen nivel. A base de signos, cuando tenía conexión con Google traductor, pero al final conseguía comunicarme. Pero con el balón sí que no había problema para jugar. No hacía falta saber el idioma para ello”.

La vuelta a casa, señala Martín, fue dura porque tuvo “resaca emocional, porque es algo que toca. Es todo diferente, y el contraste de estar ahí se nota la diferencia. Aquí te das cuenta de muchas cosas. Tenemos que valorar más lo que tenemos, allí tienen muy poco y están siempre sonriendo, alegres. Viven con muchísimas menos preocupaciones”. No será esta la única experiencia para el navarro puesto que afirma que “quiero volver como sea. No sé cuando, pero volveré por todo lo que he vivido. La gente, el país, me ha marcado la experiencia y la volveré a repetir” y, para ello, seguirá en contacto con amigos que logró hacer en Senegal, donde “la mayoría de gente tiene móviles. Son baratos. Tengo el contacto de muchos amigos que me hice y tienen whatsapp y muchas veces nos comunicamos. Todavía se acuerdan de mí, me siguen preguntando, y es muy bonito. También suelo recibir alguna llamada y es algo increíble, la verdad”.