El Zirauki se quedó a las puertas de disputar una eliminatoria de Copa del Rey contra un equipo de Primera División. Pero no lo hizo sin hacer ruido, lo hizo luchando y llamando a la puerta a base de lucha e insistencia. Un 2-1 frente al Tardienta, en Aragón, en el que fueron superiores en casi todos los momentos del partido echó el cerrojo a un sueño como pocos. Los navarros no hicieron un partido flojo, ni mucho menos. Estuvieron a la altura de la ocasión, pero los pequeños detalles que desaprovecharon les pasaron factura en un partido que llevaban en la cabeza desde hace unos meses. “Afrontábamos el partido con mucha ilusión y estábamos convencidos de que podía ser nuestro momento”, confesó Diego Prendes, entrenador del Zirauki, minutos después de ser eliminados. De una forma similar lo vivió Héctor Apesteguía, uno de los protagonistas del partido. “Llegar hasta aquí es algo que no se va a poder repetir y el premio que había era muy grande”, declaró, sentado en la grada, cansado, pero orgulloso del esfuerzo realizado.

Algunos de los aficionados de Zirauki, aplaudiendo a su equipo. JAVIER BERGASA

El partido estuvo condicionado por los primeros veinte minutos. Un gol tempranero justo al comienzo de la contienda puso cuesta arriba la lucha para los navarros. Qué importantes son los detalles. “Hemos tenido dos momentos malos en dos acciones puntuales”, confesó Prendes, hablando de las jugadas a balón parado, tan injustas con el Zirauki en este encuentro. Las mismas jugadas que suelen ir a su favor en otros encuentros. “Hemos cometido dos errores a balón parado. El balón parado es concentración”, añadió. Quizá fue ese el error del conjunto amarillo: la dificultad para entrar en el partido en los compases iniciales. La falta de concentración en el inicio del partido más importante de la temporada. Así lo reconoció Apesteguía minutos después del pitido final: “Muchas veces nos cuesta arrancar y hoy ha sido uno de esos días”.

Aperitivo en Tardienta antes de desplazarse al campo. JAVIER BERGASA

Lo explicó de otra forma su compañero Mayer Canabal, que inició el partido desde el banquillo con los suplentes. “Entramos un poco distraídos al partido y ellos lo aprovecharon”, confesó. De esto trata el fútbol, de aprovechar las ocasiones que tienes, como lo hicieron en la eliminatoria anterior ganando en la tanda de penaltis.

Pero el Zirauki acabó dando la talla. En el minuto veinte despertó y puso las cosas muy difíciles al Tardienta. “Una vez nos asentamos en el campo, por ocasiones, si esto fuera boxeo, habríamos ganado por puntos porque hemos tenido muchas más”, añadió Prendes. Y es verdad. En cuanto el equipo visitante se adaptó, aportó mucho más que su rival para conseguir el gol. Pero el fútbol no siempre recompensa los grandes esfuerzos, sino a los pequeños detalles. “El fútbol son detalles y ellos han sabido aprovechar cuando nosotros hemos estado flojos”, explicó.

Al acabar el partido, con mucha pena y frustración por parte de los jugadores, los 300 aficionados del Zirauki aplaudieron a sus jugadores y al cuerpo técnico, reconociendo el esfuerzo realizado en el campo. “En un pueblo de menos de 500 habitantes, lo que han hecho es un éxito mayúsculo, han movilizado a más de medio pueblo para venir hasta aquí”, reconoció el entrenador, agradecido por el apoyo recibido al llenar las gradas.

A pesar de la caída, que muchos tardarán en sacar de su cabeza, no todo es negativo. “Hay que saber disfrutar también la derrota, el camino hasta aquí ha sido muy bonito”, finalizó Prendes.

La temporada no acaba aquí. Queda mucho. Como explicó Canabal: “Ahora tenemos que pensar en la liga y concentrarnos en ascender a Autonómica”. Un sueño no tan ambicioso, pero muy apetecible.

Es posible que Zirauki no sea conocido por el fútbol, pero sí por su gente. “Con toda la gente de Zirauki que ha venido era la mayor motivación del mundo”, manifestó Apesteguía, agradecido por haber tenido la posibilidad de perseguir un sueño junto a todo el pueblo.

38

Partido Tardienta-Zirauki Javier Bergasa