El Izarra lucha pero no corta su racha de derrotas

El partido se abrió con unos cortos minutos de tanteo que pronto dieron paso a las primeras aproximaciones de los vitorianos. A los siete minutos de juego una acción bien trenzada hubiera terminado en gol albiazul de no mediar la acción defensiva de Oier Ayerdi, y en el 13’ un remate de Unai Ropero obligó a lucirse al guardameta visitante Ángel Fraga.

No tardaron en replicar los navarros, que poco después merodearon por dos veces las inmediaciones de Gaizka García, en quien confió esta vez José Manuel Aira la portería alavesista. Sin embargo, primero la defensa interceptó el disparo de Madariaga, y luego el mismo jugador no alcanzó a rematar una excelente jugada de Javi Gómez.

Tras unos minutos de tregua en las acciones ofensivas, superada ya la media hora un disparo del visitante Mikel Arbeloa al que respondió con una gran parada de Gaizka abrió de nuevo el fuego en cuanto a intentos de mover el marcador antes del descanso. Lo volvió a probar poco después Martín Salvador, esta vez sin darle trabajo al portero local ya que su disparo se marchó desviado en lo que fue la última amenaza de los navarros antes de unos últimos cinco minutos del primer tiempo que fueron del Miniglorias.

Los jóvenes babazorros aumentaron el ritmo de juego y buscaron desbordar por las bandas a la bien colocada defensa del Izarra. Las intenciones del filial alavesista no se tradujeron en claras ocasiones de gol, hasta que en el último minuto de la primera mitad Maroan Sannadi recogió un balón suelto en el interior del área y la colocó con precisión lejos del alcance de Ángel Fraga.

La ventaja local espoleó al Izarra a salir más atrevido tras el descanso, llevando la iniciativa y no tardando en forzar un córner que se botó sin consecuencias. Pero pronto quedó el atisbo de reacción visitante en mera declaración de intenciones, ya que a los diez minutos de la reanudación la primera llegada peligrosa del Alavés B en el segundo tiempo la culminó Unai Ropero con una certera definición para doblar la renta vitoriana.

El 2-0 decidió a Andoni Alonso a empezar a mover piezas en su equipo y las entradas primero de Mauri y después de Laborda y Javi Albín dotaron al Izarra de mayor profundidad. Fruto de ello llegó una internada en el área que la defensa albiazul cortó con un derribo que el colegiado no dudó en señalar como penalti. Eneko lo transformó desde los once metros y puso en el marcador el 2-1 que reabrió la lucha por los puntos.

Consciente que el Izarra no había dicho su última palabra en el duelo, el Alavés B centró energías en controlar el partido a través del balón y en contener las arremetidas del conjunto navarro, que tuvo dificultades para crear ocasiones. Pese a la necesidad de irse arriba, no lo pudo hacer con peligro hasta el minuto 85, cuando Mikel Arbeloa hizo una gran jugada cuyo centró no encontró sin embargo rematador. Mucho más amenazante para el marco de Gaizka fue el balón que le llegó a Mari ya al filo del minuto 90, pero su remate se marchó por muy poco.

Y como suele suceder tantas veces, de lo que pudo ser el empate se pasó a la sentencia. Con el Izarra volcado en ataque, el Alavés B encontró espacio para elaborar una rápida transición que hubiera terminado en gol de Aimar González de no ser por la mano que puso Eneko para evitarlo. El jugador visitante vio la tarjeta roja y el balón volvió al punto de penalti por segunda vez en la matinal, esta vez favorable a los locales. Unai Ropero transformó el lanzamiento para sellar su particular doblete y el 3-1 definitivo.